28 de
febrero de 2015
Dirigentes políticos, científicos, ingenieros, sindicalistas,
jueces, académicos y periodistas patriotas tuvieron el pasado miércoles 25 la
primera de una serie de reuniones planeadas de la recién establecida
"Alianza por Brasil en Defensa de la Soberanía Nacional". Se
reunieron en el Club de Ingeniería de Río de Janeiro para trazar una estrategia
para defender a la nación de la desintegración de las manos de intereses
financieros extranjeros.
El pretexto
que han utilizado en este asalto de los financieros es la corrupción que se
descubrió dentro de la compañía petrolera estatal Petrobras, una corrupción
dirigida por los mismos intereses financieros que ahora procuran apoderarse no
solo del petróleo brasileño, sino derrocar al gobierno de Dilma Rousseff y
sacar a Brasil del grupo BRICS que se ha atrevido a desafiar la operación
delictiva global de Londres y Wall Street denominada "sistema
financiero".
"La
nación se enfrenta con uno de los mayores desafíos de su historia", en el
cual "fuerzas internas y externas amenazan los cimientos mismos de su
independencia y de su soberanía", advierte la declaración "En defensa
de la soberanía nacional" que salió de la reunión del Club de Ingeniería.
"Petrobras es la columna vertebral del desarrollo brasileño... Es una
creadora y difusora de tecnología, de inversiones y de productividad que
beneficia a toda la economía brasileña... Todo eso está en riesgo. Y para
enfrentar ese riesgo es que el movimiento social y político que estamos
organizando convoca a una movilización nacional a favor de Petrobras".
El ministro
de Ciencia y Tecnología, Roberto Amaral, fue muy claro en señalar lo que está
en juego: El país no corre el riesgo de sufrir un golpe de Estado, dijo;
"el golpe ya está en marcha". La única forma de pararlo, señaló, es
mediante la unidad del pueblo brasileño.
Otros que
tomaron la palabra en la reunión plantearon el paralelo entre la operación de
"golpe" que enfrenta Brasil, y los ataques contra los gobiernos de
Argentina y Venezuela.
En su
explosiva intervención, Roberto Saturnino Braga, director presidente del Centro
Celso Furtado, declaró que la soberanía de Brasil se ve amenazada "por las
atrevidas medidas que ha tenido el valor de tomar", entre otras, su papel
activo en el grupo BRICS y el establecimiento de su Nuevo Banco de Desarrollo,
como alternativa al Fondo Monetario Internacional.
La clase
criminal de Wall Street no oculta su intención. El 24 de febrero, la agencia calificadora
de deuda Moody's redujo la graduación de los bonos de Petrobras a la condición
de chatarra y amenazó que podría declarar sus bonos en incumplimiento, si no se
adoptaban ciertas medidas. Las agencias Fitch y Standard & Poor's
contemplan seguir el ejemplo, con lo cual a los depredadores de Wall Street se
les cae la baba (Bloomberg, Bank of America, etc.) sólo de pensar en lo que
esto significa para Petrobras, a la que se quiere obligar a que venda sus
activos, cuando menos unos $20 mil millones de dólares, para que las
multinacionales le caigan encima a los pozos marinos de Petrobras.
El diario
londinense Financial Times publicó una reseña eufórica al día siguiente
de que las agencias calificadoras dieron su banderazo de salida, en el bloque
"Beyond BRICS" (Más allá del BRICS), sutilmente titulada
"Brasil: 10 buenas razones para pensar que el gobierno, en dos meses, se
irá", en donde afirma (de manera prematura) que "hay buenos motivos
para pensar que la Presidenta Dilma Rousseff, que empezó su segundo período de
cuatro años el 1 de junio, quizás no dure mucho más".
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