Ana Patricia Botín se
desprende de Matías Rodríguez Inciarte, el recambio en la presidencia que
pretendía el fondo estadounidense BlackRock
Isabel
Tocino, que también sale del Consejo de Administración, habría estado muy
nerviosa tras la publicación por parte de LTCT de la posible inculpación de
todos los miembros del Consejo (entre los que ella se encuentra) y de la propia
vicepresidente del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, por un delito de
encubrimiento en el presunto asesinato de Emilio Botín
La concatenación de hechos en el Banco de Santander–a priori
sorprendentes-, sucedidos tras la publicación por parte de La Tribuna de
Cartagena de la querella presentada ante la Audiencia Nacional por el asesinato
de Emilio Botín, se vienen produciendo como hemos venido pronosticando desde
LTCT.
Toda la
información del presunto asesinato en "Rojo Botín"
No, no vayan a pensar ustedes que tenemos nada de pitonisos: acaso lo
que tenemos, lo que valemos, lo que molestamos y por lo que preocupamos a
algunos (o a alguna) -y además preocupamos, por lo visto, bastante- es por la
información de que disponemos, que guardamos a buen recaudo (siempre lo advertimos
para evitar “malos pensamientos” a nadie) y que estamos publicando según
nuestro propio calendario en lo que ya hemos venido en denominar, dentro del
periódico (con banner de enlace a la totalidad de informaciones difundidas) “Rojo
Botín”, un caso que se encuentra, aproximadamente, en el primer tercio de
la totalidad de un relato que contiene todos los ingredientes de la novela
negra (sólo que es la vida real misma de lo que se habla): ambición, drogas,
blanqueo de capitales, sexo, traición, amantes, conspiración, fórmula uno,
narcotraficantes, matones, anuncio de divorcio, herencia, asesinato, servicios
secretos, gobierno, hijos y viuda.
Vamos, que ni Mario Puzo, aquel que escribiera originalmente el guión
cinematográfico de una de las películas más taquilleras de todos los tiempos, “El
Padrino”, habría tenido tanta imaginación para parir una historia de malos,
muy malos como la del caso Rojo Botín.
Resulta que, el pasado martes 28 de noviembre, se produce una reunión
absolutamente anómala del Consejo de Administración por celebrarse en Brasil,
un país en donde la filial del Banco de Santander tiene una rentabilidad muy
por debajo de la media que, durante el primer semestre de 2017 ha intentado
maquillar sus resultados ofreciendo una bajada de los tipos de interés que, en
el momento en que se produzcan los recortes adoptados por el Banco de Brasil,
nada menos que ¡desde el 14,25% hasta el 9,25%!, hará que los márgenes de la
filial brasileña del Santander se reduzcan de manera significativa, lo que, a
juicio de importantes accionistas se trata de un maquillaje indecente de los
resultados por parte del equipo de Ana Patricia Botín.
Además, la filial carioca del Santander, ha desarrollado todo su
crecimiento en el préstamo al consumo aprovechando el 16 % de crecimiento de
este segmento pero se trata de créditos de escasa garantía de cumplimiento y de
alto riesgo de impagos. Así las cosas, parece que lo único que ha hecho el
Banco de Santander en el país brasileño es intentar disfrazar unas cifras
insostenibles por la falta de provisiones de la entidad frente a sus directos
competidores, Itaú y Bradesco.
Un Consejo de Administración extraño desde su convocatoria y lugar de
realización, en el que la entidad financiera ha aceptado un deterioro de 600
millones en el valor de la marca de su filial de consumo de
Estados Unidos, Santander Consumer USA Holdings (SCUSA). Según han manifestado
fuentes autorizadas del propio Banco de Santander, este deterioro de 600
millones lo atribuye a que "se debe a una reducción en los beneficios
futuros de la empresa con respecto a años anteriores".
Otra
"víctima" de Ana Patricia
Pero lo más importante de cuanto ha ocurrido en este carioca Consejo de
Administración ha sido cómo Ana Patricia Botín se desprende de Matías Rodríguez
Inciarte, el hombre al que uno de los mayores accionistas del Banco de Santander,
el fondo estadounidense BlackRock, pretendía como presidente de recambio de la
actual presidenta, acuciada por la involucración en el asesinato de su propio
padre (según querella presentada en el Juzgado Central número uno de la
Audiencia Nacional) y por las últimas operaciones, especialmente la irregular
compra del Banco Popular por un euro.
Otro dato a no perder de vista: Ana Patricia Botín se desprende, también
de la consejera Isabel Tocino, puesta en el Consejo de Administración por
Emilio Botín hace diez años. Parece ser que el motivo principal para
quitarse del medio a la exministra (otrora muy amiga de la viuda del
banquero y madre de la presidenta, Paloma O´Shea) sería la intranquilidad de
la exministra con las noticias publicadas en La Tribuna de Cartagena en
relación con el posible asesinato de Emilio Botín; según nos han informado
a este diario fuentes del propio Consejo de Administración, La Tocino habría
estado muy nerviosa estas últimas semanas, especialmente tras la publicación
por parte de LTCT de la posible inculpación de todos los miembros del Consejo
(entre los que ella se encontraba) y la propia vicepresidente del Gobierno,
Soraya Sáenz de Santamaría, por un delito de encubrimiento tras demostrar este
periódico que la vicepresidenta del Ejecutivo y la totalidad de consejeros del
banco de Santander había recibido la comunicación detallada sobre el posible
asesinato del banquero y ninguno lo habría puesto en conocimiento de la
fiscalía o del juzgado de guardia.
Fuera por
preguntar demasiado
Tanto Matías Rodríguez
Inciarte como Isabel Tocino mantendrían sus asignaciones económicas como consejeros
y serían recompensados con rimbombantes cargos de nula actividad gestora; así las cosas, el que
iba a ser el hombre de la presidencia de los norteamericanos de BlackRock,
pasaría a presidente de Santander Universidades e Isabel Tocino sería
recompensada con la vicepresidencia de Santander España y con la presidencia
del Banco Pastor (lo que viene a ser, pegar sellos, hacer fotocopias o leer la
prensa en un lujoso despacho, excelentemente retribuidos y encargados de no
hacer absolutamente nada).
El Fondo de
Inversión ya no aguanta ni una más a Ana Patricia Botín
No se puede ignorar que BlackRock primer accionista del Banco de Santander,
a su vez, el tercer máximo accionista del Banco Popular, entidad que abandonó “como
alma que lleva el diablo” pocos días entes de la intervención.
Comprender la forma de
conducirse de BlackRock resulta harto complicado. El fondo
norteamericano de inversión más grande del mundo, que no suele
sentarse en los consejos de administración de las empresas de las que participa
mayoritariamente, y que gestiona más de u$s5.000 millones en activos, lanzaba,
hace apenas un año, un mensaje a todas las empresas del mundo en las que tiene
sus inversiones: "Cuando BlackRock comprueba que las compañías no han
hecho los esfuerzos necesarios para proteger los intereses de nuestros
clientes, no dudamos en ejercitar nuestros derechos y votamos en contra de los
consejos o de aquellos planes de retribución de los directivos que no está
alineados con los intereses de los accionistas".
Y algo así le ha pasado a Ana Patricia Botín que se ve obligada a presidir
una entidad financiera en la que su principal accionista se ha convertido en su
peor enemigo. Su máximo responsable, Larry Fink, no duda en dejar empantanado
al mismísimo Donald Trump por sentirse traicionado por el presidente de los
EE.UU. después de una estrechísima relación de años que le llevó, incluso, a
ser el más reputado asesor empresarial de la casa Blanca. ¿Qué dudas le pueden
caber, pues, respecto a las múltiples deslealtades de Ana Patricia Botín?
¿Qué pasa con el resto de consejeros "externos independientes"
a los que se les ha comunicado las denuncias presentadas por el posible fraude
de 50 millones de euros a los accionistas a los que se supone que defienden y
se les ha requerido que investiguen los hechos y exijan responsabilidades a los
miembros del comité ejecutivo que autorizaron la venta de la finca de Mijas,
para el pelotazo de comprar por menos de 500.000€ para embolsarse cerca de 50
millones de euros?
Entre esos miembros de
la comisión ejecutiva estaban Ana Patricia Botín, Rodrigo Echenique e Ignacio
Benjumea. Ningún consejero "externo independiente" ha pedido
explicaciones y ceses por engañar a los propios accionistas.
¿Es admisible un consejo
de administración que permite la estafa a su propio banco y a sus accionistas?
¿De qué sirven los
consejeros independientes para embolsarse las dietas y encubrir las actuaciones
fraudulentas o para exigir responsabilidades a los que las cometen y engañan a
sus propios accionistas?
Carnegie-Brown, presidente de la comisión de nombramientos y cumplimiento
de la entidad, no ordenó una investigación, ni pidió responsabilidades. Cuando
conozcan en la Financial Conduct Authority y en el Banco de Inglaterra que la
cúpula directiva conocía unos hechos presuntamente delictivos y no pidió
responsabilidades, encubriendo los hechos, habrá que ver que explicaciones
ofrecen.
Este funcionamiento irregular y, acaso, ilegal, del Consejo de
Administración del Banco Santander, no soporta más paciencia del fondo
norteamericano BlackRock, el encubrimiento de presuntos delitos y fraudes a los
accionistas.
Un nuevo consejero entra en escena, un hombre del agrado del hombre fuerte
del Santander, Rodrigo Echenique: Se trata del nuevo “consejero
independiente” (lo de independiente es un decir) Ramiro Mato, un economista
que durante los últimos veinte años fue el máximo representante para España
y Portugal de BNP Paribas y que, además, también formará parte de la comisión
ejecutiva del consejo, así como de las de auditoría y de supervisión de
riesgos, regulación y cumplimiento.
Así las cosas, el nuevo Consejo de Administración de Banco
Santander está integrado por 14 miembros, de los que la mayoría, ocho, son
independientes.
La tabla de
salvación de La Botín
Patricia Botín baila feliz escuchando la orquesta mientras El Titanic
se hunde. Sigue la imputación de diez directivos del Banco de Santander por el
juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, por supuestos delitos de
blanqueo de capitales, siguen las investigaciones por la posible fraudulenta
operación de compra del Banco Popular por un euro, Opus Dei y Legionarios de
Cristo (estos últimos procedentes del Popular) se disputan las migajas. Sobre
las espaldas de Rodrigo Echenique el peso de salvar a una presidenta que parece
ya condenada, de momento por su socio norteamericano y, quién sabe, sin en un
futuro por la justicia española...
La sombra del posible asesinato de Emilio Botín no la menciona nadie pero
está en la mente de todos. Y más pronto que tarde habrá de tener consecuencias
y de cobrarse sus víctimas, víctimas, además, que la del propio banquero de la
que todos procuran el silencio porque a nadie interesa que se investigue.
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