Josele
Sánchez
Lunes, 11 de
junio de 2018
La campaña
lanzada desde la prensa del sistema para desprestigiar al coronel Pedro Baños
ante su nombramiento como nuevo Director Nacional de Seguridad es tan ruin, tan
mezquina y tan barriobajera, que sólo la podemos entender quienes tenemos un
traje de ese color.
Iker Jiménez, el presentador del programa Cuarto Milenio, acaso uno de los
poquísimos periodistas que todavía conservan intacta su decencia y sus valores
después de tantos años de periodismo (tanto que sólo acierto a comprender que su
programa siga manteniéndose en una cadena tan miserable como MEDIASET por los
extraordinarios índices de audiencia que consigue las noches de cada domingo) ha
difundido un vídeo de apoyo y defensa hacia la figura del coronel Pedro Baños
ante la campaña orquestada por tertulianos lameculos que -ante falta de otros
argumentos posibles- achacan al militar su amistad con Iker y su presencia en
el programa que dirige, como impedimentos para el correcto ejercicio de su
nueva responsabilidad.
Una vez más Iker –que al igual que yo tiene un máster en campañas de
desprestigio- no puede explicarlo mejor, por lo que les ruego
encarecidamente que visionen el video que les adjunto.
Todo el mundo –yo el
primero- parecemos coincidir en el acierto del nuevo presidente Pedro Sánchez
(acaso el único acierto entre todo un impresentable reparto de carteras y
"carteros" ministeriales y "ministerialas")
al elegir al astronauta Pedro Duque como nuevo ministro de Ciencia, Innovación
y Universidades; y fíjense que nos congratulamos de una extraordinaria apuesta
(pero que no es más que una apuesta) porque que Duque es un hombre con un nivel
intelectual muy por encima de la media ya lo avala su trayectoria dentro de la
NASA, pero eso no significa que esté o no dotado para dirigir las labores del
ministerio que se le ha encomendado (uno puede ser un extraordinario
especialista en medicina y no servir para ministro de Sanidad).
Sin embargo, el nombramiento del coronel Pedro Baños como máximo
responsable de la Seguridad Nacional es una apuesta a éxito segura porque,
precisamente en esa especialidad, ha demostrado ser uno de los mejores expertos
a nivel mundial a lo largo de toda su carrera.
Es más, ese no era el
puesto adecuado para el militar; donde debía haber sido designado Baños es
como director de los desprestigiadísimos servicios secretos españoles, un CNI
que además de ser el hazmereír del mundo viene evidenciando, una cagada tras
otra, desde hace muchos años.
Claro que Pedro Sánchez
puede ser un jeta, pero no es un idiota y, aun sabiendo que no existe en
España hombre más cualificado para intentar recomponer unos servicios secretos
a los que después de tantos años de injerencias políticas, de prebendas a
banqueros y banquera, de dedicarse a llevar y traer las prostitutas del rey
Emérito, le ha estallado debajo de la mesa -y sin enterarse- atentados
yihadistas con muchos muertos, ha sido incapaz de encontrar dónde se imprimían
las papeletas de un referéndum ilegal, dónde se compraban las urnas, ni dónde
se ubicaban los colegios electorales y se le han escapado, uno tras otros,
todos los golpistas catalanes.
Lo que ocurre es que,
conociendo al coronel Pedro Baños, si lo hubieran designado director del CNI, o
le dan carta blanca para cambiar “la casa” (como lo denominan los
propios agentes) de arriba a abajo, o hubiera tardado 48 horas en presentar su
dimisión pues a diferencia de militares mediocres, con una hoja de servicio
ganada pisando moquetas de despacho y haciendo de felpudo de ministros (como es
el caso del actual y desastroso director del CNI, general Félix Sanz Roldán), a
estas alturas de su vida no veo a Pedro Baños dispuesto a dirigir una
inteligencia cuyos principales cometidos sean la localización de picaderos para
exJefes del Estado, el transporte de amantes, la vigilancia y contravigilancia
de enemigos políticos del ministro o ministra de turno, o la persecución de
periodistas como el que suscribe este Editorial.
Que Pedro Baños es, probablemente, la mayor autoridad europea en
conocimientos de inteligencia, vigilancia y contravigilancia, espionaje y
defensa lo sabe hasta un becario de periodismo que tenga la mala suerte de
hacer sus prácticas en El Español.
Pero además, quienes tenemos la suerte de conocerle, sabemos de su sentido
del honor, de su prudencia, de su ponderación, de su lealtad y de su valentía,
valores completamente en desuso en esta España de hoy.
Así que felicidades para España, si es que, finalmente, los periodistas
opinadores en tertulias a sueldo del pesebre, no consiguen destrozar el
intachable historial de una de las pocas personas válidas designadas para un
puesto de enorme importancia, a base de inventar chascarrillos y de convertir
en reprobable algo tan poco habitual entre nuestros políticos y dirigentes como
el tener un criterio propio.
Además del visionado del vídeo adjunto del gran Iker Jiménez les
recomiendo especialmente la lectura de la columna de hoy de Juantxo García
titulada precisamente “Baños” y en la que, como siempre, con menos
de cien palabras, hace una fotografía perfecta de todo lo expuesto.
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