Ana Patricia
Botín está acostumbrada a ver como caen rendidos a sus pies directores de
periódico, presidentes de grupos de comunicación, periodistas, políticos,
jueces, fiscales, ministros y vicepresidentes de gobierno...Pero no siempre el
rico ni el mafioso acaba comprándolo todo; alguna vez la criada sale respondona
y donde menos se lo esperan, un periodista de provincias rechaza ofertas
económicas, planta cara a amenazas y decide seguir por el único camino
correcto: pese al riesgo que suponga, el camino de la verdad y de la justicia.
Pese al silencio mediático que ha
envuelto el escándalo informativo sobre el presunto asesinato de Emilio Botín,
publicado en rigurosa primicia informativa por La Tribuna de Cartagena, la repercusión de
los ya más de cinco millones de internautas que ha tenido conocimiento de la
noticia a través de las redes sociales, ha hecho tambalear las estructuras más
sólidas del todopoderoso grupo Prisa.
Y es que lo único que le falta por hacer a la actual y "todavía" presidenta del Banco de Santander para intentar silenciar la noticia sobre el posible asesinato de su padre es comprar, también, la titularidad de las redes sociales, algo que, afortunadamente, no está a su alcance.
Todo lo demás se puede comprar, o al menos eso es lo que se piensa desde la
presidencia del Banco de Santander acostumbrada a ver como caen rendidos a sus
pies directores de periódico, presidentes de consejos de administración de
grupos de comunicación, periodistas, políticos, jueces, fiscales, ministros y
vicepresidentes de gobierno...
Aunque no siempre el rico ni el mafioso acaba comprándolo
todo; alguna vez -aunque esto sólo ocurra de tarde en tarde- la criada sale
respondona y donde menos se lo esperan, un periodista de provincias rechaza
ofertas económicas, planta cara a amenazas y decide seguir por el único camino
correcto: pese al riesgo que suponga, el camino de la verdad y de la justicia.
Juan Luis Cebrián lleva a la quiebra
económica a El País con la colaboración de Ana Patricia Botín y de
Felipe González
El agujero económico que deja Juan Luis Cebrián en El País es
insostenible, tanto es así que se ha convertido en una cuestión de Estado y
habrá de ser el propio Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy quien impida la
quiebra oficial del Grupo Prisa, una quiebra técnica que ya es conocida
por todo el mundillo financiero y periodístico, tanto en España como a nivel
internacional.
Juan Luis Cebrián, responsable de la quiebra técnica
del mayor grupo de comunicación
¡Más de 3.500 millones de euros de descapitalización! sufrido por la cotización de la
empresa editora de El País en Bolsa y, por si no fuera suficiente el
desastre económico al que ha llevado la gestión del periodista –que todavía
pasa por ser un referente del periodismo de España-, Juan Luis Cebrián se ha
embolsado, en los últimos ocho años ¡30 millones de euros!, todo ello
mientras la deuda del Grupo Prisa ya ascendía a casi 1.500 millones con los que
cerró el pasado ejercicio del año 2.017.
Hasta la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores ha
admitido que Juan Luis Cebrián "ha percibido retribuciones
millonarias aun cuando las cuentas del grupo hacían verdaderas aguas y su
gestión al frente colocaba a la Compañía al borde de la quiebra”.
En 2.010, dos años después asumir la Presidencia de la
Comisión Ejecutiva del Consejo de Administración, Juan Luis Cebrián
cobraba casi 4 millones de euros cuando Prisa perdía 73 millones.
En 2.011, el ya expresidente de Prisa, cobraba el
desmesurado salario de 11,2 millones mientras el grupo se hundía en la miseria
económica, con unos números rojos que superaban los 450 millones de euros.
Un año después, 2.012, Juan Luis Cebrián, solidario con la
gravísima situación económica de Prisa de la que él era el máximo responsable,
se rebajaba su salario a los cinco millones, en el mismo ejercicio en el que el
Grupo ya consolidaba unas pérdidas de 260 millones de euros.
En 2.013 la situación del Grupo Prisa ya era del todo insostenible, con unas pérdidas declaradas de 650 millones de euros; lejos de irse a su casa, dimitir y reconocer que él solito había hundido al grupo de comunicación más importante de España, Juan Luis Cebrián aún se embolsaba cerca del millón y medio de euros como retribución por su desastrosa gestión al frente de la Compañía.
En el año 2.014, la
pérdida contable por la venta de Digital Plus a Telefónica, situaban a la
empresa editora de El País en unas pérdidas de 2.263 millones de euros.
¿Qué empresa es capaz de no presentar suspensión de pagos ante una
situación económica de esta índole? Sólo El País, el Grupo
Prisa su empresa editorial y los intereses políticos y financieros a los que
representa y quienes le sostienen.
Así las cosas, y con 2.263 millones de pérdidas, Juan Luis
Cebrián aún se metió en el bolsillo un sueldo de casi dos
millones de euros, 1,8 millones para ser exactos.
En 2.015, Cebrián se embolsaba otros dos millones por su gestión y en 2.016
-único ejercicio con números negros para la compañía durante su etapa-, que
ganó 5, cuando Prisa estaba en la más absoluta bancarrota, Juan Luis Cebrián
percibía 1,7 millones de euros por su presidencia.
Y antes de su salida y jubilación (pactada a tres bandas con Ana Patricia
Botín, Felipe González y Mariano Rajoy), Juan Luis Cebrián se aseguraba una
pensión digna con la que poder vivir: ¡7 millones más de euros!, 6 en
concepto de jubilación y otro millón más por algo tan inexplicable en una
empresa ruinosa como la “retribución variable”.
El Banco de Santander impide la quiebra del Grupo Prisa y Javier Monzón
ejerce ya como presidente
Ana Patricia Botín no ha sido ajena a ninguno de los movimientos internos
Ana Patricia Botín necesita controlar la noticia sobre
el presunto asesinato de su padre
dentro del Grupo Prisa, un negocio fundamental para la entidad financiera
que preside, no ya por sus resultados económicos (absolutamente desastrosos)
sino por el poder mediático y la cobertura que le proporciona para silenciar
cualquier irregularidad de la entidad, desde el posible asesinato de su padre,
Emilio Botín hasta la fraudulenta compra por un euro del Banco Popular,
pasando por las posibles relaciones del banco de Santander con el narcotráfico
o sus más que sospechosas relaciones con la judicatura española.
Javier Monzón acaba de ser nombrado vicepresidente no ejecutivo pero es, de
hecho, el nuevo mandamás, del Grupo Prisa. Su misión en la Compañía, “Misión
Imposible”: intentar una terapia de choque a lo que ya parece,
irremediablemente, la crónica de una muerte anunciada.
Polanco queda como presidente del Grupo, un cargo meramente representativo
y sin ninguna capacidad de toma de decisiones estratégicas por mucho que
mantenga de Consejero Delegado al incompetente Manuel Mirat.
Pero ¿cómo, por qué y por quién llega Javier Monzón a los mandos de
la nave a la deriva que es el Grupo Prisa?
Pasado el verano de 2.017 Prisa parece no tener solución y los rumores
sobre su quiebra comienzan a apoderarse, incluso, de la disposición de sus
principales accionistas; así las cosas, Ana Patricia Botín ofrece
liquidez a los propios accionistas de Prisa (especialmente a Polanco que posee
el 8% de las acciones y a Roberto Alcántara con un 9%) a cambio de obtener el
control absoluto del Grupo. Para ello, la presidenta del Banco de Santander pretende
colocar al frente a Javier Monzón pero, según los estatutos de la Compañía,
debe ser ratificado por el rimbombante Comité de Nombramientos y
Retribuciones (integrado por Alfonso Ruíz de Assin, Alain Minc,
Gregorio Marañón y Joseph Oughourlian) que se niega a aceptar las condiciones
de Ana Patricia Botín.
Cebrián se encuentra contra las cuerdas y debe encontrar una salida airosa
para marcharse de Prisa, aún mejor retribuido de lo que ha estado y eliminando
cualquier responsabilidad moral y penal respecto a la desastrosa situación de
la Compañía.
Y, ¿quién es este Javier Monzón tan útil a los intereses de Ana Patricia
Botín?
Javier Monzón pondrá el grupo Prisa a los pies del PP
Monzón ha ejercido durante algo más de dos décadas la presidencia de Indra
una presidencia de la que se vio obligado a salir por piernas tras la
implicación en el caso Púnica y en la operación Lezo y la revelación de los
ventajosos contratos con los hijos de Jordi Pujol y Felipe González. Bajo la
presidencia de Monzón, Telefónica ha sido acusada de financiar ilegalmente al
Partido Popular de Madrid con más de 600.000 euros.
Ana Patricia Botín acusada de inducción del asesinato de su padre
Pero sin pretenderlo, un pequeño periódico digital va a acelerar todo el
proceso de sustitución del todopoderoso Grupo Prisa.
A finales del mes de Octubre del pasado año, La Tribuna de
Cartagena publicaba la noticia de que Emilio Botín pudo haber sido asesinado a manos
del narcotraficante Jesús Samper, ex-amante de la actual presidenta del Banco de
Santander.
Según les informábamos desde La Tribuna de Cartagena, en la querella
presentada ante el juez Santiago Pedraz de la Audiencia Nacional, dos mujeres
figuran como inductoras del asesinato del patrón de la banca española: la
viuda, Paloma O´ Shea y la hija Ana Patricia Botín.
El poder casi infinito del Banco de Santander consigue que ningún gran
medio de comunicación español se haga eco de una noticia que debiera haber
abierto todos los informativos de
televisión y todas las portadas de los
diarios, pero las redes sociales tienen más poder que todo el Banco de
Santander junto: así las cosas, la noticia publicada por eso que, desde la
Capital, se denomina despectivamente “un periódico de provincias”, La
Tribuna de Cartagena, alcanza tal repercusión en las redes sociales que el
rumor acaba extendiéndose no sólo en España sino en todos los países de
Hispanoamérica y en los Estados Unidos.
¡Más de cuatro millones y medio de lectores se enteran de la posible
involucración de la presidenta del Banco de Santander en el presunto asesinato
de su padre! y Ana Patricia Botín decide que hay que neutralizar esa noticia que
puede sacarla de la presidencia de la primera entidad financiera (además de
poder llevarla a la cárcel para el resto de sus días).
Ana Patricia Botín exige a Cebrián que de manera inmediata
ponga a Javier Monzón al frente de Prisa, un Monzón que conoce muy bien las
instrucciones la presidenta del Banco de Santander y cómo actuar a nivel
mediático para neutralizar el impacto de la noticia, nada menos, que del
posible asesinato de Emilio Botín.
Digo neutralizar a nivel mediático, porque a otros niveles ya ha dado
instrucciones la Botín de cómo intentar callar a este humilde periodista que ha
decidido plantar cara, nada menos, que al Banco de Santander, a la
vicepresidenta del gobierno de España, al CNI y hasta a los peligrosísimos
cárteles colombianos de Cali y de Medellín.
Ana Patricia Botín ofrece a Cebrián la mejor de las salidas: una
indemnización millonaria, mantenerse como presidente del consejo editorial
de El País y como presidente ejecutivo de Ediciones El País
S.L. y crearle una Fundación para que sea él quien la presida.
Este es el retiro dorado que está dispuesta a entregar la patrona del
Santander a Juan Luis Cebrián a cambio de que actúe, una vez más, como su “mamporrero”.
Felipe González entrega al PP el grupo Prisa en
bandeja
Juan Luis Cebrián despliega toda su capacidad conspirativa y mueve todo su
entorno de influencias a objeto de hacer posible los deseos de la nueva patrona
del Banco de Santander; logra el aval de Felipe González (amigo personal de
Cebrián, Monzón y muy especialmente de Ana Patricia Botín) y dispone todo lo
necesario para que Monzón entre como su sucesor nombrándole, en primera
instancia, miembro del Consejo de Administración de Prisa para situarlo como
vicepresidente y sustituirle, finalmente, a principios de 2.018.
Además Ana Patricia Botín va a por todas en su intento por controlar el
Grupo Prisa frente al principal accionista, el fondo Amber Capital que posee un
24% del accionariado frente al 22% que logra controlar la presidenta del Banco
de Santander.
Hay que recordar al lector que el Consejero Delegado, Manuel Mirat, es un
hombre impuesto por el fondo Amber Capital para neutralizar –primero- y
sustituir, posteriormente, a Juan Luis Cebrián al frente del Grupo Prisa.
Ana Patricia Botín utiliza, una vez más, a su “esbirro” Rodrigo
Echenique como negociador, conocedora de su extraordinaria capacidad para
sentar en una misma mesa a Dios con el diablo: y Echenique (imputado también en
la querella por el posible asesinato de Emilio Botín) hace perfectamente sus
deberes valiéndose de Javier García Carranza, uno de los fichajes personales de
la Botín a su llegada a la presidencia del Santander.
Entre Echenique y García Carranza paralizan la contratación de Jaime
Carvajal (que ya estaba cerrada) y logran involucrar directamente a Moncloa,
en concreto a la vicepresidenta Soraya Sáenz Santamaría, como valedora de su
candidato Javier Monzón. El propio Carvajal recibe una llamada de Moncloa para
que retire su candidatura y deje el campo libre al candidato de Ana Patricia
Botín.
Mientras tanto, La Tribuna de Cartagena publica nuevas informaciones
referentes al posible asesinato de Emilio Botín que van implicando a más
personalidades de la vida política, económica y financiera de España y las
redes sociales “echan humo”.
Pese a la capacidad de neutralización informativa del Banco de Santander,
internet es una bomba de relojería que consigue que la noticia del posible
asesinato de Emilio Botín y de la implicación (en la querella presentada ante
la Audiencia Nacional) de la actual presidenta de la entidad financiera como
inductora del asesinato, se divulgue, cada vez más, a nivel internacional y se
producen las primeras reacciones, incluso, de los entornos más próximos a la
Reserva Federal de los Estados Unidos.
A mediados de noviembre, los malvados (aunque extraordinariamente fieles y
eficaces Rodrigo Echenique y García Carranza) logran el objetivo ordenado por
su jefa: los grandes accionistas (Banco de Santander, Telefónica y Amber)
alcanzan un acuerdo y aceptan a Monzón como hombre fuerte que entrará, en
principio, como como presidente de la Comisión de Nombramientos del
Consejo de Administración de Prisa.
Para lograr el pacto Echenique/García Carranza no reparan en gastos: total,
el dinero no es suyo y las órdenes de Ana Patricia Botín han sido claras: “cueste
lo que cueste hay que hacerse con el poder de Prisa”.
El Banco de Santander coloca la ampliación de capital
y financia a Polanco y otros accionistas (nuestras fuentes nos aseguran que con
créditos a fallidos, para que el lector lo entienda, préstamos que nunca se van
a devolver).
Ana Patricia Botín logra su objetivo y el Banco de Santander pasa a
controlar, directamente, el 4% de las acciones pero se asegura, también, la
fidelidad de Polanco. Y por si fuera poco, una nueva figura emerge con fuerza
en el accionariado de Prisa: el mexicano Carlos Fernández González, Consejero
del Banco de Santander y ahora propietario, el solo, de otro 4% del Grupo. Es así como la
Botón controla ese 22% del control de las acciones de Prisa.
Pero ahí no termina la cosa. Rodrigo Echenique y García Carranza ejecutan
su plan hasta el final y se hacen con los apoyos de Telefónica y del HSBC ¡que
entre ambos suman un 20% del accionariado de Prisa!, de Oviedo
Holdings copropietario del 11% y del fondo judío Adar Capital
Partners con el 5,3% de las participaciones accionariales.
El grupo Prisa en manos del Banco de Santander y al servicio del Partido
Popular
Javier Monzón no solo va a llegar a Prisa con la aceptación mayoritaria de los accionistas y el beneplácito de su predecesor, Juan Luis Cebrián, sino que tendrá todo el poder ejecutivo en la Compañía.
Manuel Polanco, "el tonto útil" del grupo
Prisa
Pero cuando todo parece resuelto a deseo de la presidenta del Banco de
Santander, Juan Luis Cebrián traiciona a la banquera y propone como su
sucesor a Manuel Polanco, después de pedir la dimisión de todos los consejeros
independientes de Prisa para evitar ser destituido como presidente del Grupo.
Pero Polanco cuenta con graves inconvenientes y con importantes detractores; no
en vano, su gestión al frente de la portuguesa Cesa Capital ha resultado un
absoluto desastre. Sólo tiene a su favor el valor del apellido y las acciones
que posee pero como gestor paree tan inútil o más si cabe como al presidente
Cebrián al que se pretende sustituir.
En un último órdago para salvaguardar sus intereses, Cebrián visita
personalmente a Rajoy y le pide que se involucre en su salvación: a cambio pone
el antaño muy socialista Grupo Prisa a las órdenes y los intereses del partido
de la calle Génova.
Rajoy no va a dejar escapar la oportunidad y, personalmente llama a Ana
Patricia Botín y José María Álvarez-Pallete, al presidente de telefónica,
y les pide llegar a un acuerdo a tres bandas con Cebrián “por el interés
general de España”. Ambos empresarios saben muy bien que cuando Rajoy
pronuncia estas palabras no pueden negarse y que significa una contrapartida
impensable para quienes no sabemos movernos en estos mundos de los grandes tiburones
financieros.
Estamos a mediados de noviembre de 2.017 y, definitivamente, la cabecera
histórica de El País y con ella todo el Grupo Prisa, se van a entregar
en bandeja al Ibex y al Partido Popular: Tanto el Banco de Santander como
Telefónica han aceptado la petición de socorro de Rajoy todo ello pese a que
César Alierta había anunciado a propios y extraños que no apoyarían las
pretensiones del tándem Cebrián/Polanco.
El Banco de Santander ya ejerce todo el poder en Prisa desde diciembre del
pasado año. No sólo se ha hecho cargo de la parte que le toca en la ampliación de
capital sino que, además, ha prestado el dinero (repito, aseguran que con
préstamos que jamás se devolverán) a varios de los principales accionistas,
entre ellos, a Polanco y Alcántara. Así que la presidenta del Santander (y el
IBEX) tiene mando en plaza sin nadie que se atreva a toserle… A gusto y
conveniencia de la Botín, comienzan, de nuevo, las “puertas giratorias”
con sueldos millonarios (hay que pagar los apoyos obtenidos) y todo ello en un
Grupo Prisa que está en la más absoluta de las ruinas.
Ana Patricia Botín impone el equipo de nuevos ¿gestores?: Javier
Monzón , el exministro socialista Javier Gómez Navarro (los apoyos de
Felipe González jamás son gratis) Sonia Dulá del Bank of America Merrill
Lynch, y Javier de Jaime, abogado y socio director de CVC Capital
Partners. Telefónica logra colocar también a Francisco Gil, expresidente de
Telefónica México.
Manuel Polanco (que después del crédito obtenido come de la mano de Ana
patricia Botín) va a tener menos poder del que hubiera deseado: todo está
tutelado por el Banco de Santander que ha pactado con Mariano Rajoy la salida
airosa del inútil Juan Luis Cebrián para principios de 2.018.
Rajoy logra la joya más preciada: el grupo Prisa
Ahora, el Grupo Prisa tan próximo a lo largo de toda su historia al PSOE
se entrega en bandeja al Partido Popular. De momento…
De momento, porque eso es lo que le interesa coyunturalmente a Ana Patricia Botín que, en definitiva, es quien manda absolutamente ahora en España aunque no gobierne.
Si los intereses de Ana Patricia Botín mañana estuvieran más próximos a otro partido, Prisa bailaría al son de las palmas de la presidenta del Banco de Santander.
Todos los órganos que podrían incriminarle, tanto por el supuesto asesinato
de su padre, Emilio Botín, como por las múltiples casusas judiciales
pendientes, deben rendirle pleitesía: Consejo General del Poder Judicial,
Fiscalía General del Estado, Gobernador del Banco de España, Agencia
Tributaria, CNI… hasta el superministro Montoro habrá de agachar la cabeza ante
una acusada de inducción de asesinato de su propio padre.
Así se escribe la historia –al menos por el momento- en esta nación que un
día fue soberana.
Lo hemos hecho posible con La Tribuna de Cartagena. ¿Por qué no vamos a lograrlo a nivel nacional? Frente a la prensa lacaya del sistema, España precisa de un periodismo independiente, insumiso con los poderosos, azote de la corrupción y patriota sin complejos. Si quieres más información de cómo vamos a lanzar La Tribuna de España, entra aquí
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