miércoles, 30 de julio de 2014

EL MANUAL SECRETO DE PROPAGANDA DE LOS ISRAELIES



Patrick Cockburn   The Independent  - RELACIONES PUBLICAS - MANIPULACION DEL LENGUAJE 

El informe Luntz

Los portavoces israelíes tienen que trabajar duro para explicar cómo han llegado a matar a más de 1.000 palestinos en Gaza, la mayoría de ellos civiles, en comparación con los tres civiles que han muerto en Israel a consecuencia de los cohetes y morteros de Hamas.

Pero en la radio, la televisión y los periódicos los portavoces del gobierno israelí como Mark Regev se muestran más sofisticados y menos agresivos que sus predecesores, quienes a menudo se mostraban visiblemente indiferentes ante la cifra de muertos palestinos.









Hay una razón que explica esta mejora de las habilidades en materia de relaciones públicas de los portavoces israelíes.

A juzgar por lo que dicen, el manual de instrucciones que están utilizando es un estudio profesional, bien investigado y confidencial que explica cómo influir en los medios de comunicación y en la opinión pública estadounidense y europea. Escrito por el experto encuestador y estratega político republicano
Frank Luntz, el estudio fue encargado hace cinco años por un grupo llamado The Israel Project, con oficinas en EEUU e Israel, para ser utilizado por todas aquellas personas "situadas en primera línea de combate en la guerra mediática a favor de Israel".

Cada una de las 112 páginas del libro está marcada con la leyenda "no distribuir ni publicar", y es fácil comprender por qué.
El informe Luntz, titulado oficialmente "Diccionario Global de Lenguaje 2009 del Proyecto Israel“, fue filtrado casi de forma inmediata a Newsweek Online, pero su verdadera importancia rara vez ha sido apreciada.

El texto debería ser de lectura obligada para todo el mundo, especialmente para los periodistas interesados en cualquier aspecto de la política israelí, debido a las consignas que imparte a los portavoces israelíes sobre “lo que debe decirse y lo que no”.

Estas consignas son muy reveladoras de la brecha que separa aquello que los funcionarios y políticos israelíes dicen de lo que realmente piensan, estando lo que dicen minuciosamente ajustado al resultado de sondeos específicamente diseñados para descubrir qué es lo que los estadounidenses quieren oír.

Desde luego, ningún periodista que entreviste a un portavoz israelí debería hacerlo sin leer este compendio de muchos de los temas y frases empleados por el señor Regev y sus colegas.

El manual está lleno de sabrosos consejos sobre la forma en que deben amoldar sus respuestas a las diferentes audiencias.

Por ejemplo, el estudio dice que "los estadounidenses están de acuerdo en que Israel ‘tiene derecho a poseer fronteras defendibles’.

Sin embargo, no le aporta ningún beneficio definir exactamente cuáles deberían ser esas fronteras. Evite hablar de fronteras en términos de pre- o post- 1967, ya que eso sólo sirve para recordar a los estadounidenses la historia militar de Israel. Eso resulta especialmente perjudicial en la izquierda. Por ejemplo, el apoyo al derecho de Israel a tener fronteras defendibles cae de un intoxicador 89% a menos del 60% por ciento cuando se habla de ellas en términos de 1967".

¿Y qué hay del derecho al retorno de los refugiados palestinos que fueron expulsados ​​o huyeron en 1948 y en los años siguientes y a quienes no se permite regresar a sus hogares?
Aquí el doctor  Luntz tiene un sutil consejo para los portavoces al afirmar que "el derecho al retorno es una cuestión demasiado peliaguda para que los israelíes la comuniquen de manera eficaz, pues en gran parte del discurso israelí resuena el eco de aquel "separados pero iguales" que invocaban los segregacionistas de 1950 y de los partidarios del apartheid de la década de 1980. El hecho es que a los estadounidenses no les gusta, no creen y no aceptan el concepto de ‘separados pero iguales' ".

Entonces, ¿cómo deben los portavoces actuar con respecto a lo que el folleto admite es una pregunta difícil? Deberían llamarlo una "demanda", partiendo de la base de que a los estadounidenses no les gusta la gente que hace demandas. "Luego diga que 'los palestinos no están satisfechos con su propio Estado. Ahora exigen territorio dentro de Israel'". Otras sugerencias para una respuesta israelí efectiva incluyen decir que el derecho a retornar podría llegar a ser parte de un acuerdo final "en algún momento en el futuro".

El doctor    Luntz constata que los estadounidenses en general tienen miedo a la inmigración masiva en EEUU, por lo que hablar de "inmigración palestina masiva" en Israel no les va a resultar agradable. Si nada de eso funciona, diga que el retorno de los palestinos "haría descarrilar los esfuerzos para lograr la paz".

El informe Luntz fue redactado a raíz de la Operación Plomo Fundido de diciembre de 2008 y enero de 2009, que causó la muerte de 1.387 palestinos y nueve israelíes.


EE.UU. en manos de los Sionistas:

 EE.UU. le da a Israel once millones de dólares por día.


Un ataque letal de Israel arrasa un barrio de Gaza en una hora.
Captura de pantalla 2014-07-29 a la(s) 18.15.12. 29 julio, 2014 0  Fuente: La República


Los bombardeos israelíes han asesinado a más de mil doscientas personas en la Franja de Gaza desde el 8 de julio, y continúan sin tregua.


Hay un capítulo entero dedicado a la cuestión de "aislar a un Hamás respaldado por Irán y que constituye un obstáculo para la paz". Desafortunadamente, cuando el 6 de julio se inició la operación Borde Protector a los propagandistas israelíes les surgió un problema, pues Hamas se había enemistado con Irán con motivo de la guerra de Siria y no mantenía contactos con Teherán. Las relaciones amistosas se han reanudado en los últimos días, gracias… a la invasión israelí.

Gran parte de los consejos del doctor Luntz se refieren al tono y a la presentación de los argumentos a favor de Israel. Según él, es absolutamente crucial exudar empatía hacia los palestinos: "A los sujetos a persuadir [sic] no les preocupa conocer cuánto sabes sino saber cuánto te preocupas. Debes mostrar empatía hacia ambas partes". Eso podría explicar por qué numerosos portavoces israelíes aparecen casi sollozando por la trágica situación de los palestinos machacados por las bombas y proyectiles israelíes.

En una frase marcada en negrita, subrayada y escrita con letras mayúsculas el doctor Luntz sostiene que los portavoces y líderes políticos israelíes no deben nunca, nunca jamás, justificar "la masacre deliberada de mujeres y niños inocentes" y deben desafiar agresivamente a quienes acusan a Israel de tal crimen. Los portavoces israelíes sudaron la gota gorda para ser fieles a esta prescripción cuando el pasado jueves las bombas israelíes mataron a 16 palestinos en un refugio de la ONU en Gaza.

Hay una lista de palabras y frases que deben ser utilizadas y una lista de las que hay que evitar.

El schmaltz(1) -
SENTIMENTALISMO EXAGERADO -  cotiza alto:

 "La mejor y única manera de lograr la paz duradera es conseguir el respeto mutuo". Por encima de todo, hay que enfatizar en todo momento los deseos de paz de Israel con los palestinos, porque eso lo que anhela la abrumadora mayoría de los estadounidenses. 
Pero toda presión sobre Israel para que haga realmente la paz puede aligerarse diciendo: "[hay que avanzar] paso a paso, día a día", lo cual será aceptado como "un enfoque razonable con respecto a la ecuación tierra por paz".

El doctor Luntz cita como ejemplo de un "slogan israelí eficaz", aquel que dice:
Quiero dirigirme especialmente a las madres palestinas que han perdido a sus hijos. Ningún progenitor debería tener que enterrar a su vástago".

El estudio admite que en realidad el gobierno israelí no quiere una solución de dos Estados, pero dice que ese dato debe ser enmascarado porque el 78% de los estadounidenses sí la desea. Hay que enfatizar la esperanza en una mejoría económica para los palestinos.

Se menciona con aprobación al primer ministro Benjamin Netanyahu por haber afirmado que “es hora de que alguien le pregunte a Hamas:
¿Qué estáis haciendo vosotros para traer la prosperidad a vuestro pueblo?". La pregunta resulta inverosímil de puro hipócrita: son los siete años de asedio económico israelí los que han reducido la franja de Gaza a la pobreza y a la miseria.

El objetivo de la presentación de hechos que hacen los portavoces israelíes es siempre dar a los estadounidenses y a los europeos la impresión de que Israel quiere la paz con los palestinos y que está dispuesto a ceder para lograrla, cuando todas las evidencias indican justamente lo contrario.

Aunque no fue concebido como tal, existen pocos estudios que arrojen más luz que éste sobre el moderno Israel tanto en tiempos de guerra como de paz.

Nota:
(1) Schmaltz: sentimentalismo exagerado.

Fuente: http://www.independent.co.uk/voices/comment/israelgaza-conflict-the-secret-report-that-helps-israelis-to-hide-facts-9630765.html


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ARTICULO PUBLICADO EN: 

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martes, 29 de julio de 2014

La metamorfosis de Bachar al-Assad



por Thierry Meyssan

Desde el retiro de Fidel Castro, el fallecimiento de Hugo Chávez y la prohibición a Mahmud Ahmadinejad de presentar un candidato a la elección presidencial en Irán, el movimiento revolucionario carece de un líder mundial. Digamos mejor que “carecía”, porque la increíble tenacidad y sangre fría de Bachar al-Assad han convertido al presidente sirio en el único jefe de un ejecutivo en todo el mundo que ha logrado sobrevivir a la agresión militar concertada de una amplia coalición internacional encabezada por Washington y que ha sido después ampliamente reelecto por su pueblo.
Red Voltaire | 28 de julio de 2014 


Desde su primer encuentro con Bachar al-Assad, Hugo Chávez declaró que el    presidente sirio se convertiría en el principal líder  revolucionario  del mundo. 



Bachar al-Assad no tenía intenciones de dedicarse a la política. Su objetivo era hacerse oftalmólogo. Sin embargo, al morir su hermano Bassel, Bachar al-Assad regresó del Reino Unido –donde estaba cursando estudios– y aceptó ponerse al servicio de su patria y de su padre. Al morir este último, Bachar al-Assad aceptó ser su sucesor en aras de preservar la unidad del país. Sus primeros años de gobierno fueron un intento de modificar la composición de las clases sociales como medio de hacer posible un sistema democrático que nadie le exigía. Bachar al-Assad desmanteló pacientemente el sistema autoritario del pasado y comenzó a vincular la población a la vida pública.

Pero, apenas había llegado al poder, se le informó que Estados Unidos había decidido destruir Siria. Su trabajo como presidente tuvo que orientarse fundamentalmente al fortalecimiento del Ejército Árabe Sirio, a la creación de nuevas alianzas externas y a tratar de frustrar el complot. A partir de 2005, con la aparición de la comisión Mehlis, tuvo que enfrentar  la oposición del mundo entero, que le imputaba el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri. Sin embargo, no fue hasta 2011 que las potencias coloniales se unieron contra él y contra Siria.

Y cuál fue su sorpresa, al principio de los incidentes, cuando al recibir una delegación de la pequeña localidad siria donde se había registrado la principal manifestación la única demanda que se le planteó fue que los alauitas fuesen expulsados del lugar. Indignado, puso fin a la entrevista y decidió defender a toda costa la civilización siria basada en el principio del «vivir juntos».

En 3 años, el tímido médico tuvo que convertirse en líder militar. Inicialmente respaldado casi exclusivamente por su ejército, fue obteniendo poco a poco el apoyo de su pueblo, que lo eligió recientemente –en plena guerra– para ejercer un tercer mandato con el 88,7% de los votos válidos. Eso significa que el 65% de los electores sirios votó por él. El discurso que pronunció después de prestar juramento y tomar posesión del cargo expresa hasta qué punto el actual presidente de Siria ha logrado modificar el curso de los acontecimientos [1].

El ideal que expresa en ese discurso es, en primer lugar, el del deber hacia la Patria republicana. El presidente sirio ha luchado todo este tiempo en defensa de los hombres y mujeres a quienes se quiso imponer una dictadura religiosa que en realidad está al servicio del imperialismo. Y a veces, al luchar por ellos, tuvo que hacerlo en contra de la voluntad de ellos mismos. Luchó por ellos sin saber si alcanzaría la victoria, porque prefirió morir por la Justicia antes que aceptar el exilio dorado –pero infamante– que le ofrecían los «occidentales».

Poco antes, los dictadores Ben Ali y Hosni Mubarak habían cedido en cuanto fueron objeto de las primeras presiones de Washington, abandonando sus respectivos países en manos de la Hermandad Musulmana. Peor aún, el autócrata qatarí Hamad ben Khalifa Al-Thani abdicó después, como un niño asustado, en cuanto Barack Obama frunció levemente el ceño. Khalifa al-Thani prefirió irse corriendo a disfrutar de su fabulosa fortuna, robada al pueblo de Qatar, antes que arriesgarse a luchar por conservar el trono.

Al principio se trataba, para Bachar al-Assad, de resistir ante los ataques del imperio. Pero ante la victoria, le asalta ahora el deseo de ir más lejos, de cuestionar el desorden mundial. Y hoy se nos revela como un verdadero líder revolucionario, exactamente como lo adelantó Hugo Chávez cuando el mundo aún le veía solamente como un simple «heredero». Es por ello que, independientemente de las bajezas y traiciones de ciertos políticos, Bachar al-Assad no puede dejar de asumir la defensa del pueblo palestino masacrado por la colonia israelí en la franja de Gaza.

La Revolución de Bachar al-Assad es, en primer lugar, una lucha de liberación contra el oscurantismo religioso, representado en todo el mundo árabe por las monarquías wahabitas de Arabia Saudita y Qatar. El objetivo de esa lucha es garantizar el libre desempeño de cada individuo, sea cual sea su religión, y proclama por tanto su carácter laico al oponerse al conformismo religioso. En esa lucha plantea que Dios no sostiene ninguna religión en particular sino el reino de la Justicia común para todos. Y de hecho plantea la creencia como una cuestión personal y privada de cada cual, haciendo de ella la fuente que permite a cada individuo hallar las fuerzas para luchar contra un enemigo superior y vencerlo de forma colectiva.

Como todo el que ha tenido que hacer frente a una guerra, Bachar al-Assad no ha podido admitir la idea de que los horrores cometidos sean culpa únicamente de hombres malos que clavaron «sus colmillos en el cuerpo de Siria, sembrando muerte y destrucción, devorando corazones e hígados humanos, degollando y decapitando». Aceptar esa idea simplificadora sería perder toda esperanza en el género humano. Interpreta, por lo tanto, esos crímenes como desmanes perpetrados bajo la influencia del Diablo, que manipula a los criminales a través de la llamada «Hermandad Musulmana».

El nombre del «Diablo» incluye una referencia etimológica al lenguaje marcado por la duplicidad. El presidente al-Assad desmantela así el eslogan de las «primaveras árabes», inventado por el Departamento de Estado Norteamericano para llevar la Hermandad Musulmana al poder en el Magreb, en el Levante y en la región del Golfo. En todas esas regiones, los partidarios de la sumisión al imperialismo siguieron las banderas de la época colonial. En Libia hicieron ondear la bandera de la monarquía wahabita de los Senussi, y en Siria desplegaron la del mandato francés, mientras decían emprender una «revolución»… junto a los tiranos que gobiernan en Riad y en Doha.

La guerra fue para Bachar al-Assad una larga transformación de orden personal. La vivió guiado por su ideal de «actuar al servicio del interés público», de aquello que los hombres de la Antigua Roma llamaban «la República» pero que los británicos consideran una quimera útil para esconder ambiciones autoritarias. Al igual que Robespierre «el Incorruptible», comprendió que ese ideal no puede tolerar ningún tipo de traición ni, por ende, ninguna forma de corrupción. Al igual que su padre, Hafez al-Assad, el actual presidente de Siria vive con sobriedad y desconfía del lujo ostentoso de ciertos potentados del comercio y de la industria, sean o no miembros de su propia familia.

Bachar al-Assad se ha convertido en un líder revolucionario, en el único jefe de Estado del mundo que ha sobrevivido al ataque conjunto de una amplia coalición colonial encabezada por Washington y que ha sido después ampliamente reelecto por su propio pueblo. Con esos logros entra en la Historia.


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