Como siempre que suceden este tipo de atentados los medios
de desinformación masiva se empeñan en mostrarnos lo solidaria que es la gente
común en estas situaciones, lo buenos que son los cuerpos de policía y que
todos nos tenemos que unir frente al terrorismo criminal.
Manifestaciones, duelos, velas, solidaridad con las víctimas
y un bombardeo interminable en los medios que raya en lo paranoico. Y lo más
sub-realista es ver a la castuza política con cara de circunstancias, trajes y
corbatas negras haciendo el paripé, minutos de silencio y toda la parafernalia
que utilizan para la ocasión. Es como las telenovelas en las que priva lo banal
y las poses sentimentaloides para arrancar la lágrima fácil del espectador
menos exigente. Si no fuera un asunto tan transcendente y tan trágico me podría
producir hasta una carcajada.
Yo tengo muy claro que los buenos están en la gente de la
calle y los asesinos están muy arriba del poder económico mundial.
Ahora, pasados los “fastos” de Barcelona ¿qué van a hacer
nuestras autoridades para terminar con este arma de terror creada por esa banda
de criminales que controla el mundo?.
Ni Francia, ni Alemania, ni Bélgica, ni Reino Unido, ni
ningún país que ha sufrido estos atentados hace nada por evitarlo.
Aquí no sirve para nada ni siquiera el nivel 5 de alerta
antiterrorista. Ni siquiera todo el ejército en la calle lo va a evitar si no
se ataca la raíz del problema.
Todos saben, a altos niveles políticos y sus servicios
secretos quién financia y dirige a estas células de pobres desgraciados engañados
que se inmolan matando y clamando por Alá.
Esos terroristas están extraídos del mundo de la
delincuencia, de la droga y de los bajos fondos. Ese es el motivo por el que la
mayoría de ellos están fichados por la policía. Suelen ser la segunda
generación en Europa de inmigrantes de países árabes que están frustrados por
no haberse integrado en las sociedades en que viven. Está claro que no tienen
ni puta idea de lo que significa la religión islámica ni Alá ni nada que se le
parezca.
Son utilizados por una depravada élite que le importa una
mierda la religión, la gente común y cualquier institución que se le oponga.
Les lavan el cerebro aprovechando esa falla en sus valores para introducir
sofisticadas técnicas de lavado de cerebro que han desarrollado los servicios
secretos como el MOSSAD, CIA, MI6 y otros durante años. Se apoyan en todo tipo
de herramientas tanto psicológicas como químicas (drogas y desinhibidores como
el Glucagon, este último llamado la droga de los yihadistas que se distribuye
por toneladas en Oriente Medio en las filas del ISIS, EIIL o como se le quiera llamar). Les ponen en la
calle con dinero y armas y son capaces de matar a su propia familia.
Esta gente con un germen de descontento y frustración son
carne de cañón de operaciones de captación llevadas a cabo por servicios de
inteligencia oficiales y no oficiales de varios países, unos como promotores:
MOSSAD de Israel, otros como financiadores Arabia Saudí y algunos países árabes
y otros como colaboradores necesarios: MI6 de Reino Unido y toda la banda de países
subyugados y acólitos de la OTAN. Añado en
último lugar a los más pringados dentro de la OTAN que somos nosotros: España.
Nosotros ni pinchamos ni cortamos, hacemos lo que nos mandan
de fuera.
Aquí nadie tiene la valentía de decretar un embargo contra
Israel, contra Arabia Saudí y otros países desde donde se sabe que se promueve
el terrorismo.
Claro dejaríamos de vender armas y hacer infraestructuras en
esos países. Eso serían perdidas económicas muy grandes y se perderían muchos
puestos de trabajo aquí. Y si no les vendemos las armas nosotros lo harán
otros.
Podemos pasar por encima de la vida de nuestros ciudadanos y
pagar un canon de vidas humanas para que algunos sigan medrando en sus
mezquinas empresas.
Eso sí, apoyamos los embargos contra Rusia aunque jodamos
las exportaciones de tomates de Almeria, naranjas de Valencia o aceite de oliva
de Andalucía porque tenemos miedo a esos bastardos que nos obligan a hacerlo desde
la City Londinense o desde Wall Street.
Apoyamos a los países que invadieron Irak, Afganistan, Libia,
Siria, etc. porque a otros les convenía hacer sus geopolíticas. Nosotros ponemos
el dinero que sale de los bolsillos de todos los que pagamos al fisco y
soldados (que van de “labores humanitarias”, ¡Pero cómo se puede tener tanta
desfachatez!) por si nos cae algún contrato migaja que nos dejen los grandes
para reconstruir esos países después de matar a muchos de sus habitantes y robarles
sus recursos.
Sin embargo a los gobiernos decrépitos e inmorales que salen
de la falsas democracias de nuestra decadente Europa les importa muy poco o
nada que esos sin-escrúpulos nos manden a sus células terroristas a matar a nuestros
ciudadanos. Ellos persiguen sus intereses y saben muy bien por qué lo hacen.
Han sido muy pocos y modestos los periodistas que han sacado
casi de puntillas en estos días las culpabilidades de Arabia Saudí, pero
ninguno las de Israel ni las connivencias de Europa con estos.
¿Y la ONU? ¿Sirve para algo?
¿Qué hace la ONU? Callarse como una muerta. Allí al que se
mueve le invaden al día siguiente. Los que podían hacer algo Rusia y China ni
siquiera se atreven a usar su veto. También tienen intereses…
La única esperanza somos la gente de a pie.
¿Pero la gente qué hace? Nada tampoco. Desinformada y
desunida no sabe, no contesta. Se conforma con poner ositos de peluche en los
lugares donde masacraron a algunos de sus semejantes. Dentro de pocos días
habrá otra desgracia fortuita o creada “ad hoc” y se olvidará rápidamente del
suceso. Noticia tapa noticia, en el argot de los medios.
El día que la gente se entere y sea consciente de donde está
puede arder Troya. Pero ya se encargan de que siga inconsciente, borrega y
desinformada... a pesar de Internet.
El autor del blog.