jueves, 22 de abril de 2021

ESTUDIO CIENTIFICO CONTRADICE LA EFECTIVIDAD DE LAS MASCARILLAS ANTE LA COVID-19

Este trabajo cuestiona muy seriamente la imposición masiva en todo tipo de espacio, tanto interior como exterior,  de la mascarilla a la población por parte de los gobiernos como una medida profiláctica tendente a evitar la propagación del virus en la pandemia del COVID-19. 

Cabe preguntarse aquí quienes son los responsables de tal medida, con qué intención y en qué criterios científicos se han basado para ello. 

¿Han aplicado criterios científicos o políticos?

Este estudio es serio y contradice lo impuesto hasta ahora por los gobiernos. Cada uno que saque sus propias conclusiones. 

Este artículo está publicado en PubMed Central® (PMC)  en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH/NLM).  https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7680614/

TEXTO TRADUCIDO POR LA HERRAMIENTA DE TRADUCCION AUTOMATICA DE LA WEB

EXISTEN CIERTAS PALABRAS O FRASES NO TOTALMENTE CORRECTAS EN CASTELLANO PERO QUE NO DESVIRTUAN PARA NADA EL CONTENIDO DE ESTE ESTUDIO CIENTIFICO CUYO OBJETIVO ES INFORMAR A LOS LECTORES QUE NO PUEDEN ENTENDER EL ORIGINAL EL INGLES.

AUNQUE SE HA INDICADO EN LA CABECERA, AL FINAL SE INCLUYE NUEVAMENTE EL ENLACE AL TEXTO ORIGINAL EN INGLES)

 


 

Hipótesis médicas. 2021 Ene; 146: 110411.

Publicado en línea 2020 Nov 22. doi: 10.1016/j.mehy.2020.110411

PMCID: PMC7680614

PMID: 33303303

Máscaras faciales en la era COVID-19: Una hipótesis de salud

Baruch Vainshelboim

Información del autor Artículo toma nota de la información de derechos de autor y licencia Descargo de responsabilidad

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Abstracto

Muchos países de todo el mundo utilizaron máscaras faciales médicas y no médicas como intervención no farmacéutica para reducir la transmisión e infectividad de la enfermedad por coronavirus-2019 (COVID-19). Aunque, falta evidencia científica que respalde la eficacia de las máscaras faciales, se establecen efectos fisiológicos adversos, psicológicos y de salud. Se ha hipotetizado que las máscaras faciales han comprometido el perfil de seguridad y eficacia y deben evitarse su uso. El artículo actual resume exhaustivamente las evidencias científicas con respecto al uso de máscaras faciales en la era COVID-19, proporcionando información provechosa para la salud pública y la toma de decisiones.

Muchos países de todo el mundo utilizaron máscaras faciales médicas y no médicas como intervención no farmacéutica para reducir la transmisión e infectividad de la enfermedad por coronavirus-2019 (COVID-19). Aunque, falta evidencia científica que respalde la eficacia de las máscaras faciales, se establecen efectos fisiológicos adversos, psicológicos y de salud. Se ha hipotetizado que las máscaras faciales han comprometido el perfil de seguridad y eficacia y deben evitarse su uso. El artículo actual resume exhaustivamente las evidencias científicas con respecto al uso de máscaras faciales en la era COVID-19, proporcionando información próspera para la salud pública y la toma de decisiones.

Palabras clave: Fisiología, Psicología, Salud, SARS-CoV-2, Seguridad, Eficacia

 

Introducción

Las máscaras faciales son parte de intervenciones no farmacéuticas que proporcionan cierta barrera respiratoria a la boca y la nariz que se han utilizado para reducir la transmisión de patógenos respiratorios [1]. Las máscaras faciales pueden ser médicas y no médicas, donde dos tipos de máscaras médicas son utilizadas principalmente por los trabajadores sanitarios [1][2]. El primer tipo es la máscara N95 certificada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH), un respirador de pieza facial filtrante, y el segundo tipo es una máscara quirúrgica [1]. Los usos diseñados y previstos de N95 y las máscaras quirúrgicas son diferentes en el tipo de protección que potencialmente proporcionan. Los N95 se componen típicamente de medios de filtro electret y se sellan firmemente a la cara del usuario, mientras que las máscaras quirúrgicas son generalmente holgadas y pueden o no contener medios de filtrado electret. Los N95 están diseñados para reducir la exposición por inhalación del usuario a partículas infecciosas y dañinas del medio ambiente, como durante el exterminio de insectos. Por el contrario, las máscaras quirúrgicas están diseñadas para proporcionar una protección de barrera contra salpicaduras, escupitajos y otros fluidos corporales que pueden ser emitidos desde el usuario (como cirujano) hasta el entorno estéril (paciente durante la operación) para reducir el riesgo de contaminación [1].

El tercer tipo de máscaras faciales son las máscaras de tela o tela no médicas. Las máscaras faciales no médicas están hechas de una variedad de materiales tejidos y no tejidos como polipropileno, algodón, poliéster, celulosa, gasa y seda. Aunque las máscaras faciales de tela o tela no médicas no son ni un dispositivo médico ni un equipo de protección personal, la Asociación Francesa de Normalización (Grupo AFNOR) ha desarrollado algunas normas para definir un rendimiento mínimo para la capacidad de filtración y transpirabilidad [2]. El artículo actual revisa las evidencias científicas con respecto a la seguridad y eficacia del uso de máscaras faciales, describiendo los efectos fisiológicos y psicológicos y las posibles consecuencias a largo plazo en la salud.

Hipótesis

El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció una emergencia mundial de salud pública por el síndrome respiratorio agudo grave-coronavirus-2 (SARS-CoV-2) que causaba la enfermedad por coronavirus-2019 (COVID-19) [3]. A 1 de octubre de 2020, en todo el mundo se notificaron 34.166.633 casos y 1.018.876 han muerto con diagnóstico del virus. Curiosamente, el 99% de los casos detectados con SARS-CoV-2 son asintomáticos o tienen una afección leve, lo que contradice con el nombre del virus (síndrome respiratorio agudo grave-coronavirus-2) [4]. Aunque la tasa de mortalidad por infección (número de casos de muerte divididos por el número de casos notificados) inicialmente parece bastante alta 0,029 (2,9%) [4], esta sobreestimación se refería a un número limitado de pruebas COVID-19 realizadas que se inclinan hacia tasas más altas. Dado el hecho de que los casos asintomáticos o mínimamente sintomáticos son varias veces más altos que el número de casos notificados, la tasa de mortalidad por casos es considerablemente inferior al 1% [5]. Así lo confirmó el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, afirmando que "las consecuencias clínicas generales del COVID-19 son similares a las de la gripe estacional grave" [5], con una tasa de mortalidad por caso de aproximadamente el 0,1% [5][6][7][8]. Además, los datos de pacientes hospitalizados con COVID-19 y público en general indican que la mayoría de las muertes se dieron entre personas mayores y con enfermedades crónicas, lo que apoya la posibilidad de que el virus pueda exacerbar las condiciones existentes, pero rara vez causa la muerte por sí mismo [9][10]. El SARS-CoV-2 afecta principalmente el sistema respiratorio y puede causar complicaciones como síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), insuficiencia respiratoria y muerte [3][9]. Sin embargo, no está claro cuál es la base científica y clínica para usar máscaras faciales como estrategia protectora, dado el hecho de que las máscaras faciales restringen la respiración, causando hipoxemia e hipercapnia y aumentan el riesgo de complicaciones respiratorias, autocontaminación y exacerbación de las condiciones crónicas existentes [2][11][12][13][14].

Cabe destacar, hiperoxia o suplementación de oxígeno (aire respirador con O parcial alta2 presiones que sobre el nivel del mar) se han establecido bien como práctica terapéutica y curativa para enfermedades agudas y crónicas de variedades, incluyendo complicaciones respiratorias [11][15]. De hecho, el estándar actual de práctica asistencial para el tratamiento de pacientes hospitalizados con COVID-19 está respirando 100% oxígeno [16][17][18]. Aunque varios países ordenaron usar máscara facial en entornos de atención médica y áreas públicas, faltan evidencias científicas que respalden su eficacia para reducir la morbilidad o mortalidad asociada con enfermedades infecciosas o virales [2][14][19]. Por lo tanto, se ha hipotetizado: 1) la práctica de usar máscaras faciales ha comprometido el perfil de seguridad y eficacia, 2) Tanto las máscaras faciales médicas como las no médicas son ineficaces para reducir la transmisión de persona a persona y la infectividad del SARS-CoV-2 y covid-19, 3) El uso de máscaras faciales tiene efectos fisiológicos y psicológicos adversos, 4) Las consecuencias a largo plazo del uso de máscaras faciales en la salud son perjudiciales.

 

Evolución de la hipótesis

Fisiología respiratoria

La respiración es una de las funciones fisiológicas más importantes para sostener la vida y la salud. El cuerpo humano requiere un oxígeno continuo y adecuado (O2) suministro a todos los órganos y células para la función normal y la supervivencia. La respiración también es un proceso esencial para eliminar subproductos metabólicos [dióxido de carbono (CO2)] que ocurre durante la respiración celular [12][13]. Está bien establecido que el déficit significativo agudo en O2 (hipoxemia) y aumento de los niveles de CO2 (hipercapnia) incluso durante unos minutos puede ser gravemente dañina y letal, mientras que la hipoxemia crónica y la hipercapnia causan deterioro de la salud, exacerbación de las condiciones existentes, morbilidad y, en última instancia, mortalidad [11][20][21][22]. Los medicamentos de emergencia demuestran que 5-6 minutos de hipoxemia grave durante un paro cardíaco causarán muerte cerebral con tasas de supervivencia extremadamente pobres [20][21][22][23]. Por otro lado, hipoxemia crónica leve o moderada e hipercapnia como el uso de máscaras faciales que resultan en un cambio a una mayor contribución del metabolismo energético anaeróbico, disminución de los niveles de pH y aumento de las células y acidez sanguínea, toxicidad, estrés oxidativo, inflamación crónica, inmunosupresión y deterioro de la salud [24][11][12][13].

Eficacia de las máscaras faciales

Las propiedades físicas de las máscaras faciales médicas y no médicas sugieren que las máscaras faciales son ineficaces para bloquear las partículas virales debido a su diferencia en las escalas [16][17][25]. Según el conocimiento actual, el virus SARS-CoV-2 tiene un diámetro de 60 nm a 140 nm [nanómetros (mil millonésimas de metro)] [16][17], mientras que el diámetro del hilo de las máscaras faciales médicas y no médicas oscila entre 55 μm y 440 μm [micrómetros (una millonésima parte de un metro), que es más de 1000 veces más grande [25]. Debido a la diferencia de tamaños entre el diámetro sars-cov-2 y el diámetro del trenzado de las máscaras faciales (el virus es 1000 veces más pequeño), el SARS-CoV-2 puede pasar fácilmente a través de cualquier máscara facial [25]. Además, la tasa de filtración de eficiencia de las máscaras faciales es pobre, que va desde el 0,7% en la mascarilla tejida no quirúrgica, de gasa de algodón y el 26% en el material más suave de algodón [2]. Con respecto a las máscaras faciales quirúrgicas y médicas N95, la tasa de filtración de eficiencia cae al 15% y al 58%, respectivamente, cuando existe incluso una pequeña abertura entre la máscara y la cara [25].

La evidencia científica clínica desafía aún más la eficacia de las máscaras faciales para bloquear la transmisión o infectividad de persona a persona. Un ensayo controlado aleatorio (RCT) de 246 participantes [123 (50%) sintomáticos)] que fueron asignados a usar o no usar máscara facial quirúrgica, evaluando la transmisión de virus incluyendo coronavirus [26]. Los resultados de este estudio mostraron que entre los individuos sintomáticos (aquellos con fiebre, tos, dolor de garganta, moqueo nasal ect...) no había diferencia entre usar y no usar máscara facial para la transmisión de gotas de coronavirus de partículas de >5 μm.( μm: millonésima de metro). Entre los individuos asintomáticos, no se detectaron gotas ni aerosoles de coronavirus de ningún participante con o sin la máscara, lo que sugiere que los individuos asintomáticos no transmiten ni infectan a otras personas [26]. Esto fue apoyado además por un estudio sobre la infectividad donde 445 individuos asintomáticos fueron expuestos a portadores asintomáticos SARS-CoV-2 ( positivos para el SARS-CoV-2) utilizando contacto cercano (espacio de cuarentena compartido) durante una media de 4 a 5 días. El estudio encontró que ninguno de los 445 individuos fue infectado con SARS-CoV-2 confirmado por la polimerasa de transcripción inversa (PCR) en tiempo real [27].

Un metanálisis entre los trabajadores de la salud encontró que en comparación con no tener máscaras, máscara quirúrgica y respiradores N95 no eran eficaces contra la transmisión de infecciones virales o enfermedades similares a la gripe basadas en seis TR [28]. Utilizando análisis separados de 23 estudios observacionales, este metanálisis no encontró ningún efecto protector de la máscara médica o respiradores N95 contra el virus sars [28]. Una revisión sistemática reciente de 39 estudios, incluidos 33.867 participantes en entornos comunitarios (enfermedad de autoinfoncia), no encontró ninguna diferencia entre los respiradores N95 frente a las máscaras quirúrgicas y las máscaras quirúrgicas frente a ninguna máscara en el riesgo de desarrollar gripe o enfermedad similar a la gripe, lo que sugiere su ineficacia de bloquear las transmisiones virales en entornos comunitarios [29].

Otro metanálisis de 44 estudios no RCT (n = 25.697 participantes) que examinan la posible reducción del riesgo de máscaras faciales contra el SRAS, el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y las transmisiones COVID-19 [30]. El metanálisis incluyó cuatro estudios específicos sobre la transmisión COVID-19 (5.929 participantes, principalmente trabajadores sanitarios utilizaron máscaras N95). Aunque los hallazgos generales mostraron un menor riesgo de transmisión del virus con máscaras faciales, el análisis tenía limitaciones severas para sacar conclusiones. Uno de los cuatro estudios covid-19 tenía cero casos infectados en ambos brazos, y fue excluido del cálculo meta-analítico. Otros dos estudios covid-19 tenían modelos no ajustados, y también fueron excluidos del análisis general. Los resultados meta-analíticos se basaron en un solo COVID-19, un MERS y 8 estudios sars, lo que resultó en un sesgo de alta selección de los estudios y la contaminación de los resultados entre diferentes virus. Sobre la base de cuatro estudios covid-19, el metanálisis no demostró la reducción del riesgo de máscaras faciales para la transmisión COVID-19, donde los autores informaron que los resultados del metanálisis tienen baja certeza y no son concluyentes [30].

En una publicación temprana, la OMS declaró que "no se requieren máscaras faciales, ya que no se dispone de pruebas sobre su utilidad para proteger a las personas no enfermas" [14]. En la misma publicación, la OMS declaró que "no se recomiendan máscaras de tela (por ejemplo, algodón o gasa) bajo ninguna circunstancia" [14]. Por el contrario, en publicaciones posteriores, la OMS declaró que el uso de máscaras faciales fabricadas en telas (polipropileno, algodón, poliéster, celulosa, gasa y seda) es una práctica comunitaria general para "prevenir al usuario infectado que transmite el virus a otros y/o para ofrecer protección al usuario sano contra la infección (prevención)" [2]. La misma publicación se atrevíó además al afirmar que debido a la menor filtración, transpirabilidad y rendimiento general de las máscaras faciales de tela, el uso de máscaras de tela tejidas como telas, y/o tejidos no tejidos, sólo debe considerarse para personas infectadas y no para la práctica de prevención en individuos asintomáticos [2]. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) hizo una recomendación similar, afirmando que sólo las personas sintomáticas deben considerar el uso de máscara facial, mientras que para las personas asintomáticas esta práctica no se recomienda [31]. En consonancia con los CDC, científicos clínicos de los Departamentos de Enfermedades Infecciosas y Microbiología en Australia aconsejan contra el uso de máscaras faciales para los trabajadores de la salud, argumentando que no hay justificación para tal práctica, mientras que la relación de cuidado normal entre los pacientes y el personal médico podría verse comprometida [32]. Además, la OMS anunció repetidamente que "en la actualidad no hay pruebas directas (de estudios sobre covid-19) sobre la eficacia del enmascaramiento facial de personas sanas en la comunidad para prevenir la infección de virus respiratorios, incluido el COVID-19"[2]. A pesar de estas controversias, los posibles daños y riesgos de usar máscaras faciales fueron claramente reconocidos. Estos incluyen autocontaminación debido a tocarla con la mano o no reemplazarla cuando la máscara está húmeda, sucia o dañada, desarrollo de lesiones faciales de la piel, dermatitis irritante o empeoramiento del acné y molestias psicológicas. Las poblaciones vulnerables, como las personas con trastornos de salud mental, las discapacidades del desarrollo, los problemas auditivos, las personas que viven en ambientes calurosos y húmedos, los niños y los pacientes con afecciones respiratorias corren un riesgo significativo para la salud de complicaciones y daños [2].

Efectos fisiológicos del uso de máscaras faciales

El uso mecánico de máscara facial restringe la respiración al aumentar la resistencia al movimiento del aire durante el proceso de inhalación y exhalación [12][13]. Aunque, el aumento intermitente (varias veces a la semana) y repetitivo (10-15 respiraciones para 2-4 juegos) en la resistencia a la respiración puede ser adaptativo para fortalecer los músculos respiratorios [33][34], el efecto prolongado y continuo de usar máscara facial es maladaptivo y podría ser perjudicial para la salud [11][12][13]. En condiciones normales a nivel del mar, el aire contiene el 20,93%2 y 0,03% CO2, proporcionando presiones parciales de 100 mmHg y 40 mmHg para estos gases en la sangre arterial, respectivamente. Estas concentraciones de gas se alteran significativamente cuando la respiración ocurre a través de la máscara facial. Un aire atrapado que permanece entre la boca, la nariz y la máscara facial se respira repetidamente dentro y fuera del cuerpo, que contiene bajo O2 y CO2 con alta concentracion, causando hipoxemia e hipercapnia [35][36][11][12][13]. La hipoxemia grave también puede provocar complicaciones cardiopulmonares y neurológicas y se considera un signo clínico importante en la medicina cardiopulmonar [37][38][39][40][41][42]. El bajo contenido de oxígeno en la sangre arterial puede causar isquemia miocárdica, arritmias graves, disfunción ventricular derecha o izquierda, mareos, hipotensión, síncope e hipertensión pulmonar [43]. La hipoxemia crónica de bajo grado y la hipercapnia como resultado del uso de máscara facial pueden causar exacerbación de las condiciones cardiopulmonares, metabólicas, vasculares y neurológicas existentes [37][38][39][40][41][42]Tabla 1 resume los efectos fisiológicos y psicológicos del uso de máscara facial y sus posibles consecuencias a largo plazo para la salud.

Tabla 1

Efectos fisiológicos y psicológicos del uso de máscara facial y sus posibles consecuencias para la salud.

Efectos fisiológicos

Efecto psicológico

Consecuencias para la salud

·         • Hipoxemia

·         • Hipercapnia

·         • Dificultad para respirar

·         • Aumentar la concentración de lactato

·         • Disminución de los niveles de pH

·         • Acidosis

·         • Toxicidad

·         • Inflamación

·         • Autocontaminación

·         • Aumento del nivel de hormonas del estrés (adrenalina, noradrenalina y cortisol)

·         • Aumento de la tensión muscular

·         • Inmunosupresión

·         • Activación de la respuesta al estrés de "lucha o huida"

·         • Condición de estrés crónico

·         • Miedo

·         • Alteraciones del estado de ánimo

·         • Insomnio

·         • Fatiga

·         • Rendimiento cognitivo comprometido

·         • Aumento de la predisposición a enfermedades virales e infecciones

·         • Dolores de cabeza

·         • Ansiedad

·         • Depresión

·         • Hipertensión

·         • Enfermedad cardiovascular

·         • Cáncer

·         • Diabetes

·         • Enfermedad de Alzheimer

·         • Exacerbación de las condiciones y enfermedades existentes

·         • Proceso de envejecimiento acelerado

·         • Deterioro de la salud

·         • Mortalidad prematura

Además de hipoxia e hipercapnia, se respiran a través de residuos de máscara facial componentes bacterianos y gérmenes en la capa interna y exterior de la máscara facial. Estos componentes tóxicos son repetidamenterespirados de nuevo en el cuerpo, causando autocontaminación. Respirar a través de máscaras faciales también aumenta la temperatura y la humedad en el espacio entre la boca y la máscara, lo que resulta en una liberación de partículas tóxicas de los materiales de la máscara [1][2][19][26][35][36]. Una revisión sistemática de la literatura estimó que los niveles de contaminación por aerosoles de las máscaras faciales, incluidos entre 13 y 202.549 virus diferentes [1]. Respirando aire contaminado con altas concentraciones de partículas bacterianas y tóxicas junto con bajo O2 y CO2 alto hace que estos niveles  desafíen continuamente la homeostasis corporal, causando auto-toxicidad e inmunosupresión [1][2][19][26][35][36].

Un estudio en 39 pacientes con enfermedad renal encontró que el uso de máscara facial N95 durante la hemodiálisis redujo significativamente la presión arterial parcial de oxígeno (de PaO2 101,7 a 92,7 mm Hg), aumento de la frecuencia respiratoria (de 16,8 a 18,8 respiraciones/min) y aumento de la aparición de molestias en el pecho y dificultad respiratoria [35]. Normas de Protección Respiratoria de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional, Departamento de Trabajo de ee.UU. afirma que respirar aire con O2 concentración por debajo del 19,5% se considera deficiencia de oxígeno, causando efectos fisiológicos y adversos para la salud. Estos incluyen aumento de la frecuencia respiratoria, frecuencia cardíaca acelerada y deterioros cognitivos relacionados con el pensamiento y la coordinación [36]. Se ha demostrado que un estado crónico de hipoxia leve e hipercapnia es el principal mecanismo para desarrollar disfunción cognitiva basada en estudios en animales y en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica [44].

Los efectos fisiológicos adversos se confirmaron en un estudio de 53 cirujanos donde se utilizó máscara facial quirúrgica durante una operación importante. Después de 60 minutos de máscara facial usando la saturación de oxígeno cayó en más de 1% y la frecuencia cardíaca aumentó en aproximadamente cinco latidos / min [45]. Otro estudio entre 158 trabajadores de la salud que utilizan equipos personales de protección principalmente máscaras faciales N95 informó que el 81% (128 trabajadores) desarrollaron nuevos dolores de cabeza durante sus turnos de trabajo, ya que estos se vuelven obligatorios debido al brote de COVID-19. Para aquellos que utilizaron la máscara facial N95 superior a 4 h por día, la probabilidad de desarrollar dolor de cabeza durante el turno de trabajo fue aproximadamente cuatro veces mayor [Relación de probabilidades = 3,91, IC del 95% (1,35-11,31) p = 0,012], mientras que el 82,2% de los usuarios de N95 desarrollaron el dolor de cabeza ya dentro de ≤10 a 50 [46].

Con respecto a la máscara facial de tela, un RCT que utiliza cuatro semanas de seguimiento comparó el efecto de la máscara facial de tela con las máscaras médicas y sin máscaras sobre la incidencia de enfermedades respiratorias clínicas, enfermedades similares a la gripe e infecciones por virus respiratorios confirmadas por laboratorio entre 1607 participantes de 14 hospitales [19]. Los resultados mostraron que no había diferencia entre usar máscaras de tela, máscaras médicas y no máscaras para la incidencia de enfermedades respiratorias clínicas e infecciones por virus respiratorios confirmadas por laboratorio. Sin embargo, se observó un gran efecto nocivo con más de 13 veces mayor riesgo [Riesgo relativo = IC del 13,25 95% (1,74 a 100,97) para enfermedades similares a la gripe entre aquellos que llevaban máscaras de tela [19]. El estudio concluyó que las máscaras de tela tienen problemas significativos de salud y seguridad, incluyendo retención de humedad, reutilización, filtración deficiente y mayor riesgo de infección, proporcionando recomendación contra el uso de máscaras de tela [19].

Efectos psicológicos del uso de máscaras faciales

Psicológicamente, el uso de máscara facial fundamentalmente tiene efectos negativos en el usuario y la persona cercana. La conectividad básica de ser humano a través de la expresión facial se ve comprometida y la identidad propia se elimina un poco [47][48][49]. Estos movimientos deshumanizadores eliminan parcialmente la singularidad e individualidad de la persona que lleva la máscara facial, así como de la persona conectada [49]. Las conexiones y relaciones sociales son necesidades humanas básicas, que heredan innatamente en todas las personas, mientras que las conexiones reducidas de personas a humanos se asocian con una mala salud mental y física [50][51]. A pesar de la escalada de la tecnología y la globalización que presumiblemente fomentarían las conexiones sociales, los hallazgos científicos muestran que las personas están cada vez más aisladas socialmente, y la prevalencia de la soledad está aumentando en las últimas décadas [50][52]. Las malas conexiones sociales están estrechamente relacionadas con el aislamiento y la soledad, considerados factores de riesgo significativos relacionados con la salud [50][51][52][53].

Un metanálisis de 91 estudios de unas 400.000 personas mostró un 13% más de riesgo mortal entre las personas con baja frecuencia de contacto [53]. Otro metanálisisde 148 estudios prospectivos (308.849 participantes) encontró que las malas relaciones sociales estaban asociadas con un 50% más de riesgo de mortalidad. Las personas que estaban socialmente aisladas o se sentían solas tenían un 45% y un 40% más de riesgo de mortalidad, respectivamente. Estos hallazgos fueron consistentes a través de las edades, el sexo, el estado de salud inicial, la causa de muerte y los períodos de seguimiento [52]. Es importante destacar que el aumento del riesgo de mortalidad se encontró comparable al tabaquismo y a factores de riesgo bien establecidos, como la obesidad y la inactividad física [52]. Una revisión general de 40 revisiones sistemáticas, incluidos 10 metaanálisis, demostró que las relaciones sociales comprometidas estaban asociadas con un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas, depresión, suicidio por ansiedad, cáncer y enfermedad física general [51].

Como se describió anteriormente, el uso de máscaras faciales que causan estado hipoxico e hipercápnico que desafía constantemente la homeostasis normal, y activa la respuesta al estrés de "lucha o huida", un importante mecanismo de supervivencia en el cuerpo humano [11][12][13]. La respuesta aguda al estrés incluye la activación de sistemas nerviosos, endocrinos, cardiovasculares e inmunológicos [47][54][55][56]. Estos incluyen la activación de la parte límbica del cerebro, liberar hormonas del estrés (adrenalina, neuro adrenalina y cortisol), cambios en la distribución del flujo sanguíneo (vasodilatación de vasos sanguíneos periféricos y vasoconstricción de vasos sanguíneos viscerales) y activación de la respuesta del sistema inmune (secreción de macrófagos y células asesinas naturales) [47][48]. Encontrarse con personas que usan máscaras faciales activa emociones innatas de miedo y estrés, que es fundamental para todos los seres humanos en peligro o situaciones potencialmente mortales, como la muerte o un resultado desconocido e impredecible. Mientras que la respuesta aguda al estrés (segundos a minutos) es una reacción adaptativa a los desafíos y parte del mecanismo de supervivencia, el estado crónico y prolongado de estrés-miedo es maladaptivo y tiene efectos perjudiciales sobre la salud física y mental. La respuesta repetida o continuamente activada del miedo al estrés hace que el cuerpo opere en modo de supervivencia, teniendo un aumento sostenido de la presión arterial, estado proinflamatorio e inmunosupresión [47][48].

Consecuencias a largo plazo para la salud del uso de máscaras faciales

La práctica a largo plazo de usar máscaras faciales tiene un fuerte potencial para consecuencias devastadoras para la salud. El estado hipoxic-hipercácnico prolongado compromete el equilibrio fisiológico y psicológico normal, deteriora la salud y promueve el desarrollo y la progresión de las enfermedades crónicas existentes [23][38][39][43][47][48][57][11][12][13]. Por ejemplo, las cardiopatías isquémicas causadas por daños hipoxicos en el miocardio son la forma más común de enfermedad cardiovascular y es la primera causa de muerte en todo el mundo (44% de todas las enfermedades no transmisibles) con 17,9 millones de muertes ocurridas en 2016 [57]. La hipoxia también desempeña un papel importante en la carga del cáncer [58]. La hipoxia celular tiene una fuerte característica mecanicista en la promoción de la iniciación al cáncer, progresión, metástasis, predecir los resultados clínicos y por lo general presenta una supervivencia más pobre en pacientes con cáncer. La mayoría de los tumores sólidos presentan cierto grado de hipoxia, que es predictor independiente de enfermedades más agresivas, resistencia a terapias contra el cáncer y resultados clínicos más pobres [59][60]. Cabe destacar que el cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, con una estimación de más de 18 millones de nuevos casos diagnosticados y 9,6 millones de muertes relacionadas con el cáncer ocurridas en 2018 [61].

Con respecto a la salud mental, las estimaciones mundiales muestran que covid-19 causará una catástrofe debido a daños psicológicos colaterales como cuarentena, encierros, desempleo, colapso económico, aislamiento social, violencia y suicidios [62][63][64]. El estrés crónico junto con las condiciones hipoxicas e hipercápnicas desequilibra el cuerpo, y puede causar dolores de cabeza, fatiga, problemas estomacales, tensión muscular, alteraciones del estado de ánimo, insomnio y envejecimiento acelerado [47][48][65][66][67]. Este estado suprime el sistema inmunitario para proteger al cuerpo de virus y bacterias, disminuyendo la función cognitiva, promoviendo el desarrollo y exacerbando los principales problemas de salud incluyendo hipertensión, enfermedad cardiovascular, diabetes, cáncer, enfermedad de Alzheimer, aumento de la ansiedad y la depresión, causa aislamiento social y soledad y aumentar el riesgo de mortalidad prematura [47][48][51][56][66].

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Conclusión

Las evidencias científicas existentes desafían la seguridad y eficacia del uso de máscara facial como intervención preventiva para COVID-19. Los datos sugieren que tanto las máscaras faciales médicas como las no médicas son ineficaces para bloquear la transmisión de enfermedades virales e infecciosas de persona a persona, como el SARS-CoV-2 y el COVID-19, apoyando el uso de máscaras faciales. Se ha demostrado que el uso de máscaras faciales tiene efectos fisiológicos y psicológicos adversos sustanciales. Estos incluyen hipoxia, hipercapnia, dificultad para respirar, aumento de la acidez y toxicidad, activación del miedo y la respuesta al estrés, aumento de las hormonas del estrés, inmunosupresión, fatiga, dolores de cabeza, disminución del rendimiento cognitivo, predisposición para enfermedades virales e infecciosas, estrés crónico, ansiedad y depresión. Las consecuencias a largo plazo del uso de máscara facial pueden causar deterioro de la salud, desarrollo y progresión de enfermedades crónicas y muerte prematura. Los gobiernos, los responsables políticos y las organizaciones sanitarias deben utilizar un enfoque serio y científico basado en la evidencia con respecto al uso de máscaras faciales, cuando este último se considere como una intervención preventiva para la salud pública.

Declaración de contribución a la autoría de CRediT

Baruch Vainshelboim: Conceptualización, Curación de datos, Escritura - borrador original.

Declaración de CONFLICTOS DE INTERESES

Los autores declaran que no tienen intereses financieros o relaciones personales que pudieran haber parecido influir en la obra reportada en este artículo.

Referencias

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DOCUMENTO ORIGINAL EN INGLES: 

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7680614/