...Una oscura
“operación orquestada” con la complicidad de la "prensa
libre"
Jueves 07 de Abril de 2016
El portavoz del Departamento de Estado
de EE.UU., Mark Toner, ha reconocido que Washington financió a los
periodistas que investigaron el escándalo de 'offshores', si bien
recalca la monserga de que son "independientes".
"[Los periodistas] recibían
financiación de varias fuentes, incluido el Gobierno de EE.UU.",
dijo en rueda de prensa el viceportavoz del Departamento de Estado de
EE.UU., Mark Toner, que explicó que los recursos se entregan a
través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID), informa RIA Novosti.
Sin embargo, con todo descaro, según
él, los informadores fueron financiados "no para perseguir
ciertos objetivos o personas, sino para que realicen investigaciones
independientes periodísticas". Investigaciones… hay que tener
cara dura…
Según él, la “investigación” fue
llevada a cabo por periodistas de Organized Crime And Corruption
Reporting Project (Proyecto de Información sobre Crimen Organizado y
Corrupción, OCCRP) financiada por USAID, si bien se excusa con que
EE.UU. no tuvo constancia de antemano de los resultados de la
investigación de los 'papeles de Panamá'.
WikiLeaks también anunció este
miércoles que la filtración masiva de documentos sobre empresas en
paraísos fiscales corre a cargo del OCCRP, financiada por la USAID,
así como por el fondo Soros.
¿A quién benefician los
'papeles de Panamá'?
El profesor de Economía Política
Internacional de la Universidad de la Ciudad de Londres y experto en
paraísos fiscales Ronen Palan revela quiénes ganan con el escándalo
de los 'papeles de Panamá'.
El profesor Palan afirma que los
documentos filtrados el domingo son una evidencia de
una práctica conocida mundialmente. "Una cosa
es sospechar y otra es contar con pruebas
concretas". Así lo indica en una nota publicada
por la cadena Sputnik.
El especialista explica que la apertura
de cuentas en el exterior no constituye una acción ilegal
en sí, aunque sí lo es cuando sirve para evadir impuestos. Estos
papeles, según el profesor, demuestran actividades ilegales.
Ausencia de ciudadanos
estadounidenses en el escándalo
El experto califica la ausencia de
ciudadanos de EE.UU. en este caso de algo normal, debido al
riesgo que representa para las compañías de este país
abrirse cuentas en Panamá teniendo en cuenta los acuerdos
intergubernamentales existentes entre ambos países.
Además, Palan señala que,
extrañamente, no solo a los ciudadanos estadounidenses se les omite
de este caso, sino también a los europeos. Según su teoría,
el escándalo podía interesar a las agencias de inteligencia
estadounidenses que intentan implicar a representantes del
Gobierno ruso en actos de evasión de impuestos. Ello permitiría
degradar la imagen de presidente ruso Vladímir Putin y
presentar a Rusia como un país "extremadamente corrupto".
Este análisis coincide con la
interpretación que señala que a pesar de que el nombre de
Putin no aparece en los documentos filtrados numerosos medios
occidentales abordan el escándalo centrando la atención en el
presidente ruso. El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov,
ha expresado al respecto que "el objetivo del ataque
va dirigido, en primer lugar, contra nuestro país y, concretamente,
contra el presidente Putin".
Anteriormente, el periodista islandés
y portavoz de Wikileaks Kristinn Hrafnsson, había
solicitadola publicación de los 'papeles de Panamá',
afirmando que "deberían ser accesibles para el público
general, de tal forma que cualquier persona, y no solo el grupo de
periodistas que trabajan con los datos, pueda estudiarlos".
No te dejes engañar: este es
el objetivo final de los “papeles de Panamá”
El portal El
Robot Pescador se hace eco de algunas claves
del “escandalo” de la filtración panameña aportadas por el
medio estadounidense Zerohedge.
Una de las primeras cuestiones que surgió en muchos medios
alternativos (y que prácticamente pasó “desapercibida” en los
medios de comunicación de masas), es la misteriosa ausencia inicial
de clientes norteamericanos del bufete Mossack Fonseca.
Según medios norteamericanos como
Zerohedge, las
primeras filtraciones al respecto, hablan de unos 400 clientes
norteamericanos, ninguno de los cuales, sospechosamente, puede
considerarse de “altísimo perfil”.
De hecho, mucha gente se está
empezando a preguntar por qué razón, el Consorcio Internacional de
Periodistas de Investigación (ICIJ) no hace público el listado
completo de los archivos filtrados para que todo el mundo pueda
consultarlo libremente, tal y como ha hecho hasta ahora Wikileaks
cuando ha filtrado documentación comprometedora.
En una entrevista realizada por la
revista Wired al director del ICIJ, Gerard Ryle, se le preguntaba
precisamente esto.
Y así es como respondió Ryle:
Ryle
dice que los medios de comunicación no tienen planes para liberar el
conjunto de datos completo, como hace WikiLeaks, argumentando que al
hacerlo expondría la información sensible de particulares
inocentes, junto con la información de figuras públicas que es en
las que el grupo de periodistas ha centrado su atención.
“No somos WikiLeaks.
Estamos tratando de demostrar que el periodismo se puede hacer de
manera responsable”, sostiene Ryle.
Ryle afirma que aconsejó a los
reporteros de todos los medios de comunicación participantes en el
asunto que “actuaran en función del
interés público de su país”
Esta declaración expone
inadvertidamente muchos de los factores sospechosos que rodean al
asunto y que vamos a ir exponiendo en este artículo.
Para empezar, acusa a Wikileaks de “ser
irresponsable”, caracterizando a su vez a
los periodistas del ICIJ (es decir, de los medios de comunicación de
masas), como “auténtico periodismo
responsable”.
Y la respuesta de Wikileaks, no ha
podido ser más acertada y demoledora.
A través de su cuenta de Twitter,
Wikileaks ha acusado al ICIJ de haber sido financiado por diversas
fundaciones que se dedican, exclusivamente, a defender los intereses
norteamericanos en todo el mundo.
Así pues, que nadie se deje engañar:
esto no tiene nada que ver con “perseguir a
los más poderosos”, “acabar
con los privilegios de las élites” o
“sentar las bases de un mundo mucho más
transparente”.
Sabiendo quién está financiando el
caso, podemos deducir claramente que esta maniobra mediática a
escala masiva, obedece a los intereses de determinadas élites, en
detrimento de otras (que quizás no son tan “élites”
como nos habían hecho creer, o como ellos mismos creían ser).
Analicemos un poco la estructura
general de todo este asunto.
La propia declaración del director del
ICIJ, Gerard Ryle a la revista Wired, nos pone sobre la pista de lo
que podría estar sucediendo en realidad.
Para empezar, el ICIJ se está negando
inicialmente a hacer públicos todos los datos de la filtración para
que cualquiera los pueda consultar libremente.
Son solo los periodistas que trabajan
para el ICIJ (financiado por quién está financiado), los que
deciden de manera unilateral quién es expuesto a la vergüenza y
quién no lo es, bajo el vago pretexto de “no
exponer información sensible de particulares inocentes”.
Pero nadie sabe quiénes son esos
“particulares inocentes”.
De hecho, al no hacer públicos los
datos, el ICIJ puede encubrir información relativa a personas
influyentes y nadie se va a enterar de que lo están haciendo.
¿Cómo alguien con dos dedos de
frente, puede creer en las supuestas “buenas
intenciones” y en la “transparencia”
de un organismo como el ICIJ, financiado directamente por
organizaciones al servicio de las élites norteamericanas y de
personajes tan siniestros como George Soros?
Además sabemos que esta filtración
perjudica principalmente a todos los paraísos fiscales que hacen la
competencia a los paraísos fiscales norteamericanos, radicados en
los estados de Nevada, Wyoming y Dakota del Sur y que son promovidos
por la principal mafia bancaria del mundo, el clan Rotshchild.
Aunque mucha gente se niegue a
aceptarlo, movida por su odio y desprecio (justificados), hacia los
más ricos y poderosos y sus trampas para evadir impuestos, lo cierto
es que cada vez se hace más evidente que tras todo este asunto se
oculta una maniobra de manipulación a gran escala y a múltiples
niveles.
Una gran maniobra de la que conocemos
vagamente sus principales patrocinadores, pero de la que difícilmente
podremos conocer los detalles concluyentes, pues su complejidad y
profundidad posiblemente escape a nuestro control.
Sabemos, tal y como expone el propio
director del ICIJ, que la información completa sobre los clientes
del bufete Mossack Fonseca, no se hará pública y que serán unos
pocos periodistas de los diferentes países afiliados al ICIJ, los
que decidirán unilateralmente quiénes son expuestos a la luz
pública y quiénes no.
Es decir, esa información puede ser
utilizada discrecionalmente como arma política para atacar a
determinadas figuras contrarias a los intereses de los medios de
comunicación que publiquen las informaciones (y de los poderes
políticos a los que representan realmente).
Así pues, si un determinado grupo
informativo que ejerce de fachada mediática de un conjunto de
intereses políticos “X”, tiene acceso a estas informaciones,
podrá utilizar las que más le convengan para atacar exclusivamente
a las personas asociadas a un conjunto de intereses políticos “Y”
enemigos de los suyos.
Estos enemigos no tienen por qué ser
solo políticos. También pueden ser enemigos ideológicos,
religiosos, étnicos, culturales, deportivos e incluso personales.
Pero esta quizás es una visión un
poco superficial e ingenua de los hechos.
Podemos ir aún más allá.
Puesto que los interesados en utilizar
toda esta información para sus propios intereses en cada país
pueden ser muchos y muy variados, e incluso contradictorios
ideológicamente entre sí (siempre y cuando no vayan contra los
poderes que han financiado la filtración), podemos deducir que toda
esta información filtrada, podría haber sido vendida o incluso
subastada, utilizando como intermediarios a los principales medios
que tienen acceso a ella desde el principio.
De ser esto cierto, la propia
filtración podría convertirse a su vez en un inmenso negocio para
sus promotores, colaboradores y subordinados.
Imaginen, a modo de caricatura, que
ustedes son gente poderosa con una serie de intereses políticos y
económicos de alto nivel y que un determinado grupo mediático que
tiene acceso a los datos de esta filtración, se acerca a ustedes y
les propone: “tengo información muy
comprometedora sobre tu gran enemigo ‘fulanito de tal’. Si tú me
pagas tanto, yo haré públicos los datos sobre sus negocios offshore
en Panamá. Y si pagas la cuota Premium, además iniciaré contra él
una amplia campaña de desprestigio”
Y esto a múltiples niveles dentro de
todos y a cada uno de los países donde se publicarán las
filtraciones. Y además, a medida que el escándalo avance, el precio
irá aumentando y se multiplicará en periodos clave, como por
ejemplo, antes de unas elecciones.
Así pues, esto podría ir mucho más
allá de las filtraciones por intereses políticos. Esto podría ser
un gran negocio a múltiples bandos y niveles, cuyas implicaciones
son más enrevesadas de lo que pueda parecer inicialmente.
Pongamos un ejemplo: el caso de las
denuncias contra Vladimir Putin.
Entre la gran cantidad de datos
filtrados, había algunos relativos a personas vinculadas con Putin,
que han sido ampliamente utilizados por medios occidentales para
desprestigiar la figura del “incómodo” dirigente ruso.
Es evidente que la filtración, en este
caso en particular, ha sido utilizada por determinados poderes
occidentales como un medio para atacar y desprestigiar a Vladimir
Putin y a Rusia en general.
Es obvio que han utilizado la
filtración para atacar a Putin. Pero también es obvio que él no es
la razón única y principal del asunto, por más importante que sea
el presidente ruso.
Y esto nos lleva a cuestionarnos
cuántos niveles de intereses podrían ocultarse tras todo este
asunto de los “Papeles de Panamá”.
Tengamos en cuenta que cuando se inicia
una operación de esta magnitud, nunca se hace con un solo y simple
objetivo, sino que se planea para que obedezca a múltiples intereses
y alcance diferentes metas.
Este caso podría estar estratificado
por niveles de interés y por objetivos finales de la siguiente
manera:
A- En el
nivel más bajo, tendríamos a la población, que responde de forma
refleja a todas estas filtraciones con gran indignación, pidiendo
que se haga justicia con los implicados, sin tener ni la más remota
idea de la montaña de intereses que se ocultan tras todo el asunto
(de hecho, la mayoría de gente ni tan solo quiere saberlo, porque
prefiere vivir en la ilusión de que “se
están destapando los chanchullos de los más poderosos”...¡santa
inocencia!).
B- En un
nivel superior, tenemos a aquellos grupos, empresas, organizaciones o
individuos con poder que compran la información filtrada en cada
país, para atacar con ella a sus enemigos políticos, ideológicos,
étnicos, religiosos, etc…
C- Por
encima de este nivel, tendríamos a los diferentes gobiernos de cada
país, que ven en la filtración la oportunidad de perseguir la
evasión fiscal a todos los niveles, para conseguir ingresos para el
Estado en un momento de “vacas flacas” y justificar además un
aumento de la presión y el control fiscal sobre todos los
ciudadanos.
D- En el
nivel superior al de los gobiernos, encontramos el objetivo de
núcleos multinacionales de poder occidental, que pretenden
perjudicar a determinadas figuras de alto nivel político contrarias
a sus intereses geoestratéticos, como por ejemplo, Vladimir Putin.
E- Aún
por encima de ellos, está el interés de perseguir y acabar con los
paraísos fiscales que hagan la competencia a los paraísos fiscales
norteamericanos, para conseguir así que los evasores dejen de
depositar sus capitales en ellos y se produzca un gran flujo de
capitales fraudulentos hacia los paraísos fiscales de EEUU, mucho
más opacos y difíciles de controlar (de momento).
En este nivel se encuentran altos
poderes financieros como el que representa el clan Rothshchild y las
élites financieras norteamericanas, que luchan por conseguir que
EEUU se convierta en el principal (y si puede ser único) paraíso
fiscal del planeta.
F- Y por
último y como interés último a nivel más alto en toda esta
compleja maniobra, tenemos el objetivo final de las auténticas
élites: reconfigurar el mundo a nivel económico, político y
social, para sentar las bases de un nuevo paradigma global; aquello
que en determinados círculos alternativos se conoce como Nuevo Orden
Mundial.
A este nivel, la persecución de los
paraísos fiscales tiene como objetivo final promover la creación de
organismos globales que se encarguen de controlar el mundo como un
todo, bajo el pretexto de luchar contra el “fraude
fiscal global”.
Uno de los puntos clave de esta
presunta lucha contra el fraude fiscal global, es impulsar la
eliminación del dinero físico, sustituyéndolo por dinero
electrónico fácilmente trazable y monitoreable por bancos y
gobiernos, bajo el pretexto de que de esta manera, “el
fraude se hace imposible”.
El resultado final de esta maniobra
será que todos los ciudadanos estarán bajo el control y el
escrutinio directo y continuado de los bancos y los gobiernos, que en
todo momento sabrán cuánto dinero tienen, cómo lo gastan, cuándo
lo gastan, dónde lo gastan y de hecho, dónde están a cada
instante; lo mismo que sucedería si cada ciudadano llevara insertado
un microchip de seguimiento bajo la piel, como una mascota doméstica.
Es decir, estamos hablando de un poder
absoluto sobre todos los ciudadanos del planeta, a los cuales, de
hecho, se les podrá negar el acceso a su dinero cuando “se
porten mal”, convirtiéndolos pues en
esclavos totalmente dependientes de sus “amos”.
Y una vez creados todos los organismos
de control fiscal global, el paso natural será crear un gobierno
global, controlado precisamente por estas élites; un gobierno
mundial cuyos brazos ejecutivos serán las corporaciones
transnacionales y por debajo de ellas, los gobiernos de los estados
que obedecerán directamente sus intereses durante el periodo de
transición que transcurrirá hasta la privatización completa de
todos los poderes públicos.
Todo esto es lo que creemos que se
oculta realmente tras el escándalo de los “Papeles de Panamá”.
Estamos ante un conglomerado de
intereses entrecruzados a múltiples niveles, en el que los propios
implicados a cada nivel, ni tan solo saben para qué intereses
trabajan en última instancia, gracias a la habitual técnica de
fragmentación, estratificación y compartimentación de la
información propia de cualquier operación a gran escala.
Desgraciadamente, la gente de la calle
ni tan solo se enterará de lo que está sucediendo, manipulada como
está por los medios de comunicación y los periodistas que trabajan
en ellos.
Unos periodistas que en la mayoría de
los casos, ni tan solo saben a qué intereses sirven cuando les
contratan para vomitar toda esta propaganda, que ellos
vergonzosamente califican de “información
periodística”.
Es así de triste, aunque mucha gente
se niegue a aceptarlo.
Fuente: http://www.zerohedge.com
Conclusión
Saquen sus propias conclusiones.
Nosotros ya sacamos las nuestras. Si bien EEUU está reafirmando su
propaganda hostil contra sus enemigos, toda esta operación mediática
titulada como "Panamá Papers" trata más bien de una
maniobra de "Shock" para que los grandes capitales se vean
obligados a trasladar sus capitales a una zona segura y así, de
paso, eliminar cierta competencia que pueda haber.
Por lo que podríamos especular que
habrá, o ya está ocurriendo, una significativa fuga de capitales a
paraísos fiscales más seguros. Y como podrán notar, Estados Unidos
es "la mejor alternativa". Los periodistas de
"investigación" o los Grandes Medios, por supuesto, no
están interesados en monitorear alguna "fuga de capital",
sino en animar el circo, por lo que difícilmente saldrá algo de
aquello en los Medios.
Olvidémonos de si fulano o mengano
aparece en los "Panamá Papers", todo ello es distracción,
especialmente diseñado para el vulgo. Allá ellos lo que quieran
seguir distraídos con el circo. Lo cierto es que mientras nos
distraen otros sacan provecho.
La operación "Panamá Papers"
se trata de una maniobra inteligente para poder reactivar la alicaída
economía de los Estados Unidos.
************************************************************************************************
EXTRACTO DEL ARTICULO PUBLICADO EN:
************************************************************************************************