martes, 24 de enero de 2017

La gran estafa de la electricidad en España


Juan Carlos Escudier

Pese a mi insultante juventud, llevo más de veinte años juntando letras, posiblemente porque nunca he sabido hacer otra cosa.

En Diario 16 me enseñaron el oficio y en El Mundo lo puse en práctica. En ese tiempo aprendí todo lo bueno de esta profesión y todo lo malo, que no es poco. En El Confidencial me hicieron adjunto al director y me dejaron opinar. Y más tarde, en 20 Minutos me puse a perseguir políticos hasta que se acabó el dinero.

He escrito dos libros, pero para hacer todo en la vida me falta tener un hijo y plantar un árbol. De momento, voy ensayando con macetas. Hay cosas que, como Bartleby, el escribiente de Melville, preferiría no hacer. Pero esa es otra historia.

Todo es muy difícil antes de ser sencillo salvo en lo relativo al recibo de la luz, que, en contra de lo que pudiera parecer, es más simple que el asa de un cubo. Para entender por qué sube la electricidad en España o por qué su precio es escandalosamente alto en relación a otros países europeos no hay que pretender conocer los entresijos de una factura incomprensible o aprender desde pequeños la diferencia entre la parte regulada de la tarifa y la liberalizada, los peajes del sistema, la potencia instalada o el déficit tarifario. Lo que hay que saber es que el supuesto mercado libre es una milonga, un sistema oligárquico controlado por cinco empresas montado para que se forren en cualquier circunstancia. Así de sencillo.

Tenemos un ministro de Energía, Álvaro Nadal, que nos ha explicado unas cuantas razones de por qué el precio de la luz cabalga desbocadamente hacia nuestros bolsillos y ha profetizado que el espectáculo hípico nos costará 100 euros más al año. Dice Nadal que el precio sube porque hace frío, no llueve y hace viento, porque el petróleo es más caro y porque Francia tiene muchas nucleares pasando la ITV y nos compra energía barata haciendo que aquí suba. Súmese a esto que los consumidores han de pagar durante 25 años una deuda con las eléctricas de varios miles de millones de euros y obtendremos la resultante: la factura de la luz será en enero la segunda más cara de la historia.

Tal y como se ha ideado el sistema, el precio final camina sobre dos patas. La primera es la regulada, la suma de los impuestos y del coste de transportar la electricidad desde donde se produce hasta la lámpara del salón. Incluye también algunas partidas insólitas. Se paga a las compañías por su capacidad, es decir por sus instalaciones, produzcan o no. Y se compensa a las grandes industrias por algo bautizado como coste de ininterrumpibilidad, más de 500 millones al año, por si en un momento de picos de consumo hubiese que cortarles el cable, algo que no se ha producido en más de una década. Esta pata sube lo que le da la gana al Gobierno, que suele ser poco para disimular.

La segunda es la liberalizada, y se determina con una subasta que antes era trimestral y ahora es diaria. Si la ley de la oferta y la demanda funcionase, en condiciones meteorológicas favorables y de baja demanda el precio debería bajar con la misma intensidad que sube cuando no lo son. Y como esto no ocurre, hay que deducir que todo es una farsa y que la supuesta competencia es una broma gigantesca.

El propio mecanismo de la subasta es alucinante. Una vez que se establecen las necesidades de consumo, las eléctricas avanzan qué megavatios pueden ofrecer y de dónde proceden. El precio del megavatio sube o baja hasta que oferta y demanda casan. A coste cero entran en las pujas la energía nuclear (las centrales están amortizadas) y las renovables. Ordenadas de menor a mayor precio, les siguen las centrales hidráulicas, las de gas de ciclo combinado y, finalmente, las térmicas alimentadas por carbón, las más costosas. El precio que se fija es de la energía más cara en entrar al sistema.

Es lógico pensar que, en condiciones favorables, habría días en las que bastaría con usar la energía de las nucleares y de las renovables para atender a las necesidades previstas por lo que el precio tendría que ser cero, pero esto nunca ocurre. ¿Por qué? Pues porque las eléctricas siempre se las arreglan para ofertar ligeramente por debajo de la demanda prevista para cubrir ese excedente con térmicas o centrales de gas, que son las que acaban determinando el precio. La trampa es permanente y tiene hasta un nombre en inglés: los windfall profits o beneficios caídos del cielo.

¿Se funciona igual en otros países? Pues no. Mientras que aquí el precio se determina en 80% por el mercado y un 20% a plazo, en Alemania, por ejemplo, el porcentaje es justamente el inverso. Los alemanes saben un año antes (a plazo) el precio al que pagarán más de las tres cuartas partes de la electricidad que consumen mientras que en España las subastas y sus trampas son diarias.

Pero es que hay más. Desde que España es exportadora neta de electricidad la factura de la luz no ha dejado de crecer. De eso el ministro Nadal no dice nada, lógicamente. La explicación hay que buscarla en esas directivas europeas, moduladas según los intereses de Francia y Alemania, que son las que aprovechan que toda la energía que importan no incluya la inmensa mayoría de los costes asociados. Es decir, los consumidores españoles financian la energía barata que vendemos a mayor gloria de franceses y alemanes, sí, pero también de nuestras compañías eléctricas que se aseguran la presencia en esos mercados y dan salida a su exceso de potencia instalada.

Así que ya saben por qué la electricidad en España es cara y lo será más en los próximos días y semanas. Porque no llueve ni hace viento. Sencillo.

Fuente: Público

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lunes, 23 de enero de 2017

Revelan vínculos abundantes entre las protestas anti-Trump por todo el mundo y George Soros



Publicado: 23 ene 2017 14:25 GMT

Una periodista estadounidense ha elaborado una lista de más de 50 asociaciones financiadas por Soros que forman parte de la marcha de mujeres contra Trump.


Donald Trump llevaba menos de 24 horas en el poder y ya había manifestaciones multitudinarias en su contra. No sólo en Washington, no sólo en Estados Unidos, sino en ciudades de todo el mundo. Miles de mujeres marcharon contra el machismo mostrado por el nuevo presidente y en general contra un gobierno que consideran retrógrado, irrespetuoso con los derechos de las mujeres y peligroso para las libertades en general. Su protesta ha retumbado por todo el mundo; alentada por artistas e intelectuales ha logrado emocionar y captar la atención del público; el hashtag #womensmarch permaneció como trending topic en Twitter a lo largo de este fin de semana, y los medios de comunicación de todo el mundo han reseñado y analizado este movimiento que parece recoger un sentir claro y espontáneo frente a la toma de poder de Donald Trump. 

Sin embargo, hay una sombra de duda que se extiende, precisamente, sobre el carácter "espontáneo" de este movimiento. Se trata de algo que pocos medios de comunicación han investigado o mencionado, y que en cambio la ex reportera del Wall Street Journal, Asra Nomani, descubrió y se atrevió a publicar en un artículo: al menos 50 de los movimientos organizadores de la marcha tienen vínculos con el multimillonario George Soros.

George Soros está considerado como uno de los especuladores más exitosos del mundo. Fue también uno de los principales soportes financieros de la campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton, a la que donó decenas de millones de dólares. También, con una supuesta aunque muy discutida motivación filantrópica, financia numerosas ONG a lo largo y ancho del mundo, muchas de las cuales han apoyado intensos procesos subversivos en varios países. Numerosos analistas, por cierto, señalan que Soros podría ser uno de los artífices en la sombra de las denominadas 'revoluciones de colores' en Europa Oriental. Sin ir más lejos, no tuvo problema en reconocer que en 2014 estableció en Ucrania una organización no gubernamental que contribuyó efectivamente al derrocamiento del gobierno legítimo. Son acciones como éstas las que fundamentan las sospechas de que Soros podría estar intentando ejercer una vez más su poderosa influencia, ahora para debilitar el gobierno de Donald Trump. Además, hay otros elementos que justifican esa sospecha. 

¿Por qué apoya Soros a estas organizaciones? 

                               Canice LeungReuters


Uno de ellos es un documento, sencillo y revelador al mismo tiempo: la lista de todas las organizaciones de derechos humanos que son patrocinadas por Soros y que marcharon este sábado en contra de Donald Trump, elaborada por la propia periodista Asra Nomani. Son diversas en nombres, tamaños y motivaciones, pero tienen en común su oposición ideológica al nuevo gobierno de los Estados Unidos y el soporte financiero de Georges Soros. Entre ellas está la organización MoveOn, por ejemplo, una organización abiertamente favorable a Hillary Clinton, que cuenta con el generoso patricinio de Soros y que ya en noviembre alentó la fuerte ola 'anti-Trump' y llamó en su página web a "levantarse y luchar por los ideales estadounidenses".

Los motivos para protestar contra el discurso sexista, machista y misógino de Donald Trump son muchos y son ciertamente indiscutibles: las actitudes y las declaraciones machistas de Donald Trump han sido numerosas y empañaron gravemente su imagen durante toda la campaña. Sin embargo, el respaldo de Soros a los movimientos de protesta podría tener implicaciones menos relacionadas con la sensibilidad social, y tal vez estar revestido de un interés más financiero. En otras palabras ¿podría estar George Soros aprovechando la sensibilidad feminista o la lucha por los valores democráticos para magnificar una presión social que le ayudase  a derrocar el gobierno de Trump en favor de los demócratas, en los que invirtió generosamente?

Incongruencias llamativas
Muchas de las asociaciones participantes, como la mencionada MoveOn, que apoyaron al partido demócrata y que ahora claman contra el machismo de Donald Trump, parecen no mostrar la misma sensibilidad, según algunas voces críticas, con las "mujeres de Siria, Libia o Yemen", en alusión a los turbias gestiones realizadas por el entonces Secretario de Estado, John Kerry, que incluyen al Estado Islámico en Siria...y genéricamente a las relaciones de Estados Unidos con regímenes en los que las mujeres están sometidas a una lacerante desigualdad. 

Este tipo de incongruencia alimenta entre los sectores más excépticos -y también, por supuesto, entre los sectores más próximos a Trump- la sospecha de que se está utilizando el feminismo como un arma de combate político, y de la existencia de importantes poderes que desde sus instancias más o menos discretas están alentando este tipo de protestas para desgastar al recién inaugurado gobierno. 

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domingo, 15 de enero de 2017

Prueba grabada: John Kerry confirmó en privado que apoya y arma a Daesh



Red Voltaire | 13 de enero de 2017 


El New York Times había publicado, el 30 de septiembre de 2016, varios fragmentos de la grabación de audio de una conversación entre el secretario de Estado John Kerry y miembros de la «oposición», en un encuentro que sostuvieron el 22 de septiembre de 2016, al margen de la Asamblea General de la ONU [1].

En esa grabación, el jefe de la diplomacia estadounidense deplora que el Congreso de Estados Unidos se niegue a enviar hombres para que derroquen la República Árabe Siria y aconseja a los opositores que se busquen otra potencia militar que los ponga en el poder.

Los fragmentos seleccionados por el New York Times hacían pensar que el Departamento de Estado no podía seguir apoyando a la Coalición Nacional de la Oposición (oposición siria en el exterior) y le pedía que buscara otros padrinos.

Pero la grabación completa, que dura 36 minutos, ha sido publicada, el 1º de enero de 2017 por The Last Refuge [2].

Esta versión íntegra modifica el sentido de la conversación y demuestra que, con su selección de los fragmentos publicados, el New York Times no buscaba acusar a la administración Obama sino protegerla.

  •  En la grabación completa se oye al secretario de Estado John Kerry confirmar que el objetivo estratégico de la guerra que la administración Obama inició en 2011 contra la República Árabe Siria es el derrocamiento del régimen.

  • Confirmar que la administración Obama esperaba que el Emirato Islámico (Daesh) terminara el trabajo iniciado por Washington derrocando la República Árabe Siria.
  • Confirmar que la administración Obama entregó armamento a Daesh para que derrocara la República Árabe Siria.

Esta grabación pone fin al mito de la supuesta “revolución” siria y también al cuento de la lucha de Occidente contra Daesh. Permite además de comprender mejor las tensiones en el seno de la administración Obama y la dimisión del general Michael Flynn, el entonces director de la agencia de inteligencia del Pentágono y ahora designado por el presidente electo Donald Trump como consejero presidencial para la Seguridad Nacional.

A la luz del derecho internacional, el respaldo a Daesh viola varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y constituye un crimen contra la Humanidad.

[1] “Audio Reveals What John Kerry Told Syrians Behind Closed Doors”, Anne Barnard, The New York Times, September 30, 2016.
[2] “Absolutely Stunning – Leaked Audio of Secretary Kerry Reveals President Obama Intentionally Allowed Rise of ISIS…”, The Last Refuge (The Conservative Tree House), 1º de enero de 2017.

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