Testimonios de varios oficiales y soldados que
participaron en la ofensiva de Israel contra la Franja de Gaza el verano
pasado, revelan que la posición oficial transmitida por los altos cargos
militares hacia los soldados fue matar a todo lo que se mueva. Los soldados
revelaron varias atrocidades que cometieron deliberadamente y que nunca fueron
castigadas.
Mientras la posición oficial israelí afirma que sus
militares intentaron reducir al mínimo las víctimas entre los civiles
palestinos durante la ofensiva en contra de la Franja de Gaza que tuvo lugar el
verano pasado, un nuevo informe sobre el asunto pinta una imagen contraria. En
realidad, los soldados israelíes recibían ordenes tales como matar a todo
lo que se moviera, y atacaron deliberadamente las zonas habitadas por civiles
con morteros y otras armas no precisadas, de acuerdo al informe publicado
el lunes por la ONG Breaking the Silence (Rompiendo el silencio). El informe se
basa en los testimonios de 60 oficiales y soldados que participaron en la
ofensiva.
El principio básico del Ejército israelí fue
minimizar el daño a sí mismo, "incluso a costa de hacer daño a civiles
inocentes", así como "refrenar e intimidar a los palestinos",
reza el informe. Fue dicho principio lo que llevo a "pérdidas masivas
y sin precedentes" entre la población y en la infraestructura civil
de Gaza. En general en menos de dos meses que duró el conflicto, se perdieron
las vidas de 2.220 palestinos, la mayoría de los cuales eran civiles. Según la
ONU, 7 de cada 10 víctimas mortales del Ejército de Israel fueron civiles. Por
su parte, Israel perdió 66 militares y 7 civiles.
Según el informe, el problema radica no en los
soldados si no en los altos cargos de Israel, que emitieron las órdenes sobre
el fuego indiscriminado, e instrucciones de que cualquier persona dentro de la
Franja de Gaza debía considerarse enemigo. La ONG considera "éticamente
fallidas" las reglas de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel.
"Cualquier cosa que ves moviéndose en las
vecindades no tiene que estar allí. Los civiles [palestinos] sabían que no
debían estar allí. Así que matábamos a cualquiera que veíamos",
confesó un soldado citado por el portal The Intercept, afirmando que así
fueron las reglas oficiales de combate. Según él, la orden fue matar a
cualquiera que aparecía a una distancia de hasta 200 metros, y que el Ejército
de Israel debía entrar a Gaza convencido de que nadie sería considerado civil
en las zonas ocupadas por el Ejército.
Según otro testimonio, los oficiales hasta advirtieron
a los soldados sobre que los civiles podrían regresar a sus casas después del
alto el fuego. Pese a ello, las instrucciones eran abrir fuego, tanto contra de
las personas armadas como desarmadas, ya que todas se consideraban
"terroristas".
Otros soldados confesaron las atrocidades que
cometieron o vieron cometer, como arrollar con tanques coches de palestinos,
disparar sin necesidad contra personas ya inconscientes por las heridas.
Un soldado
confesó haber matado a un herido "para aliviar su
sufrimiento". Ninguno de los casos fue debidamente investigado y
castigado.
Otros testimonios desmienten que los militares
israelíes antes de atacar las viviendas primero disparaban un misil pequeño contra
ciertas casas como advertencia para que los que estuvieran adentro pudieran
abandonarlas. En realidad, el plazo entre los dos ataques pudo ser de tan
solo 30 segundos, así que nadie tuvo suficiente tiempo para escapar. "Tuve
la impresión de que cada casa que pasábamos en nuestro camino fue alcanzada por
la artillería. Fue metódico. No hubo amenaza".
LA RESERVA FEDERAL, LA MAYOR DESGRACIA DE LA
HUMANIDAD
«Cuando los
gobernantes no explotan a sus pueblos, éstos prosperan de manera natural;
cuando los gobernantes no explotan a la gente, ésta se vuelve civilizada por
propia naturaleza.»
Del antiguo libro chino
"Wen-tzu"
Ellen Hodgson Brown es abogada y fundadora del Public
Banking Institute. Graduada de UC Berkeley y UCLA School of Law.
Presidenta del Public Banking Institute y autora de
doce libros, incluyendo al best seller Telaraña de Deuda.
En su libro más reciente, The Public Bank Solution,
explora los modelos históricamente exitosos de la banca pública a nivel
mundial.
El dinero es parte de nuestra vida diaria,
pero entendemos poco sobre cómo se crea, de dónde viene y quién lo controla,
debido a que el proceso ha sido objeto de desinformación por parte de los
banqueros más ricos, quienes quieren mantenernos en la oscuridad y así
proteger un sistema diseñado para aumentar la desigualdad económica.
Ellen Hodgson Brown revela el engaño y presenta un panorama claro del
abismo financiero al que nos dirigimos, centrándose en un fraude fundamental
del sistema bancario: los bancos privados se han apoderado de la creación y
control del sistema monetario internacional, en una red de dinero-deuda que
genera un beneficio constante a sus productores y somete a las naciones a una
creciente e innecesaria montaña de deuda, imposible de pagar.
Exponer la insostenible situación actual es un primer paso para desligarnos del
control maligno del mundo en manos de una muy pequeña pero poderosa facción
financiera.
Partes del libro hacen énfasis en el banco central de los Estados Unidos, así
como en la historia de esta nación, pues su modelo de dinero ha sido implementado
alrededor del mundo, incluyendo los países de América Latina.
También se recogen ejemplos del desarrollo de nuevos modelos bancarios en los
cinco continentes. La comprensión del funcionamiento de estas instituciones y
los hechos que marcaron su evolución aportará al lector las herramientas para
dar un giro positivo a su futuro financiero a nivel personal, regional y
nacional.
«Lo interesante de este libro es que lo puede leer cualquier persona por el
lenguaje en que está escrito. Viene narrado como una novela, con la historia
del célebre cuento del Mago de Oz»
En Telaraña de Deuda (Web of Debt), aplica su
experiencia y conocimientos en el análisis de la Reserva Federal y el «conglomerado
del dinero».
Muestra cómo este cartel privado ha usurpado el poder de crear dinero de
manos de la gente, y cómo nosotros, la gente, podemos recuperarlo. Hodgson
Brown forjó su pasión por el mundo en desarrollo y sus problemas mientras vivió
en diversos países durante once años (en Kenia, Honduras, Guatemala y
Nicaragua).
Fue conferenciante de TEDxNewWallStreet 2012 en Mountain View (California), y
su obra ha suscitado un intenso debate en la comunidad internacional.
Los adjetivos
que aparecen a continuación no llegan ni de lejos a expresar en estas pocas
líneas lo que habría que explicar en varios tomos sobre la PIRATERIA FINANCIERA
ANGLOSAJONA, una autentica maldición para la humanidad:
La Reserva Federal (la FED)
–la entidad más antidemocrática del mundo en cantidad y calidad– es mucho peor
para la humanidad que los conocidos totalitarismos políticos del siglo XX,
debido a su opacidad y a su control del sistema político de Estados Unidos y
del mundo a través del dólar.
Audrey Fournier, - Le Monde (5/4/10), examina los opacos manejos
totalitarios de la FED y el levantamiento del velo de los activos
tóxicos que heredó, durante el rescate de finales de 2008, de dos entidades
financieras mayúsculas: la fétida aseguradora AIG y el hediondo banco de
inversiones Bear Stearns (adquirido por el no menos pestilente JP
Morgan-Chase).
La FED fue obligada a exponer mínimamente la punta del iceberg de sus hazañas
de ocultamiento y alquimia contables por dos sentencias judiciales, debido a la
presión de la ciudadanía y a algunoslegisladores todavía valientes y sin corromper.
Tales activos fueron todavía más tóxicos de lo previsto y alcanzarían 80 mil millones de dólares. (OJO A LAS CIFRAS PORQUE NO SE
PARECEN en nada de lo que podemos siquiera imaginar).
Fournier se asombra de la distribución perversa de tales activos tóxicos
incrustados subrepticiamente en una serie de vehículos financieros complejos,
como los ominososcredit default swaps (CDS) y cuyos alcances
letales han hecho del putrefacto sistema financiero anglosajón un
verdadero nudo gordiano que requiere ser desatado por un conquistador de la
talla de Alejandro el Magno para salvar el planeta de las garras de la
plutocracia bancaria anglosajona de Wall Street y la City.
Tales activos tóxicos no pasan la prueba del ácido de la tripleta oligárquica-oligopólica de
las autocalificadoras anglosajonas (Moody’s, Standard
&Poor’s y Fitch), quienes
por enésima vez no se percataron deliberadamente de su virulencia
diseminada.
SIONISTAS EN WALL STREET:
Fournier no entiende por qué no se rescató a Lehman Brothers, al tiempo que se
salvaba a la aseguradora AIG y a Bear Stearns repletos de activos
podridos (sic).
Fournier destaca que ha perturbado la opacidad, mucho más que el rescate per
se, y se centra en la exhibición del oscurantismo contable de la Fed, que
ocultó la mediocridad de los activos tóxicos que han perdido gran parte de su
valor. Pero, ¿cuál valor? ¡Si están quebrados!
Cita la opinión higiénica de Marvin Goodfriend, economista de la Universidad de
Carnegie Mellon, quien en las páginas de la revista Business Week(poéticamente quebrada y anterior propiedad del grupo de la autocalificadora
Standard &Poor’s, y luego adquirida por Bloomberg) fustiga la intromisión de la Fed
en la política fiscal: un dominio de la Secretaría del Tesoro y el Congreso.
¿No se percata Goodfriend que Estados Unidos vive bajo el totalitarismo de
la plutocracia financiera de Wall Street, dominado por los Greenspan y
Bernanke, coincidentemente miembros conspicuos del sionismo financiero global?
¿Hasta cuándo? Pues hasta que el Pentágono, otra supraestructura oligárquica de
mayor poder, ponga en orden a la Fed.
The Christian Science Monitor, citado por Fournier, confirma que el
acuerdo fue realizado a puerta cerrada y con nula supervisión del Congreso (democracia
estilo Washington).
Por lo visto, en materia de opacidad financiera Estados Unidos es tan
medievalmente primitivo como el México neoliberal.
En forma lúcida, Fournier concluye que, además del daño causado al
funcionamiento democrático (sic) de las instituciones de estadounidenses, la
conducta de la FED estimuló a otros bancos, algunos rescatados por el gobierno,
a realizar riesgos considerables.
Fournier soslaya la estructura anómala –única en el mundo porque compendia la verdadera plutocracia reinante–
de la FED que incluye en
su seno a numerosos bancos privados en un matrimonio anticipado del verdugo con
su víctima-Estados Unidos- que ni siquiera emite su propia moneda (tarea que le
correspondería en este caso al Departamento del Tesoro).
Fournier se queda en el umbral de los infiernos financieros y no profundiza en
el papel tras bambalinas deBlackRock, que maneja en forma triangulada tales
activos tóxicos: bombas durmientes inventadas por la plutocracia de Estados
Unidos presuntamente para dominar al mundo.
La traducción de BlackRock es inigualable: roca negra, a no confundir con otra
financiera siniestra, Blackstone, implicada en el cobro de los seguros de las torres
gemelas de Nueva
York (ver Bajo la Lupa, 26/9/04) y controlada por Peter G. Peterson,
anterior secretario de Comercio de Richard Nixon, y Stephen A. Schwarzman,
miembro del club fantasmagórico Huesos y Calaveras (Skull and Bones), de Yale
(donde opera el cordobista Zedillo: el sepulturero de las finanzas mexicanas).
BlackRock constituye otra entelequia oscura de la piratería financiera anglosajona:
firma de inversiones con sede en Nueva York que maneja una azorante cartera de 3,35 billones de dólares, equivalente al PIB
(nominal) de Alemania.
Pese a su negrura contable y fiduciaria, BlackRock se convirtió en el
mayor manejador de dinero del mundo. Pero una cosa es manejar su cartera propia
y otra la de sus clientes que manejan a su vez9 billones de dólares, equivalente al doble del PIB de China.
Aparte de la basura financiera de la Fed, ¿qué tanto y para quién recicla
BlackRock?
Los controladores aparentemente legales de BlackRock son Bank of America (34.1 por ciento de sus activos), el muy turbio PNC
Financial Services (24.6 por ciento) y la británica Barclays PLC
(19.9 por ciento) que no requiere adjetivos. ¿Quiénes dispondrían del restante
21.4 por ciento de sus acciones?
¿Por qué dos bancos gigantescos globales, como el estadunidense Bank of
America y el británico Barclays, ya no se diga la Fed,
necesitan como oxígeno la existencia triangulada de una entidad financiera tan
negra como BlackRock?
El mandamás de BlackRock es Lawrence Fink (su hijo Joshua, de 30 años,
merece un libro especial), inventor e instrumentador de una de las mayores
basuras financieras de la historia de la humanidad: los célebres mortgage-backed-security(MBS, por sus
siglas en inglés: un género de derivados financieros basados en seguros hipotecarios
de alto riesgo).
¿Por qué la Fed, en la etapa aciaga de Ben
Shalom Bernanke, recurre al verdugo que victimó a millones de impotentes
ciudadanos de Estados Unidos, el inventor de los putrefactos MBS: causa
primaria en precipitar la crisis financiera global?
Como que suena muy extraño y ha de haber algo muy profundo en los avernos
financieros de los activos tóxicos en Estados Unidos, que ya empiezan a ser
desenmarañados (que no se olvide que nos encontramos en un mundo
totalitario, opaco, tenebroso, inmundo e infernal) y que apunta al
despliegue de una silenciosa
guerra financiera global, que probablemente hayan decretado contra el mundo los dioses (sic) del
dinero de Nueva York y la City, como expone William Engdahl (RT, 5/4/10), cuya
tesis de una guerra
económica encubierta del sistema
dólar merece ser desarrollada.
¿Todavia te crees que no hay suficiente riqueza para que la poblacion actual
del planeta y millones más vivieran mucho más que dignamente?
España se ha quedado sin
"sus" multinacionales - un ejemplo
El Banco americano de Santander (Los Botin
no son los dueños sino J.P. Morgan y afines)
Durante la última década la entrada
de capital estadounidense en el Banco Santander ha sido constante y creciente.
Actualmente, siete grupos financieros de origen norteamericano poseen cerca del
50% de las acciones.
La señora
Patricia Botín continúa al frente del Consejo de Administración del banco, pero
ahora es más bien un testaferro de los intereses de estas grandes
corporaciones.
En el
momento actual, siete grupos financieros de origen estadounidense controlan el
45,3% de los títulos del banco: Chase Nominees Ltd. (12,51%) [1], State Street Bank (9,60) [2], EC Nominees (6,91%) [3], The Bank of New York Mellon (5,57%) [4], Capital Research and Management Company (4,87%) [5], Blackrock Investment (4,78%) [6] y Fidelity Internacional (1,06%) [7]. También hay
grupos europeos con participaciones significativas, como BNP Paribas (3,18%) y
Credit Suisse (2,87). El resto de los accionistas está muy disperso para
tomarlos en consideración y el sindicado de acciones de la familia Botín apenas
llega a un exiguo 1,7% del total de los valores del banco.