Published by January 22nd, 2015
Como un conejito que saca la patita
de la madriguera, precavido, tras esconderse del zorro, los periodistas del
mundo se van dando cuenta de que el petrodólar terrorista ya no manda en el
planeta y, por tanto, pueden empezar a contar la Verdad.
El diario barcelonés La Vanguardia publica un artículo que
cuestiona las intenciones antiterroristas de Arabia Saudita en el que desliza
las conexiones de este gobierno con el atentado del 11-S.
En Africa lo
tienen más fácil porque ya saben que va a llegar el dinero del BRICS: el
escándalo ha de ser mayúsculo pues la noticia de que los militares cameruneses interceptaron un
envío de armas de la ONU… ¡a la guerrilla terrorista Boko Haram!
Veremos si
algún medio de comunicación occidental se atreve. Aquí, en español.
En Estados
Unidos, una comisión compuesta de ex militares y que informa al Congreso ha sacado a la luz la verdad sobre lo
ocurrido en el ataque al consulado en Bengasi, Libia. Los
testimonios de los propios agentes de inteligencia corroboran sin duda que el
embajador Stevens dirigió las células de Al Qaeda que derrocaron a Gadaffi y,
una vez en el poder sus secuaces, desvió armas y financió al grupo Al-Nusra que
combate al legítimo gobierno sirio de Assad.
Ante la
caída irremisible de la censura (base de su poder), la respuesta sionista está
siendo el “enrocamiento” en su postura de que son las víctimas. Hoy mismo
parece que Netanyahu hablará en el Congreso USA para explicarles el peligro que
supone Irán (¿no te parece que ya has oído antes esta monserga?), mientras la tele israelita insiste en
que Irán tiene un misil listo para atacar Europa (¿qué coño se le ha
perdido a los persas en Europa cuando en realidad los quiere de aliados?). De
esta manera, podemos reinterpretar los atentados de París contra el semanario
propiedad de la familia Rotshchild Charlie Hebdo y el problable asesinato del
fiscal judío-argentino Nisman, encargado de investigar ¡un atentado atribuido a
Irán sobre unas instalaciones israelitas en Buenos Aires!
En su empeño
por presentarse como los “buenos”, los sionistas han optado por autoatentarse
para presentarse como las víctimas ante el mundo.
Si
recordáis, la serpiente Ouroboros acaba muriendo comiéndose la cola… Es decir,
se acaba suicidando, en el sentido sionista de la palabra…
PD: En
realidad, todo suicidio es, en último término, un asesinato. Alguien conduce a
otro a cometerlo.
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FUENTE: http://www.rafapal.com/?p=29264
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