lunes, 13 de abril de 2020

CEN-SU-RA


“Cuando llega la censura se impone la dictadura”

“En una guerra la primera víctima es la verdad”

Esto es una guerra señores. Una guerra “a la moderna” pero con matices muy viejos. Las técnicas de manipulación social en los comienzos del siglo XXI están muy avanzadas, así como los instrumentos científicos y tecnológicos. La guerra biológica es uno de estos instrumentos.

Esto no significa que sus instigadores sean modernos y actualizados. No, para nada.
Son los que nunca dieron la cara, los cobardes asesinos psicópatas y genocidas que se esconden en las cimas del poder. Actúan con premeditación, nocturnidad y alevosía.

La Humanidad, esa palabra que define a la gente trabajadora y buena, no tiene ningún significado para ellos. 

Nosotros, los de a pie, para ellos sólo somos un rebaño del que se apropiaron en tiempos inmemoriales para explotarlo, esclavizarlo, controlarlo y pisarlo a su antojo.
Antes nos llevaban a las guerras para reducirnos en número. A ser actores de sus juegos macabros dirigidos desde sus despachos. Así defendíamos sus intereses económicos y geoestratégicos. Nos enganchaban disfrazando sus bastardos fines como guerras de religión o de ideología política que previamente sembraban como labradores de ideas. Ahora disfrazan a las tropas que van a países en conflicto, donde no se nos ha perdido nada,  de “ayuda humanitaria”. Eso sí, armados con fusiles de asalto, por si se ponen chulos los damnificados.

Asesinos que nos desprecian y nos odian, recordad que siempre nos han denominado “la chusma” y el “populacho”.

Ellos y sólo ellos se han preocupado de dirigirnos cómo un rebaño para que no evolucionemos, no crezcamos en conocimientos, no aumentemos nuestro nivel de consciencia y no lleguemos a conseguir nuestras metas e ilusiones propias de una sociedad sana y libre.

Como decía un tal Campbell, toda sociedad humana es capaz de medrar y progresar por sí sola siempre que no tenga por encima un imperio o fuerza superior que la limite o esclavice.

Pues bien, estos parásitos de la sociedad que viven a nuestra costa, de nuestro trabajo, de nuestra salud y de nuestras energías son el mayor problema que podemos tener.
Ellos tienen toda la información de nosotros, una parte nos la sonsacan con procedimientos retorcidos y otra se la damos nosotros voluntariamente a través de ese perverso consentimiento  legal con el que aceptamos las condiciones de servicio de las redes sociales. 

Como dice Vladimir Putin, el mejor y más inteligente estadista que ha tenido nunca Rusia, han conseguido idiotizar e infantilizar a la sociedad occidental en todos los ámbitos. Una veces sutilmente y otras descaradamente. 

Han ido contra la familia tradicional.  Ahora es raro que haya hijos que tengan un solo padre y una sola madre. Los hay con varios “padres y madres” o incluso teniéndolos en plural es como si no los tuvieran. Familias donde la educación paulatina, tranquila y ordenada con el ejemplo no existe. Donde la soberbia y tú eres el mejor imperan como principios. 

Han creado artificialmente una ideología de género cuyo interés último es promocionar la guerra entre sexos y no la defensa real de la igualdad de derechos entre hombre y mujer.

Por poner un ejemplo sencillo y sin meterme en jardines. ¿Cómo es posible que se nos denomine una sociedad avanzada occidental del siglo XXI y ni siquiera esos poderes que se demuestran absolutos en la práctica no han hecho una ley en la que hombres y mujeres que hagan el mismo trabajo reciban el mismo salario? Me responderán: “si ya está hecha esa ley” y yo contestaré que estará vigente pero no se cumple a rajatabla. Una ley que no se cumple, ni se hace cumplir es como si no existe. 

Estamos en una sociedad donde el esfuerzo y la moral bien entendida brillan por su ausencia. Donde los niños cada vez están peor educados por unos padres que no están o no les preocupa. Donde los principios éticos se disuelven como el azúcar en agua con esos contenidos violentos en películas y videojuegos que idiotizan y enajenan.

Donde la televisión, incluida la estatal en muchos casos, está  llena de contenidos banales, estúpidos, intrascendentes o degenerados. Donde se permite la publicidad del juego online y la pornografía sin sentido.

Donde se ridiculiza al inteligente y se ensalza al imbécil de nacimiento. Donde se paga ingentes cantidades de dinero a un futbolista y una miseria al investigador o al profesional en una materia fundamental para el país. 

Donde se venden a grupos privados  y a precio de ganga sectores fundamentales del estado como la salud, las telecomunicaciones, los hidrocarburos, la industria estratégica, la enseñanza, la banca, los servicios sociales como las residencias de mayores y un inacabable número de áreas que tendrían que ser públicas para el bien de los ciudadanos.

Donde los ciudadanos están al servicio de los gobiernos y de los políticos y no al revés. 
En una palabra. Se ha promocionado desde arriba una sociedad sin resortes ni posibilidades de respuesta ante ningún reto nuevo. Una sociedad sin valores, donde la mediocridad y la estulticia se promociona como valor universal desde los medios.

Cuando la sociedad está “madura” después de aplicar toda esta maniobra de ingeniería social premeditada, el libro de operaciones manda crear una pandemia global con uno de esos muchos virus que tienen prefabricados y nos crean el evento de pánico final para darnos la estocada. Un evento de fuerte impacto social y a nivel global.

La sociedad asustada recibe las órdenes de confinamiento mediante la aplicación “legal” de los estados excepcionales contemplados en el ordenamiento jurídico de cada país y todo el mundo espera órdenes que no sugerencias de la autoridad competente. 

En estado de “shock”, porque a todos nos ha pillado en bolas, empiezan las restricciones legales de la libertad de los individuos en aras del bien común.

Se recurre a lo emocional y sentimental porque en ese estado de “shock” los manuales de psicología de primer curso dicen que lo emocional toma posesión de la voluntad de la persona y se olvida de lo racional. Ya no es capaz de pensar con una mínima lucidez.

Pongo un ejemplo sencillo:
En la temporada 2017-2018  según datos de la gripe estacional proporcionados por el Sistema de Vigilancia de la gripe en España (del Instituto de la salud Carlos III)
Ver documento en este enlace:
                   Hubo alrededor de 15.000 muertos
Teniendo en cuenta que  HABÍA VACUNA y según el cuadro que sigue SE VACUNÓ EL 55% DE LAS PERSONAS MAYORES DE 64 AÑOS o sea del colectivo de riesgo y que con ello se EVITÓ EL 39% DE LAS MUERTES DE PACIENTES HOSPITALIZADOS, ACEPTEMOS PUES QUE SIN VACUNA HUBIERAN MUERTO ALGUNAS MAS” DE LAS 15.000 PERSONAS.


ALGUNAS PREGUNTAS:
1-    ¿Estos 15.000 muertos mínimo,  no tenían importancia ninguna para el gobierno de entonces a la hora de tomar al menos medidas de profilaxis por parte de la población? Este fenómeno se produce todos los años y colapsa  los hospitales casi todos los años.
2-    ¿Por qué ahora los 13.798 muertos hasta 7 abril 2020 del coronavirus  tienen más importancia que los de la gripe estacional teniendo en cuenta que la forma de obtener estos datos no parecen fiables? No se hacen los test necesarios para saberlo con cierta seguridad.
3-    ¿Por qué no nos metían miedo en tv día a día diciendo cuantos muertos se iban produciendo cuando la gripe estacional?
4-     ¿No se morían entonces personas mayores en las residencias por la gripe común teniendo en cuenta que estas muertes se produjeron en su mayor parte en mayores de 64 años?
5-    ¿Por qué se están  tomando ahora  medidas restrictivas de la libertad como la censura en las redes sociales o decreto de control de seguimiento gps de móviles, p.ejemplo?
6-    ¿Por qué nadie o casi nadie en los medios se preocupa por averiguar si este brote es natural o artificial?
7-    Pon ahora tus preguntas, que seguro que las tendrás…

Decretos y normas que no hubiéramos aceptado de buena manera días antes de declarar EL ESTADO DE ALARMA ahora nos los tragamos como los pavos.

Por supuesto que con la gripe estacional no se "cargaron" la economía como ahora. 

¿Acaso hora quieren tapar el “crash” económico pronosticado por muchos desde hace más de un año con el coronavirus?

Esto huele muy mal y cuando empieza la censura y las leyes restrictivas suele asomar la dictadura. 

EL AUTOR DEL BLOG.






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