por Manlio
Dinucci
La exageración
sobre la peligrosidad del coronavirus en relación con otras enfermedades
así como la preparación de la respuesta de los principales actores,
2 meses ante de la aparición de la epidemia, resultan especialmente
sorprendentes. Por el momento, parece apresurado tratar de sacar conclusiones.
Red Voltaire | Roma (Italia) | 26 de febrero de 2020 (SEÑALO EN ROJO LA FECHA)
Partiendo
del principio que no hay que subestimar el coronavirus y que se deben
seguir las 10 reglas de prevención divulgadas por el ministerio
de Salud [italiano], habría que adoptar además una 11ª regla
fundamental: impedir también la propagación del virus del miedo.
Sin embargo,
los medios de prensa, principalmente la televisión, comenzando por
la Rai [1], que está dedicando sus espacios
informativos casi enteramente al coronavirus, se dedican precisamente a
propagar el miedo, un virus que penetra así en todos
los hogares, a través de los canales de televisión.
Pero esas
mismas televisoras que siembran la alarma sobre el coronavirus callan
el hecho que la gripe invernal, ha resultado mucho más letal que el
coronavirus, dejando en Italia, sólo durante la 6ª semana
de este año 2020 –según el Instituto Superior de Salud–, un promedio diario de 217 muertes,
provocadas por complicaciones pulmonares y cardiovasculares derivadas de esa
simple gripe. Tampoco dicen que –según la Organización Mundial de la Salud
(OMS)– en Italia mueren cada año más de 700 enfermos de SIDA,
lo cual representa un promedio de 2 fallecimientos diarios, de un
total mundial de 770 000 muertos por el SIDA.
Al referirse
a la campaña alarmista sobre el coronavirus, la directora de macrobiología
clínica, virología y diagnóstico de biourgencias del laboratorio del hospital
Sacco, de Milán, Maria Rita Gismondo, declara:
«Es una locura. Han convertido una
infección apenas más seria que una gripe en una pandemia letal. ¡Miren
la cifras! No es una pandemia.»
Pero la voz
de esta científica no llega hasta el gran público, mientras que
cada día, desde la Rai –servicio supuestamente público– hasta los
canales de Mediaset y todos los demás, se les inculca a
los italianos el miedo al «virus mortal que,
desde China, se extiende por el mundo».
El hecho es
que esa campaña va en el mismo sentido que lo que declaró el secretario
del Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, en una entrevista
transmitida por Fox Business:
«Pienso que
el coronavirus ayudará al regreso de los empleos de China a
Estados Unidos. En China hubo, primero el SARS, después la peste porcina
y ahora el coronavirus.»
Por
consiguiente, comenta el New York Times, «lo que China pierde
podría ser una ganancia para América» [léase “para Estados Unidos”].
Dicho de otra manera, el coronavirus podría tener un impacto destructor sobre
la economía china y, en una reacción en cadena, sobre las economías del
resto de Asia, de Europa y de Rusia, ya afectadas por la caída de los flujos
comerciales y turísticos, en beneficio de Estados Unidos,
económicamente indemne.
Global
Research, el centro de investigación sobre la globalización, dirigido por el
profesor Michel Chossudovsky, está publicando una serie de artículos de
expertos internacionales sobre el origen del coronavirus. Esos expertos
estiman que «no se puede excluir la posibilidad de que este virus
haya sido creado en un laboratorio», hipótesis que no puede ser
simplemente clasificada como «complotista» para desacreditarla. ¿Por
qué? Porque Estados Unidos, Rusia, China y las demás grandes potencias
tienen laboratorios donde se realizan investigaciones sobre virus que, al
ser modificados, pueden ser utilizados como agentes de guerra biológica,
dirigiéndolos incluso contra ciertos sectores de la población. Estamos
hablando de una actividad rodeada del mayor secreto, a menudo bajo la
cobertura de investigación científica de tipo civil.
Pero algunos
hechos salen a la luz, como la existencia en Wuhan de un biolaboratorio
donde científicos chinos realizan, en colaboración con Francia,
investigaciones sobre virus letales, entre ellos algunos enviados por el
Laboratorio de Microbiología de Canadá. En julio de 2015, el
instituto gubernamental británico Pirbright patentó en Estados Unidos un
«coronavirus atenuado». En octubre de 2019, el
Johns Hopkins Center for Health Security realizó en Nueva York un
simulacro de pandemia por coronavirus utilizando un guión que,
de convertirse en realidad, provocaría 65 millones de
muertos [2].
Pero lo que
no se simula es la propagación del virus del miedo, que se extiende, con
efectos socioeconómicos devastadores.
Fuente: Il Manifesto (Italia)
Traducido al español por la Red Voltaire
a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio.
[1] La Rai (Radiotelevisione
Italiana) es el ente público de radiodifusión de Italia. Nota de la Red Voltaire.
[2] «El Foro de Davos se preparó para una
pandemia de coronavirus… dos meses antes de su inicio», Red Voltaire, 5 de
febrero de 2020.
***************************************************************************************
ARTICULO
PUBLICADO EN: https://www.voltairenet.org/article209330.html
***************************************************************************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario