viernes, 8 de abril de 2016

Escandaloso: El Departamento de Estado de EE.UU. admite haber financiado los 'papeles de Panamá'

...Una oscura “operación orquestada” con la complicidad de la "prensa libre"

Jueves 07 de Abril de 2016



El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Mark Toner, ha reconocido que Washington financió a los periodistas que investigaron el escándalo de 'offshores', si bien recalca la monserga de que son "independientes".

"[Los periodistas] recibían financiación de varias fuentes, incluido el Gobierno de EE.UU.", dijo en rueda de prensa el viceportavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Mark Toner, que explicó que los recursos se entregan a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), informa RIA Novosti.

Sin embargo, con todo descaro, según él, los informadores fueron financiados "no para perseguir ciertos objetivos o personas, sino para que realicen investigaciones independientes periodísticas". Investigaciones… hay que tener cara dura…

Según él, la “investigación” fue llevada a cabo por periodistas de Organized Crime And Corruption Reporting Project (Proyecto de Información sobre Crimen Organizado y Corrupción, OCCRP) financiada por USAID, si bien se excusa con que EE.UU. no tuvo constancia de antemano de los resultados de la investigación de los 'papeles de Panamá'.

WikiLeaks también anunció este miércoles que la filtración masiva de documentos sobre empresas en paraísos fiscales corre a cargo del OCCRP, financiada por la USAID, así como por el fondo Soros.

¿A quién benefician los 'papeles de Panamá'? 

 El profesor de Economía Política Internacional de la Universidad de la Ciudad de Londres y experto en paraísos fiscales Ronen Palan revela quiénes ganan con el escándalo de los 'papeles de Panamá'.

El profesor Palan afirma que los documentos filtrados el domingo son una evidencia de una práctica conocida mundialmente. "Una cosa es sospechar y otra es contar con pruebas concretas". Así lo indica en una nota publicada por la cadena Sputnik.

El especialista explica que la apertura de cuentas en el exterior no constituye una acción ilegal en sí, aunque sí lo es cuando sirve para evadir impuestos. Estos papeles, según el profesor, demuestran actividades ilegales.

Ausencia de ciudadanos estadounidenses en el escándalo 
 
El experto califica la ausencia de ciudadanos de EE.UU. en este caso de algo normal, debido al riesgo que representa para las compañías de este país abrirse cuentas en Panamá teniendo en cuenta los acuerdos intergubernamentales existentes entre ambos países.

Además, Palan señala que, extrañamente, no solo a los ciudadanos estadounidenses se les omite de este caso, sino también a los europeos. Según su teoría, el escándalo podía interesar a las agencias de inteligencia estadounidenses que intentan implicar a representantes del Gobierno ruso en actos de evasión de impuestos. Ello permitiría degradar la imagen de presidente ruso Vladímir Putin y presentar a Rusia como un país "extremadamente corrupto".

Este análisis coincide con la interpretación que señala que a pesar de que el nombre de Putin no aparece en los documentos filtrados numerosos medios occidentales abordan el escándalo centrando la atención en el presidente ruso. El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, ha expresado al respecto que "el objetivo del ataque va dirigido, en primer lugar, contra nuestro país y, concretamente, contra el presidente Putin".

Anteriormente, el periodista islandés y portavoz de Wikileaks Kristinn Hrafnsson,  había solicitadola publicación de los 'papeles de Panamá', afirmando que "deberían ser accesibles para el público general, de tal forma que cualquier persona, y no solo el grupo de periodistas que trabajan con los datos, pueda estudiarlos".


No te dejes engañar: este es el objetivo final de los “papeles de Panamá” 
 
El portal El Robot Pescador se hace eco de algunas claves del “escandalo” de la filtración panameña aportadas por el medio estadounidense Zerohedge. Una de las primeras cuestiones que surgió en muchos medios alternativos (y que prácticamente pasó “desapercibida” en los medios de comunicación de masas), es la misteriosa ausencia inicial de clientes norteamericanos del bufete Mossack Fonseca.

Según medios norteamericanos como Zerohedge, las primeras filtraciones al respecto, hablan de unos 400 clientes norteamericanos, ninguno de los cuales, sospechosamente, puede considerarse de “altísimo perfil”.

De hecho, mucha gente se está empezando a preguntar por qué razón, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) no hace público el listado completo de los archivos filtrados para que todo el mundo pueda consultarlo libremente, tal y como ha hecho hasta ahora Wikileaks cuando ha filtrado documentación comprometedora.

En una entrevista realizada por la revista Wired al director del ICIJ, Gerard Ryle, se le preguntaba precisamente esto.

Y así es como respondió Ryle:
Ryle dice que los medios de comunicación no tienen planes para liberar el conjunto de datos completo, como hace WikiLeaks, argumentando que al hacerlo expondría la información sensible de particulares inocentes, junto con la información de figuras públicas que es en las que el grupo de periodistas ha centrado su atención.
No somos WikiLeaks. Estamos tratando de demostrar que el periodismo se puede hacer de manera responsable”, sostiene Ryle.

Ryle afirma que aconsejó a los reporteros de todos los medios de comunicación participantes en el asunto que “actuaran en función del interés público de su país”

Esta declaración expone inadvertidamente muchos de los factores sospechosos que rodean al asunto y que vamos a ir exponiendo en este artículo.

Para empezar, acusa a Wikileaks de “ser irresponsable”, caracterizando a su vez a los periodistas del ICIJ (es decir, de los medios de comunicación de masas), como “auténtico periodismo responsable”.
Y la respuesta de Wikileaks, no ha podido ser más acertada y demoledora.

A través de su cuenta de Twitter, Wikileaks ha acusado al ICIJ de haber sido financiado por diversas fundaciones que se dedican, exclusivamente, a defender los intereses norteamericanos en todo el mundo.

Es decir, este asunto está siendo financiado directamente por gente como el multimillonario George Soros (a través de su fundación Open Society), la Fundación Ford o la USAID, (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), un organismo aparentemente independiente que sin embargo sigue las directrices estratégicas del Departamento de Estado de EEUU (Ver: El identificativo #PanamaPapers de la “investigación” de los papeles de Panamá pertenece a un agente del Departamento de Estado norteamericano que recibió más de 6 millones de dólares para sus “actividades”).

Así pues, que nadie se deje engañar: esto no tiene nada que ver con “perseguir a los más poderosos”, “acabar con los privilegios de las élites” o “sentar las bases de un mundo mucho más transparente”.

Sabiendo quién está financiando el caso, podemos deducir claramente que esta maniobra mediática a escala masiva, obedece a los intereses de determinadas élites, en detrimento de otras (que quizás no son tan “élites” como nos habían hecho creer, o como ellos mismos creían ser).

Analicemos un poco la estructura general de todo este asunto.
La propia declaración del director del ICIJ, Gerard Ryle a la revista Wired, nos pone sobre la pista de lo que podría estar sucediendo en realidad.

Para empezar, el ICIJ se está negando inicialmente a hacer públicos todos los datos de la filtración para que cualquiera los pueda consultar libremente.


Son solo los periodistas que trabajan para el ICIJ (financiado por quién está financiado), los que deciden de manera unilateral quién es expuesto a la vergüenza y quién no lo es, bajo el vago pretexto de “no exponer información sensible de particulares inocentes”.

Pero nadie sabe quiénes son esos “particulares inocentes”.

De hecho, al no hacer públicos los datos, el ICIJ puede encubrir información relativa a personas influyentes y nadie se va a enterar de que lo están haciendo.

¿Cómo alguien con dos dedos de frente, puede creer en las supuestas “buenas intenciones” y en la “transparencia” de un organismo como el ICIJ, financiado directamente por organizaciones al servicio de las élites norteamericanas y de personajes tan siniestros como George Soros?

Además sabemos que esta filtración perjudica principalmente a todos los paraísos fiscales que hacen la competencia a los paraísos fiscales norteamericanos, radicados en los estados de Nevada, Wyoming y Dakota del Sur y que son promovidos por la principal mafia bancaria del mundo, el clan Rotshchild.

Aunque mucha gente se niegue a aceptarlo, movida por su odio y desprecio (justificados), hacia los más ricos y poderosos y sus trampas para evadir impuestos, lo cierto es que cada vez se hace más evidente que tras todo este asunto se oculta una maniobra de manipulación a gran escala y a múltiples niveles.

Una gran maniobra de la que conocemos vagamente sus principales patrocinadores, pero de la que difícilmente podremos conocer los detalles concluyentes, pues su complejidad y profundidad posiblemente escape a nuestro control.

Sabemos, tal y como expone el propio director del ICIJ, que la información completa sobre los clientes del bufete Mossack Fonseca, no se hará pública y que serán unos pocos periodistas de los diferentes países afiliados al ICIJ, los que decidirán unilateralmente quiénes son expuestos a la luz pública y quiénes no.

Es decir, esa información puede ser utilizada discrecionalmente como arma política para atacar a determinadas figuras contrarias a los intereses de los medios de comunicación que publiquen las informaciones (y de los poderes políticos a los que representan realmente).

Así pues, si un determinado grupo informativo que ejerce de fachada mediática de un conjunto de intereses políticos “X”, tiene acceso a estas informaciones, podrá utilizar las que más le convengan para atacar exclusivamente a las personas asociadas a un conjunto de intereses políticos “Y” enemigos de los suyos.

Estos enemigos no tienen por qué ser solo políticos. También pueden ser enemigos ideológicos, religiosos, étnicos, culturales, deportivos e incluso personales.

Pero esta quizás es una visión un poco superficial e ingenua de los hechos.

Podemos ir aún más allá.

Puesto que los interesados en utilizar toda esta información para sus propios intereses en cada país pueden ser muchos y muy variados, e incluso contradictorios ideológicamente entre sí (siempre y cuando no vayan contra los poderes que han financiado la filtración), podemos deducir que toda esta información filtrada, podría haber sido vendida o incluso subastada, utilizando como intermediarios a los principales medios que tienen acceso a ella desde el principio.

De ser esto cierto, la propia filtración podría convertirse a su vez en un inmenso negocio para sus promotores, colaboradores y subordinados.

Imaginen, a modo de caricatura, que ustedes son gente poderosa con una serie de intereses políticos y económicos de alto nivel y que un determinado grupo mediático que tiene acceso a los datos de esta filtración, se acerca a ustedes y les propone: “tengo información muy comprometedora sobre tu gran enemigo ‘fulanito de tal’. Si tú me pagas tanto, yo haré públicos los datos sobre sus negocios offshore en Panamá. Y si pagas la cuota Premium, además iniciaré contra él una amplia campaña de desprestigio”

Y esto a múltiples niveles dentro de todos y a cada uno de los países donde se publicarán las filtraciones. Y además, a medida que el escándalo avance, el precio irá aumentando y se multiplicará en periodos clave, como por ejemplo, antes de unas elecciones.

Así pues, esto podría ir mucho más allá de las filtraciones por intereses políticos. Esto podría ser un gran negocio a múltiples bandos y niveles, cuyas implicaciones son más enrevesadas de lo que pueda parecer inicialmente.

Pongamos un ejemplo: el caso de las denuncias contra Vladimir Putin.
Entre la gran cantidad de datos filtrados, había algunos relativos a personas vinculadas con Putin, que han sido ampliamente utilizados por medios occidentales para desprestigiar la figura del “incómodo” dirigente ruso.

Es evidente que la filtración, en este caso en particular, ha sido utilizada por determinados poderes occidentales como un medio para atacar y desprestigiar a Vladimir Putin y a Rusia en general.

 

Es obvio que han utilizado la filtración para atacar a Putin. Pero también es obvio que él no es la razón única y principal del asunto, por más importante que sea el presidente ruso.

Y esto nos lleva a cuestionarnos cuántos niveles de intereses podrían ocultarse tras todo este asunto de los “Papeles de Panamá”.

Tengamos en cuenta que cuando se inicia una operación de esta magnitud, nunca se hace con un solo y simple objetivo, sino que se planea para que obedezca a múltiples intereses y alcance diferentes metas.

Este caso podría estar estratificado por niveles de interés y por objetivos finales de la siguiente manera:

A- En el nivel más bajo, tendríamos a la población, que responde de forma refleja a todas estas filtraciones con gran indignación, pidiendo que se haga justicia con los implicados, sin tener ni la más remota idea de la montaña de intereses que se ocultan tras todo el asunto (de hecho, la mayoría de gente ni tan solo quiere saberlo, porque prefiere vivir en la ilusión de que “se están destapando los chanchullos de los más poderosos”...¡santa inocencia!).

B- En un nivel superior, tenemos a aquellos grupos, empresas, organizaciones o individuos con poder que compran la información filtrada en cada país, para atacar con ella a sus enemigos políticos, ideológicos, étnicos, religiosos, etc…

C- Por encima de este nivel, tendríamos a los diferentes gobiernos de cada país, que ven en la filtración la oportunidad de perseguir la evasión fiscal a todos los niveles, para conseguir ingresos para el Estado en un momento de “vacas flacas” y justificar además un aumento de la presión y el control fiscal sobre todos los ciudadanos.

D- En el nivel superior al de los gobiernos, encontramos el objetivo de núcleos multinacionales de poder occidental, que pretenden perjudicar a determinadas figuras de alto nivel político contrarias a sus intereses geoestratéticos, como por ejemplo, Vladimir Putin.

E- Aún por encima de ellos, está el interés de perseguir y acabar con los paraísos fiscales que hagan la competencia a los paraísos fiscales norteamericanos, para conseguir así que los evasores dejen de depositar sus capitales en ellos y se produzca un gran flujo de capitales fraudulentos hacia los paraísos fiscales de EEUU, mucho más opacos y difíciles de controlar (de momento).
En este nivel se encuentran altos poderes financieros como el que representa el clan Rothshchild y las élites financieras norteamericanas, que luchan por conseguir que EEUU se convierta en el principal (y si puede ser único) paraíso fiscal del planeta.

F- Y por último y como interés último a nivel más alto en toda esta compleja maniobra, tenemos el objetivo final de las auténticas élites: reconfigurar el mundo a nivel económico, político y social, para sentar las bases de un nuevo paradigma global; aquello que en determinados círculos alternativos se conoce como Nuevo Orden Mundial.

A este nivel, la persecución de los paraísos fiscales tiene como objetivo final promover la creación de organismos globales que se encarguen de controlar el mundo como un todo, bajo el pretexto de luchar contra el “fraude fiscal global”.

Uno de los puntos clave de esta presunta lucha contra el fraude fiscal global, es impulsar la eliminación del dinero físico, sustituyéndolo por dinero electrónico fácilmente trazable y monitoreable por bancos y gobiernos, bajo el pretexto de que de esta manera, “el fraude se hace imposible”.

El resultado final de esta maniobra será que todos los ciudadanos estarán bajo el control y el escrutinio directo y continuado de los bancos y los gobiernos, que en todo momento sabrán cuánto dinero tienen, cómo lo gastan, cuándo lo gastan, dónde lo gastan y de hecho, dónde están a cada instante; lo mismo que sucedería si cada ciudadano llevara insertado un microchip de seguimiento bajo la piel, como una mascota doméstica.

Es decir, estamos hablando de un poder absoluto sobre todos los ciudadanos del planeta, a los cuales, de hecho, se les podrá negar el acceso a su dinero cuando “se porten mal”, convirtiéndolos pues en esclavos totalmente dependientes de sus “amos”.

Y una vez creados todos los organismos de control fiscal global, el paso natural será crear un gobierno global, controlado precisamente por estas élites; un gobierno mundial cuyos brazos ejecutivos serán las corporaciones transnacionales y por debajo de ellas, los gobiernos de los estados que obedecerán directamente sus intereses durante el periodo de transición que transcurrirá hasta la privatización completa de todos los poderes públicos.

Todo esto es lo que creemos que se oculta realmente tras el escándalo de los “Papeles de Panamá”.

Estamos ante un conglomerado de intereses entrecruzados a múltiples niveles, en el que los propios implicados a cada nivel, ni tan solo saben para qué intereses trabajan en última instancia, gracias a la habitual técnica de fragmentación, estratificación y compartimentación de la información propia de cualquier operación a gran escala.

Desgraciadamente, la gente de la calle ni tan solo se enterará de lo que está sucediendo, manipulada como está por los medios de comunicación y los periodistas que trabajan en ellos.

Unos periodistas que en la mayoría de los casos, ni tan solo saben a qué intereses sirven cuando les contratan para vomitar toda esta propaganda, que ellos vergonzosamente califican de “información periodística”.

Es así de triste, aunque mucha gente se niegue a aceptarlo.

Fuente: http://www.zerohedge.com


Conclusión
Saquen sus propias conclusiones. Nosotros ya sacamos las nuestras. Si bien EEUU está reafirmando su propaganda hostil contra sus enemigos, toda esta operación mediática titulada como "Panamá Papers" trata más bien de una maniobra de "Shock" para que los grandes capitales se vean obligados a trasladar sus capitales a una zona segura y así, de paso, eliminar cierta competencia que pueda haber.

Por lo que podríamos especular que habrá, o ya está ocurriendo, una significativa fuga de capitales a paraísos fiscales más seguros. Y como podrán notar, Estados Unidos es "la mejor alternativa". Los periodistas de "investigación" o los Grandes Medios, por supuesto, no están interesados en monitorear alguna "fuga de capital", sino en animar el circo, por lo que difícilmente saldrá algo de aquello en los Medios.

Olvidémonos de si fulano o mengano aparece en los "Panamá Papers", todo ello es distracción, especialmente diseñado para el vulgo. Allá ellos lo que quieran seguir distraídos con el circo. Lo cierto es que mientras nos distraen otros sacan provecho.

La operación "Panamá Papers" se trata de una maniobra inteligente para poder reactivar la alicaída economía de los Estados Unidos.

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