sábado, 12 de septiembre de 2015

Se descubre la manipulación y propaganda a cuenta del drama de los refugiados sirios. Puede que nada sea lo que parece…



Miércoles 09 de Septiembre de 2015 22:00 



Hace unos días daba la vuelta al mundo la fotografía en la que aparece Aylan Kurdi, un niño sirio de tres años, ahogado en una playa de Turquía. El pequeño yacía boca abajo en la arena, y la fotografía fue captada por la reportera turca Nilüfer Demir. Además, según asegura la propia mujer, su hermano de cinco años se encontraba también ahogado cien metros más adelante.

La imagen ha sido portada de numerosos medios, tanto nacionales como del resto de Europa. El Daily Mail, The Sun, The Guardian; y en España El Mundo, El País o La Vanguardia colocaban en su portada esa fotografía o una similar, con un hombre con el niño pequeño cogido en brazos.


Pero otra imagen que ha aparecido en Internet, parece mostrar que el cuerpo de Aylan fue movido. En ella se aprecia al mismo hombre que aparece con él en brazos, cogiéndolo del suelo en otro punto de la playa. Además, cuando un cuerpo es depositado en la playa por las olas, siempre acaba en forma paralela a las mismas, y no en perpendicular, como aparece en la fotografía tan ampliamente difundida. Sin embargo, en la otra imagen la postura del cuerpo sin vida del pequeño sí está de una forma que parece más natural.

A cuenta del drama del pobre Aylán, del que han manipulado hasta su cadáver, los medios voceros de la OTAN en Occidente se han lanzado a su PROPAGANDA DE GUERRA, preparando a la población para asumir que es necesario “intervenir militarmente en Siria”. "Bombardeemos Siria ahora por Aylan!”



Mientras tanto, se van confirmando los peores augurios en cuanto a la presencia de terroristas del Estado Islámico infiltrados entre los refugiados. Ya han sido detenidos 5 yihadistas camuflados entre refugiados en Bulgaria. Fueron detenidos cuando pretendían cruzar la frontera entre Bulgaria y Macedonia y portaban material de ISIS y videos de decapitaciones en las que podrían haber participado.

La cadena búlgara de televisión Nova TV confirmaba la noticia citando fuentes oficiales, cinco yihadistas de entre 20 y 24 años fueron detenidos cuando pretendían cruzar el puesto fronterizo de Gyueshevo en un coche matriculado en Kosovo. Cuando un agente de fronteras pidió que bajaran del coche para realizar un registro, le ofrecieron dinero, lo que hizo sospechar al policía que pidió refuerzos.

Tras la detención de los cinco individuos el vehículo fue registrado. En su interior se encontró material de Estado Islámico, incluida propaganda enfocada al reclutamiento de combatientes. Además, en los móviles de los detenidos había videos de decapitaciones. La policía búlgara asegura que es posible que alguno de los jóvenes participara en ellas.


Descubren en Hungría a otros dos terroristas entre los refugiados

Los yihadistas detenidos aprovecharon el flujo migratorio desde la zona sur de la frontera de Turquía, hacia el norte, en la zona fronteriza con Bulgaria donde las medidas de control y seguridad son menores para intentar pasar desapercibidos entre la masa de refugiados.

La frontera entre Bulgaria y Turquía ha sido recientemente reforzada con una valla de 75 kilómetros de longitud que tiene cuatro metros de altura. Ante esta construcción, el flujo de entrada de refugiados se ha desplazado hacia el norte, donde los controles son menores y la posibilidad de acceder a Europa es mayor.


Alerta internacional

Esta detención se produce después de que, en febrero, los servicios de seguridad turcos enviaran un informe a las autoridades de la Unión Europea en el que aseguraban que más de 3.000 yihadistas estaban intentando entrar en Europa. Su origen se encontraba en Siria e Iraq y el objetivo era el de llegar a Bulgaria y Hungría.

También en mayo pasado el consejero del Gobierno libio, Abdul Basit Haroun, declaró ante periodistas de la BBC que habían detectado a combatientes de Estado Islámico en los barcos de inmigrantes que cruzan el mediterráneo.

Y por si todo esto fuera poco, el propio Estado Islámico amenazó, también en febrero pasado, con invadir Italia con 500.000 yihadistas que “tomarían Roma”.


Joven siria denuncia el motivo real de los “refugiados sirios” y la manipulación occidental
 




El pasado domingo, el Movimiento Nacional de Serbia realizó en Belgrado una manifestación y, entre los oradores, estuvo una joven patriota siria  quien expresó la verdad de lo que sucede en su país y el fenómeno  de los “refugiados sirios”, ampliamente cubierto y fomentado  por las plataformas mediales y cultuales masónicas y judías de todo Occidente, es decir, por la plutocracia internacional realmente existente.

Transcribimos algunas frases:

Permítanme hacer estas preguntas: Si Occidente no quiere que los refugiados perezcan en el mar, ¿por qué no levanta  sus sanciones contra el pueblo sirio que ha generado   143 mil millones de dólares en pérdidas?

¿Por qué no ayudan a los sirios a quedarse en casa para que colaboren con el ejército nacional sirio en su lucha contra el terrorismo y hagan de Siria de nuevo un país seguro?

¿Por qué el resto de los sirios que no han emigrado permanecen en su país y resisten?

La gente de Siria sigue siendo la única que puede reconstruir el país. Se busca acabar con Siria y el pueblo sirio.

Por un lado, se busca la fuga de cerebros, llevándose a sus médicos y mejores estudiantes. Y, por otro lado, las empresas multinacionales quieren mano de obra barata.

Hasta el momento, hemos perdido cien mil soldados que lucharon contra los extremistas. No ví que Occidente llorara por ellos que  dieron sus vidas para defender la nación y dejando a sus familias que también necesitan ayuda.

Occidente  ayuda  a las personas que huyen de su país. Muchas de ellas son yihadistas y se les paga miles de euros por ello.

Déjenme decirles que el dinero que gastan para venir es suficiente para comprar una casa en un lugar seguro en Siria para una familia de cinco integrantes  y tener un pequeño trabajo y vivir bien.

Estos no son refugiados. Estos son migrantes económicos.

Lo que sucede en Siria es similar a lo que se dio  en Serbia: su  objetivo es  nuestra identidad, nuestra unidad y  nuestra soberanía.

Queridos amigos, lo que  pedimos es que se pongan  de pie con nosotros. Muestren su apoyo a nuestra  lucha justa  y a nuestras fuerzas armadas porque si perdemos esta guerra, la yihad no se detendrá después de vencer en Siria. Resistamos juntos  hasta la victoria

Por otro lado, no deja de ser chocante que jóvenes, sanos y fuertes, sean peticionarios de asilo en Europa. Es incomprensible. Y más aún cuando en primera línea de combate contra el ISIS están hombres y mujeres, viejos y jóvenes, madres e hijas. Defendiendo su tierra y acosados desde la retaguardia por el cobarde régimen turco o por los aviones de Israel. ¿Qué hace la OTAN? Mandar unos pocos aviones y drones a ver si alcanzan a algún despistado cabecilla barbudo, cuando no dejarles caer cargamentos de armas. Una guerra de cobardes contemplada por un Occidente abominable.

Esta reflexión salta a la vista de muchos ciudadanos al contemplar a los miles de refugiados que entran en Europa que huyen “de las guerras” siendo jóvenes, sanos y fuertes. Jóvenes que prefieren huir de su país en lugar de tomar las armas y aprovechar el vigor y la energía de esa juventud para luchar por la libertad de su Patria. Digámoslo claro: son desertores.

Porque en esos desdichados países en los que los piojosos asesinos del ISIS campan por sus respetos, todos los hombres están llamados a las armas contra el yihadismo, pero no van sino que huyen a Europa, escapan como cobardes para entrar penosamente en la UE y vivir de las subvenciones, de ese dinero que Merkel obtiene del sudor de la Europa que madruga para reventarse a trabajar. Cuando vemos a esos refugiados fuertes, sanos y jóvenes capaces de luchar, escapar de su Patria en guerra, no son precisamente sentimientos humanitarios los que experimentamos muchos… solo desprecio.


Análisis: La falsa «crisis de los refugiados»
Por Thierry Meyssan

Mientras la prensa europea pulsa la cuerda emotiva difundiendo fotos de un niño ahogado y publicando reportajes sobre las multitudes que cruzan a pie los países de los Balcanes, Thierry Meyssan muestra que se trata de imágenes fabricadas. Son imágenes que favorecen los intereses del patrón de patrones alemán, Ulrich Grillo, y de la OTAN, pero que no reflejan el fenómeno en su conjunto y empujan a los ciudadanos europeos hacia respuestas que no resuelven el verdadero drama. 

Una ola de emoción cayó brutalmente esta semana sobre los pueblos que viven en los países de la OTAN. Y bruscamente tomaron conciencia del drama de los refugiados que tratan de cruzar el Mediterráneo, tragedia que dura desde hace años, ante la permanente indiferencia de la opinión pública europea.

El cambio se debe a la publicación de una fotografía que muestra al público el cuerpo de un niño ahogado, depositado por las olas en una playa turca. Poco importa que esa imagen sea una grosera escenificación: los cuerpos devueltos por el mar quedan en posición paralela a las olas, nunca perpendicularmente a ellas. Poco importa también que en menos de 2 días casi todos los diarios de los países de la OTAN hayan publicado instantáneamente la misma imagen en primera plana. Ya se sabe lo libre y pluralista que es la prensa occidental.

Trabajando en el mismo sentido, las televisiones multiplicaron en estos días los reportajes sobre el éxodo de miles de sirios, a pie, a través de los países balcánicos. Particular atención prestaron al paso de esas personas a través de Hungría, país que comenzó construyendo una inútil valla de alambre de espino antes de tomar, una tras otra, toda una serie de decisiones contradictorias que dieron a las televisiones la posibilidad de filmar repetidamente la multitud de migrantes caminando a lo largo de las vías férreas y tomando los trenes por asalto.

«En reacción» ante la conmoción que habían suscitado en sus conciudadanos, los dirigentes europeos, «sorprendidos» y contritos, ahora discuten acaloradamente sobre la manera de socorrer a estos refugiados. Antonio Guterres, ex presidente de la Internacional Socialista y actual Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, intervino en el debate entre estos dirigentes preconizando «la participación obligatoria de todos los Estados miembros de la Unión Europea». Y agrega que: «Según estimados preliminares, los países europeos tienen una necesidad potencial de aumentar las oportunidades de reinstalación en 200 000 plazas.»

¿Cuál es realmente el problema? ¿Quién está explotándolo y con qué objetivo?


Los refugiados del Mediterráneo

Desde el inicio de la «primavera árabe», en 2011, el número de personas que trata de cruzar el Mediterráneo y de entrar en la Unión Europea ha aumentado considerablemente, sobrepasando incluso el doble de cifras anteriores, y se elevó en 2014 a 626 000 personas.

Sin embargo, contrariamente a la idea generalizada, no se trata de una oleada de migrantes nunca vista e imposible de asimilar. En 1992, aunque la Unión Europea se componía entonces de sólo 15 de los 28 Estados que actualmente la integran, estaba recibiendo proporcionalmente más migrantes que en este momento: 672 000 por 380 millones de habitantes. Existe, por lo tanto, un considerable margen antes de que los migrantes lleguen a desestabilizar la economía de la Unión Europea, que hoy cuenta 508 millones de habitantes.

Más de 2 tercios de esos migrantes son hombres de entre 18 y 34 años, según sus propias declaraciones. Así que, por lo general, no se trata de familias.

Contrariamente a la idea que están divulgando los medios de prensa, menos de un tercio son refugiados provenientes de zonas de guerra. Sólo un 20% son sirios, un 7% son afganos y un 3% son iraquíes.

O sea, los otros 2 tercios no provienen de países en guerra y son principalmente migrantes por razones económicas.

En otras palabras, el fenómeno de las migraciones está sólo marginalmente vinculado a la «primavera árabe» y las guerras. Los pobres están abandonando sus países para probar suerte en los países ricos, en total correspondencia con el orden postcolonial y con la lógica de la globalización. Este fenómeno, después de haber disminuido desde 1992 y hasta 2006, se ha reactivado y ahora va en aumento. Pero lo cierto es que actualmente equivale a un 0,12% anual de la población europea, o sea –manejado correctamente– no representa a corto plazo ningún peligro para la Unión Europea.


El presidente de la Federación de la Industria Alemana, Ulrich Grillo, quiere disponer de 800 000 trabajadores extranjeros suplementarios en Alemania. Como los acuerdos europeos prohíben esa entrada masiva de mano de obra extranjera, que encuentra además la hostilidad de la opinión pública, Grillo contribuye a poner en escena la «crisis de los refugiados» para obtener una modificación de la reglamentación existente.


¿Son los migrantes un problema?

Este flujo de migrantes despierta inquietud en los pueblos europeos. Pero los grandes empresarios alemanes lo acogen con regocijo. En diciembre de 2014, el «patrón de patrones» alemán, Ulrich Grillo, escondía hipócritamente sus intereses tras una fachada de buena voluntad al declarar a la agencia DPA: «Somos desde hace mucho un país de inmigración y debemos seguir siéndolo». Y agregaba que «como país próspero y también por amor cristiano al prójimo, nuestro país debería permitirse a sí mismo acoger más refugiados». También afirmaba: «Yo me distancio muy claramente de los neonazis y de los racistas que se reúnen en Dresde y en otros lugares». Y, con un poco más de seriedad, «Debido a nuestra evolución demográfica, garantizamos el crecimiento y la prosperidad con la inmigración» [1].

Este discurso retoma exactamente los mismos argumentos que presentaban los empresarios franceses en los años 1970. Otro elemento a tener en cuenta es que hoy en día la población europea dispone de cierto nivel de educación y de calificación, algo de lo que carece la gran mayoría de los migrantes, que estarán por consiguiente más dispuestos a aceptar ciertos tipos de empleos que los europeos rechazan. Progresivamente, la llegada de mano de obra no calificada y dispuesta a aceptar condiciones de vida inferiores a las de los europeos suscitó en el pasado tensiones en el mercado laboral. El empresariado francés favoreció entonces la llamada «reunificación familiar». La ley de 1976, la interpretación que de ella hizo el Consejo de Estado en 1977 y la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos desestabilizaron ampliamente la sociedad. El mismo fenómeno puede observarse en Alemania desde que se adoptaron disposiciones similares a aquellas con la inclusión, en 2007, de la reunificación familiar en la legislación alemana sobre la inmigración.

Contrariamente a otra idea generalizada, los migrantes económicos no plantean un problema de identidad para Europa, pero su ausencia sí constituye un problema para sus países de origen. Y también plantean un problema social en Alemania, donde –debido a la política estimulada por Ulrich Grillo– la clase obrera ya está siendo víctima de una feroz explotación.

En todos los demás países donde se han aplicado ese tipo de políticas, no son los migrantes económicos los que han representado un problema sino la posterior reunificación familiar.


¿Quién fabrica la imagen actual de «crisis de los refugiados»?

Desde el inicio del año 2015, el cruce ilegal de la frontera de Turquía hacia a Hungría, que costaba 10 000 dólares, bajó a 2 000 dólares por persona. Hay ciertamente traficantes de personas que son verdaderos esclavistas, pero también hay gente que ayuda a los migrantes en el cruce de las fronteras simplemente porque quieren ayudar a personas en dificultad. En todo caso, cabe preguntarse ¿quién paga la diferencia?

Por otro lado, al principio de la guerra contra Siria, Qatar imprimía pasaportes sirios falsos y los entregaba a los yihadistas de al-Qaeda para que pudieran convencer a los periodistas de la prensa atlantista de que eran «rebeldes sirios» y no mercenarios extranjeros. Pero actualmente, algunos traficantes de personas están entregando pasaportes sirios falsos a migrantes de otras nacionalidades. 

Y los migrantes los aceptan pensando, acertadamente, que esos pasaportes falsos han de facilitarles la entrada en la Unión Europea. En efecto, como los Estados miembros de la Unión Europea han cerrado sus embajadas en Siria –con excepción de la República Checa y Rumania– ahora no tienen cómo verificar la autenticidad de esos pasaportes.

Hace 6 meses, yo expresaba mi sorpresa ante la ceguera de los dirigentes de la Unión Europea, señalando que no percibían la voluntad de Estados Unidos de debilitar a sus países, incluso mediante la «crisis de los refugiados» [2]. El mes pasado, la publicación Info Direkt señalaba que, según los servicios de inteligencia de Austria, el éxodo de refugiados sirios hacia Europa estaba siendo orquestado por Estados Unidos [3]. Es una imputación que está por verificar, pero también constituye una hipótesis sólida.

En todo caso, todos estos acontecimientos y manipulaciones carecerían de gravedad si los Estados miembros de la Unión Europea pusieran fin a la reunificación familiar. El único verdadero problema no sería entonces la entrada de los migrantes sino la tragedia de los que mueren en el intento, tratando de cruzar el Mediterráneo, precisamente la única realidad que no moviliza a ningún dirigente europeo.


¿Qué trama la OTAN?

La OTAN, o sea el brazo armado internacional de Estados Unidos, no ha reaccionado. Pero, según sus nuevas misiones, la alianza atlántica se reserva la posibilidad de intervenir militarmente ante los grandes flujos migratorios.

Sabiendo que sólo la OTAN dispone de la capacidad de “incrustar” una información tendenciosa o simplemente falsa en la primera plana de todos los diarios de sus países miembros, es altamente probable que ese bloque militar esté organizando la actual campaña. Además, el hecho que esa campaña esté presentando a todos los migrantes como refugiados que huyen de las zonas de guerra y la insistencia sobre el origen supuestamente sirio de todos estos migrantes hacen pensar que la OTAN está preparando una acción pública relacionada con la guerra que secretamente dirige contra Siria.

NOTAS
[1] «Allemagne: le patronat veut plus de réfugiés» [En español, “Alemania: los patrones quieren más refugiados”], AFP, 23 de diciembre de 2014.
[2] «La miopía de la Unión Europea ante la estrategia militar de Estados Unidos», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 27 de abril de 2015.

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