Como todo acontecimiento excepcional, esta pandemia está moviendo placas tectónicas de todo tipo.
Consecuencia de estos movimientos ha sido y es la aparición de una serie de hechos inexplicables, entendiendo como tales aquellos cuya razón es difícil de entender o advertir. Difíciles de advertir, porque suceden sin darnos cuenta; y de entender, porque nuestras ideas preconcebidas podrían ser un obstáculo para tener una idea clara de lo que está ocurriendo.
Para analizar el evento Covid- 19 está bien fijarse en España, pero
insuficiente; es imprescindible coger altura y contemplar al resto de los
Estados-nación del mundo.
El primero de estos hechos extraordinarios, de unas consecuencias
trascendentales, fue la actuación de médicos patólogos italianos que estuvieron
en desacuerdo con las recomendaciones/instrucciones de la OMS y decidieron que
si no se efectuaban autopsias nunca se sabría qué estaba pasando. Realizaron
500 y se encontraron con que los procedimientos emanados de la OMS eran
erróneos. Hasta entonces, los respiradores eran considerados un elemento
fundamental del tratamiento; recordemos que en España, su falta hizo que el
Gobierno pidiera ayuda a la OTAN.
Las autopsias sacaron a la luz que el virus producía una tormenta
inflamatoria en los pulmones debido a las alteraciones de las citoquinas,
pudiendo generar trombocitos y, por tanto, el riesgo de obstruir las arterias o
venas encargadas de irrigar cada segmento del pulmón. La carencia de sangre
producía la muerte de la parte pulmonar afectada. Cuando esta situación
continuaba, la oxigenación pulmonar desaparecía, produciendo la muerte del
paciente. En los procedimientos de la OMS, la parte pulmonar afectada fue
catalogada como zona neumónica, confundiendo a los médicos, quienes dieron por
sentado que se trataba de una neumonía. El uso de los respiradores pudo haber
causado un número de muertos imposible de cuantificar; en vez de oxigenar
pudieron asfixiar a los afectados. Cuando los médicos italianos cambiaron el
procedimiento de la OMS por otro basado en antiinflamatorios, anticoagulantes
(antiagregantes plaquetarios) y antibióticos para combatir la acción bacteriana
en la sangre -origen de los trombocitos-, en 48 horas fueron dadas de alta
alrededor de 20.000 personas.
La Dra. argentina Chinda Brandolino ha manifestado que la prohibición de
hacer autopsias y cremar a los cadáveres ha servido para ocultar la verdad.
También en Argentina, la abogada Déborah Huczek ha reclamado que la OMS y
sus directivos sean juzgados por crímenes contra la humanidad por ser
responsables de la propagación del virus.
Todos deberíamos salir a los balcones para aplaudir a estos patólogos
italianos que antepusieron su deontología profesional al seguidismo jerárquico
portador de instrucciones, cuanto menos, extrañas.
El segundo hecho extraordinario es, a mi
entender, el informe del Centro de Información Nacional Bacteriológica de
EE.UU.; su título: “La vacunación contra la
influenza e interferencia con otros virus respiratorios en el personal de
Defensa en la temporada 2.017-2.018”
La Dra. Brandolino difundió la
conclusión de dicho informe, donde se establece: “La interferencia viral derivada de la vacuna se asoció
significativamente con el coronavirus y el metaneumovirus humano”.
Esta interferencia viral podría haber sido la responsable de lo sucedido en
Italia: La misma doctora afirmó que el 100% de las personas afectadas por el
coronavirus en Lombardía había sido vacunado obligatoriamente contra la gripe;
y denunció el error sobre el llamado enfermo asintomático, sencillamente porque
“cuando alguien no tiene síntomas está sano”, y que aquellos que pasaron el
Covid – 19 y presentan anticuerpos tienen un virus débil, domado, que si
contagiara a otra persona crearía un efecto benefactor, ya que lo haría inmune
sin riesgo para la salud debido, precisamente, a la poca virulencia del
patógeno. Esta llamada inmunidad de rebaño es lo que ha permitido la
supervivencia de la especie humana, no el confinamiento.
El tercer hecho extraordinario se está produciendo en África.
La coalición de partidos de la oposición de Nigeria (CUPP) ha denunciado el
intento de soborno de Bill Gates -10 millones de dólares- para que la Cámara de
Representantes aprobara de forma urgente, soslayando el trámite parlamentario,
el Proyecto de Ley de Control de Enfermedades Infecciosas 2.020, conocido
coloquialmente como Proyecto de Ley de Vacunación Obligatoria “que propone la
vacunación obligatoria de todos los nigerianos, incluso aunque no se hayan
descubierto las vacunas”. Es decir, el Sr. Gates pretende que cada vez que su
entramado “filantrópico” “descubra” una nueva vacuna contra lo que sea, los
nigerianos deberán ponérsela obligatoriamente.
El presidente de Tanzania, John Magufuli, utilizó a los órganos de
seguridad del país para enviar al laboratorio donde se analizaban los test del
Covid -19 muestras de cabras, ovejas, pájaros, papaya…., haciéndolas pasar por
humanas. El resultado fue que algunas, como las de la papaya, cabra y pájaros,
dieron positivo de coronavirus. Magufuli, que es matemático y químico,
manifestó:
“Es posible que haya errores técnicos o
que los reactivos importados tengan problemas. También es probable que los
técnicos estén siendo pagados para inducir al error”
De manera muy diplomática, el presidente tanzano lanzaba la sospecha de
sabotaje y corrupción con la finalidad de crear una epidemia en dónde no la
había. Tampoco evitó cuestionar a la OMS, elegantemente.
El cuarto hecho fuera de lo común ha sido la llamada del presidente de
Madagascar para expulsar a la OMS de África. Acusó a Europa de mala fe con
África. De crear instituciones para controlar a los países africanos. Afirmó
que África ha encontrado un medicamente contra el coronavirus, pero que Europa
lo desprecia porque “cree que tiene el monopolio de la inteligencia”.
Supongo que Andry Rajoelina ha hablado con conocimiento de causa. Siento
mucho que dentro de ese nombre genérico de Europa se encuentre España que no
tiene vela en este entierro. Efectivamente, la Europa transpirenaica ha dejado
mucho, muchísimo, que desear con el continente Africano.
El medicamento en cuestión procede de la artemisa, en concreto de la
variedad “artemisa annua”. Esta planta también se encuentra en las
Canarias.
Desconozco el éxito del llamamiento del presidente malgache. La “ilustrada
y revolucionaria” Francia; la “liberal” Gran Bretaña; la “laboriosa” Alemania;
la “comerciante” Holanda; la inane –sin comillas- Bélgica, tienen sobrada
experiencia en encarrilar a quienes osan alzar la voz.
El cuarto hecho extraordinario vuelve a nacer en Italia. Este país, como
España, está controlado por el mundialismo. Sin embargo, los actos disidentes
obtienen repercusión por su valentía. Que un médico sea valiente por hacer su
trabajo - una autopsia - nos indica el grado de coacción totalitaria de las
democracias posmodernas. Lo mismo sucede en la política. Que una diputada, Sara
Cunial, haya saltado a la fama por hacer el suyo, nos señala tres cuartos de lo
mismo. Esta mujer llena de coraje puso voz a lo que es un secreto a voces y, lo
mismo que con sus compatriotas médicos, me quito el sombrero ante ella y le
hago una reverencia en señal de mi más sincero respeto.
Cunial nos recordó como el filósofo inglés Hobbes decía que “el poder
absoluto no nace de una imposición desde arriba sino de la elección de
individuos que se sienten más protegidos renunciando y concediendo la propia
libertad a otras personas”.
En su discurso, Cunial fue muy clara y habló sin ambages sobre la finalidad
escondida tras el Covid – 19:
“El verdadero objetivo es el control total, el dominio absoluto de los
seres humanos, convertidos en conejillos de indias y esclavos, violando la
soberanía y el libre albedrío. Todo esto a través de engaños, travestidos de
compromisos políticos.”
La comparecencia de la diputada italiana terminó dirigiéndose al presidente
italiano:
“Querido presidente Conmte, la próxima vez que reciba una llamada del
filántropo Bill Gates envíelo directamente a la Corte Penal Internacional por
crímenes contra la humanidad, de lo contrario, díganos cómo deberíamos
catalogar al amigo abogado (refiriéndose a Conmte) que recibe instrucciones de
un criminal”
Son pocas, pero cada vez más, las voces disconformes, disidentes e,
incluso, rebeldes. No es fácil.
He hablado con profesionales médicos, enfermeros, conocidos de los medios
de comunicación más representativos, políticos de diferentes siglas de nuestro
país y con gente de Hispanoamérica de los mismos sectores. Si tuviera que
resumir mi experiencia con una palabra, sería confusión. Mi opinión más íntima
es que se trata de una confusión fingida; un parapeto cimentado en ideas
preconcebidas de años. La idea de la “Armonía Universal” vive con mucha fuerza;
cada uno la manifiesta a su manera. Incluso gente con ideologías diversas se
aferran a ella. Enfrentarse a la realidad es un choque difícil de asumir. No
existe ninguna “Armonía Universal”. La experiencia vital es el resultado de una
dialéctica permanente de intereses encontrados; en ella, el “boquerón que se
duerme, la corriente se lo lleva”, dice el refrán y no se equivoca. Los medios
audiovisuales tienen magia, crean nuestra realidad y proporcionan al
televidente la impresión de estar bien informado. Es casi imposible mantener,
no digo ya cultivar, el espíritu crítico conviviendo día tras día con el
televisor y las películas o programas cuyo contenido es una droga evasiva
llamada entretenimiento; ese instrumento utilizado para “desconectar”. Lo malo
es que al desconectar de los problemas, desconectamos de darles una solución;
con el peligro de convertirnos en el boquerón que la corriente se lleva.
Pensemos si no ha llegado el momento de desenchufarnos de tanta pantalla
extraplana y salir a pasear para hablar con uno mismo o con amigos, familiares,
no para buscar la evasión, sino para debatir sobre la realidad de las cosas y
romper el cascarón mental en que estamos confinados.
Marcelino Lastra Muñiz
PD:
Cuando me propuse escribir esta serie de artículos sobre lo que llamé el
Evento Covid – 19, creo que acerté en los asuntos a tratar de acuerdo al
enfoque que pretendía dar a mi análisis; me equivoqué, sin embargo, en la
extensión. Tres artículos, a pesar de su amplia largura, son poca cosa.
Por eso, la serie sobre el Covid – 19, continuará en próximos artículos.
Fuentes:
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PUBLICADO EN: https://www.miciudadreal.es/2020/05/17/nacimiento-y-consecuencias-del-covid-19-parte-3/
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