viernes, 28 de agosto de 2015

Desastre en las fronteras de la UE a causa de las guerras de la OTAN. El flujo de refugiados bate récords a diario



Jueves 27 de Agosto de 2015 23:00 

El número de refugiados que llega a Europa aumenta con cada día que pasa, hasta el punto de que varios países contemplan la posibilidad de usar la fuerza militar contra los inmigrantes, que huyen en su mayoría de países inmersos en conflictos armados. Analistas internacionales acusan a Europa de actuar en este asunto con un "cinismo terrible", mientras que otros subrayan que las naciones europeas recogen ahora los frutos de su apoyo a la política de EE.UU.

Unos 70 cadáveres de inmigrantes han sido hallados en un camión en Austria en plena crisis migratoria en Europa, donde se baten a diario récords de llegada de inmigrantes sin papeles. Al parecer, los inmigrantes se asfixiaron en un remolque de camión descubierto en la carretera que conecta a Austria y Hungría, según el periódico austríaco 'Krone'.

Mientras tanto, Hungría ha llegado a interceptar en un solo día más de 3.000 personas que cruzaron su frontera de manera ilegal. Ambos países contemplan la posibilidad de usar el Ejército para hacer frente al flujo migratorio. De hecho, Hungría está levantando un muro de 4 metros de altura en la frontera húngara-serbia, cuya terminación se prevé para el 31 de agosto.

En Reino Unido también registran cifras récord en el flujo de inmigrantes, con 330.000 llegadas en los últimos 12 meses. Estos datos reflejan que la migración supera en 10.000 casos su récord de hace diez años.

Miles de personas que huyen de países devastados por los conflictos cruzan Macedonia, Serbia y Hungría para llegar a Alemania, Francia y Reino Unido.

La coordinadora de la red euro-africana MIGREUROP, Brigitte Espuche tacha de "condenable e ineficaz" el empleo de medidas militares para impedir la llegada de inmigrantes. Asimismo, acusa a Europa de tratar el asunto con un "cinismo terrible".

"El flujo migratorio que se ha producido en estos años se debe, entre otras razones, a las guerras en las que Europa está participando como cómplice de Estados Unidos y de Israel en Oriente Medio", opina por su parte el analista internacional Juan Luis González Pérez. Según él, la llegada de inmigrantes es una especie de "venganza" por esta participación europea.

Presidente checo explica por qué surgen las olas de inmigrantes ilegales en Europa
Del gran flujo de refugiados hacia Europa son culpables Estados Unidos y los países europeos que participaron en la ejecución de "ideas locas" en países como Irak, Libia y Siria, opina el presidente de la República Checa, Milos Zeman. 

"La actual ola de inmigración [en Europa] ha surgido a causa de la idea loca de invadir Irak, donde supuestamente se almacenaban grandes armas de destrucción masiva, pero donde al final no se encontró nada de eso. También surgió a causa de la idea loca de restaurar el orden en Libia y luego en Siria", señaló Zeman en una entrevista para el periódico checo 'Blesk'.

Según señaló el presidente checo, como resultado de esas acciones, surgieron en los mencionados países regímenes terroristas que en última instancia condujeron al actual flujo descontrolado de inmigrantes ilegales hacia Europa.

"La culpa de todo esto recae no solo en Estados Unidos, puesto que las acciones contra Libia fueron coordinadas también por algunos Estados de la Unión Europea", recordó el mandatario checo.

A finales de junio, centenares de manifestantes descontentos con la política migratoria de la UE tomaron las calles de la ciudad checa de Brno. Los activistas se mostraron contrarios a la medida de las autoridades comunitarias de 'repartir' a los sin papeles por los países del bloque según un sistema de cuotas.

Este año son ya 100.000 los inmigrantes llegados a las costas europeas, lo que está abriendo un encendido debate en la sociedad del continente.

Bulgaria blinda su frontera con Macedonia con tanques por el flujo de refugiados 

El Gobierno de Bulgaria ha reforzado con vehículos blindados su frontera con Macedona a raíz del incesante flujo de inmigrantes que se dirigen a los Balcanes. 

"En la etapa actual solo estamos dispuestos a reforzar el control de la frontera estatal de manera preventiva", dijo el portavoz del Ministerio de Defensa búlgaro, Nikola Karaimov, citado por la agencia TASS.

Según Karaimov, Bulgaria "ha desplegado un total de 25 vehículos blindados en cuatro puntos de control fronterizos, pero su número puede aumentar en caso de deterioro de la situación".

Al mismo tiempo, el portavoz militar señaló que "el Ejército no tiene planes de intervenir activamente en la situación y el control de las fronteras nacionales todavía lo efectúa la guardia fronteriza".

Según la agencia, más de 15.000 refugiados han llegado a Bulgaria desde el comienzo del año, en su mayoría de procedencia siria.

Algunos expertos locales aseguran que después de cruzar la frontera greco-macedonia el destino que prefieren los migrantes es Serbia, de donde podrán trasladarse a Hungría, que, a diferencia de sus vecinos balcánicos, lleva a cabo el registro de huellas dactilares de los recién llegados, y de hecho es el primer lugar de registro de inmigrantes ilegales en la Unión Europea. 

Como resultado, los servicios de inmigración de otros países (Alemania, Francia o el Reino Unido) adonde llegan los inmigrantes más tarde reenvían a los refugiados precisamente a Hungría.

Análisis: Las guerras de Estados Unidos inundan Europa de refugiados
Por Enrique Montánchez 

La Unión Europea se enfrenta a la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial y los Estados miembros se encuentran tan desbordados que se plantean imponer limitaciones al Tratado de Schengen, que consagra la libre circulación de las personas, y crear grandes “guetos” donde “confinar” a miles de refugiados.

Las autoridades europeas estiman que a lo largo de 2015 cerca de un millón de refugiados habrán llegado al continente procedentes de Siria y Libia, fundamentalmente, así como de otra docena de países en conflicto.

Pocos se paran a pensar que las guerras que asolan a estas dos naciones, con miles y miles de familias obligadas a abandonar sus hogares y modo de vida, han sido originadas por Estados Unidos en su afán de organizar el “arco mediterráneo” en función de sus intereses geoestratégicos.

Las primaveras árabes en el norte de África, igualmente mal resueltas, o el despliegue del escudo antimisiles balísticos, son piezas del diseño puesto en marcha por Washington.

Antiamericanos y pro americanos

No es cuestión de analizar esta realidad desde una óptica antiamericana o pro americana, propia de una visión maniquea del mundo muy habitual a la hora de enjuiciar la política exterior de la primera potencia mundial. 

Simplemente es una cuestión de sentido común pararse a pensar que las guerras de Libia y Siria, detonantes de la mayor crisis de refugiados de los últimos 70 años en Europa, han sido creadas y mal resueltas por Estados Unidos con las terribles consecuencias que sufren, en primer lugar, los ciudadanos de ambas naciones.

La guerra de Libia

Europa no puso objeción alguna durante años al régimen del dictador Gadafi. Ejemplo de complacencia fue la actitud del primer ministro británico Tony Blair que vendió armas al sátrapa libio. O cómo en 2009 Reino Unido liberó al terrorista libio Abdelbaset Ali Mohamed Al Megrahi, condenado a cadena perpetua por el atentado de Lockerbie contra un avión de la Pan Am que se saldó con 270 muertos. 

Tampoco España se quedó atrás en la amistad con Gadafi. Todavía están en la memoria reciente las visitas de los presidentes de Gobierno a Trípoli.

Pero la luna de miel con Gadafi se quebró cuando el dirigente libio se propuso cobrar en dinares de oro el petróleo que Libia exportaba en sustitución del obligado dólar. El “dinar de oro” era una idea de Gadafi ante la enorme cantidad de efectivo y oro acumulado en las arcas libias.

 Libia y Siria son dos objetivos de Estados Unidos en el nuevo diseño del “arco mediterráneo”

Dinar de oro

Gadafi fue de los primeros dirigentes petroleros, junto a Sadam Hussein, que se dio cuenta de que el dólar estaba inflado artificialmente y que la obligación de realizar todas las transacciones petrolíferas mundiales en dólares carecía de sentido.

El anuncio del “dinar de oro” fue el principio del fin del dictador Gadafi. No solo suponía abrir una vía de agua en la línea de flotación de Estados Unidos y su moneda hegemónica, sino la posibilidad de que se produjese un “efecto contagio” en otros países exportadores de petróleo.

El resto es de todos conocido. La “oposición” a Gadafi, inexistente en 41 años, surgió de la noche a la mañana con apoyo internacional y bien armada. Alimentada, según los servicios de inteligencia europeos, con yihadistas extranjeros traídos desde diversos países. 

Estados Unidos empujó la intervención de la OTAN en 2011. Bloqueo naval, bombardeos aéreos y fuerzas de operaciones especiales camufladas como guerrilleros antigadafi lograron en pocos meses la caída del régimen y el linchamiento del dictador para evitar un juicio público donde salieran a relucir historias que no debían.

Libia, un país a la deriva
Cuatro años después Libia sigue rota. Los diferentes grupos tribales (hay 140 clanes) representativos de media docena de etnias hacen ingobernable el país. Con el problema añadido de que el yihadismo de grupos próximos al Estado Islámico ha arraigado en el territorio libio.

Como ocurre con las recientes guerras emprendidas por Estados Unidos -Afganistán e Irak son dos ejemplos de libro- acabar de manera forzada y violenta con las dictaduras desemboca en un escenario posterior de desestabilización y muerte aún peor que la propia dictadura erradicada. 

Miles y miles de libios dejan atrás sus hogares huyendo de la guerra civil para llegar a la isla italiana de Lampedusa. En 2013 arribaron 43.000 refugiados, casi 100.000 en 2014 y la cifra será aún mayor en 2015. Sin contar con los libios que huyen a los fronterizos Egipto, Túnez y Argelia, y los miles que mueren en el Mediterráneo al intentar la travesía en desvencijadas embarcaciones fletadas por las mafias del tráfico de personas.

La guerra de Siria

Tras el fácil derrocamiento de Gadafi, Estados Unidos pensó que podía repetir la fórmula en Siria con el dictador Bashar al-Asad: crear grupos de oposición que propiciasen la represión del régimen y la consiguiente espiral de violencia terminaría provocando su caída.

Pero Siria no es Libia. Mientras que Gadafi se quedó solo, al-Asad cuenta con el apoyo de Rusia dado que Siria es un espacio geoestratégico vital para los intereses rusos por tres razones: hace frontera con Turquía, miembro de la OTAN; Moscú tiene en la base de Tartus la única instalación naval de la Armada rusa en el Mediterráneo; y el interés de Estados Unidos de que el nuevo gasoducto procedente de Qatar llegase a Europa a través de Siria, proyecto que representaba un duro golpe para el monopolio gasista de Moscú.

En este contexto, Vladimir Putin facilita a Damasco misiles antiaéreos de última generación, consejeros militares, datos de Inteligencia (comunicaciones y fotografías de satélites) y apoyo diplomático.

El Estado Islámico se les va de las manos

Con parte de los yihadistas utilizados en Libia y otros miles del Estado Islámico financiado por Arabia Saudí y Qatar, con apoyo logístico de Turquía y técnico de Estados Unidos, los estrategas de Washington pensaron que al-Asad caería en cuestión de meses.

Pero el Estado Islámico se les ha ido de las manos. Hace un año autoproclamó el Califato en los territorios de Irak y Siria que controla, y miles de combatientes llegan a diario de todas partes para sumarse a la guerra santa o yihad contra el “infiel”.

La situación es otro país sumido en guerra con miles de sirios que huyen de los bombardeos de unos y otros, y la barbarie nunca antes vista del Estado Islámico. 

Otras guerras mal resueltas como la de Afganistán, o las en curso de Irak y Yemen, así como la creciente desestabilización de la inmensa franja del Sahel, aportan un flujo constante de migrantes que buscan en Europa su salvación.

La UE prefiere crear campamentos donde confinar a los refugiados antes que acogerlos en los países miembros.
 
Guetos para confinar a los refugiados

La canciller alemana Angela Merkel convocaba en Berlín una reunión de urgencia el 24 de agosto para acordar medidas extremas ante una situación extrema. Medios diplomáticos europeos desvelan que entre las medidas figura la creación de “zonas de acogida” en Grecia, Italia, Macedonia y Serbia para los refugiados en enormes campamentos.

Recordarían a “guetos” donde “confinar” a los miles de actuales refugiados y a los que vayan llegando ante la falta de acuerdo entre los socios europeos por el sistema de cuotas de refugiados.

La Comisión Europea asumirá con cientos de millones de euros el coste de los campamentos y la atención sanitaria y alimenticia de los refugiados. Los Estados miembros prefieren pagar por mantener estos “guetos” como solución transitoria antes que trasladar el problema a sus propios territorios.

La crisis agudiza el problema

Sin haber salido aún de la crisis económica, la llegada de una nueva tormenta financiera por el frenazo de la economía china -el lunes negro de las Bolsas asiáticas ha encendido todas las luces rojas-, los gobiernos europeos escurren el bulto. No quieren acoger refugiados que graven más los presupuestos destinados a las ayudas sociales y generen enfrentamientos xenófobos entre la población.

Estados Unidos observa desde lejos este gravísimo problema europeo como si no le concerniese en absoluto. Diplomáticos de la Unión Europea, entre ellos españoles, se preguntan ¿dónde está la diplomacia norteamericana tan activa en otros escenarios? 

Por su parte, Rusia observa y calla. A Putin le interesa que a la Unión Europea le crezcan las dificultades mientras sigan en pie las sanciones económicas contra Moscú por la adhesión de Crimea, y la OTAN mantenga el pulso contra Rusia, subrayan las fuentes diplomáticas.

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