por Manlio
Dinucci
Dando prueba
de un gran sentido de las relaciones públicas –o de gran hipocresía–
el presidente Obama ha anunciado su plan de lucha contra la epidemia
de ébola. La desgracia que enluta África no es para él más que un
buen pretexto para desplegar tropas estadounidenses en ese continente.
Red Voltaire | Roma (Italia) | 23 de septiembre de
2014
Washington anuncia la creación de un puesto de mando
militar en Liberia
Ante la «epidemia
sin precedente de ébola que se extiende de manera exponencial en África
Occidental», el presidente Obama anunció que «a petición del
gobierno liberiano» Estados Unidos establecerá «un puesto de mando
militar en Liberia».
Se trata
de un «cuartel general de mando para la fuerza conjunta», precisa el
AfriCom ([el mando militar estadounidense en África] cuya «área de
responsabilidad» cubre todo el continente, con excepción de Egipto).
Bajo las órdenes del general Darryl Williams –quien ya se halla en Liberia–,
ese cuartel general contará con al menos 3 000 militares
estadounidenses, un puente aéreo y un centro de selección en Senegal y
ejercerá el «mando y control» de la operación internacional contra el
ébola, que incluye el envío de personal médico y hospitales de campaña.
Según Obama,
esto es «un ejemplo de lo que sucede cuando Estados Unidos toma el
mando para enfrentar los más importantes desafíos mundiales». En su
reciente discurso, Obama detalló al mundo la lista de esos desafíos, afirmando
que sólo Estados Unidos tiene «la capacidad y la voluntad de
movilizar el mundo contra los terroristas del ISIS [Emirato Islámico
(ex EIIL)]», de «unir el mundo contra la agresión rusa» y de «contener
y erradicar el ébola».
Aunque es
extremadamente remota la posibilidad de que el ébola llegue a extenderse
hasta Estados Unidos, Obama subrayó en el discurso que pronunció en el
Centro de Control y Prevención de Enfermedades –con sede en Atlanta, Georgia–
que en África Occidental esa enfermedad ha provocado la muerte de «más
de 2 400 hombres, mujeres y niños». Acontecimiento ciertamente trágico
aunque bastante limitado si lo relacionamos con el hecho que la población del
África Occidental se eleva a alrededor de 350 millones de personas,
que toda la región subsahariana cuenta casi 950 millones de habitantes,
que cada año el sida mata en la región más de un millón de
adultos y niños, y que en el África subsahariana y en el sur de Asia simples
diarreas acaban cada año con las vidas de 600 000 niños de menos de 5 años
(más de 1 600 muertes al día).
Esas
enfermedades, al igual que todas las demás llamadas «enfermedades de la
pobreza», que cada año provocan en el África subsahariana varios millones
de muertes prematuras y casos de invalidez, son consecuencia de la malnutrición,
de la escasez de agua potable y de las malas condiciones higiénico-sanitarias
en las que vive la población pobre. Esa población, según los datos del Banco
Mundial) es el 70% de los habitantes de la región y el 49% vive en condiciones
de pobreza extrema. Así que la campaña de Obama tiene todas las características
de un pretexto.
El África
Occidental, donde el Pentágono ahora instala su propio cuartel general
invocando oficialmente la lucha contra el ébola, es muy rica en materias
primas: petróleo en Nigeria y Benin; diamantes en Sierra Leona y
Costa de Marfil; fosfatos en Togo y Senegal; caucho, oro y diamantes
en Liberia; oro y diamantes en Guinea y Ghana; y bauxita
en Guinea. Las tierras más fértiles se reservan para el cultivo de
cacao, piña, maní y algodón. Pero la población local prácticamente no se
beneficia con la explotación de esos recursos ya que las transnacionales y
las élites locales se reparten los ingresos, además de enriquecerse
con la exportación de maderas preciosas, sin importales las graves
consecuencias de la deforestación para el medio ambiente.
Pero los
intereses de las grandes compañías estadounidenses y europeas están
en peligro debido a las rebeliones populares (como la del delta del Níger,
resultado de las consecuencias medioambientales y sociales de la explotación
del petróleo) y a la competencia de China, cuyas inversiones resultan mucho
más útiles y ventajosas para los países africanos.
Para tratar
de mantener su influencia en África, Estados Unidos creó en 2007 el
AfriCom. Utilizando como cobertura las supuestas operaciones humanitarias,
esa estructura militar estadounidense recluta y forma en los países
africanos oficiales y miembros de las fuerzas especiales locales a través
de cientos de actividades militares. Una base fundamental para la
realización de esas operaciones es la base de Sigonella –en Sicilia–, donde
está desplegada la Task Force de los marines
estadounidenses. Desde esa base parte la rotación de los escuadrones
estadounidenses en África, fundamentalmente en África Occidental.
Desde allí
comienza la campaña de Obama «contra el virus del ébola».
Fuente:
Il Manifesto (Italia)
Il Manifesto (Italia)
Publicado en RED VOLTAIRE: http://www.voltairenet.org/article185383.html
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